Capítulo 10.

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-Liss te guardó comida - la voz de Jin retumba por las paredes. No escucho respuesta alguna por parte de Jimin, ni si quiera escucho a los chicos -. ¿Nada que decir? - Nada, absolutamente nada. Me encuentro en mi habitación, encerrada, por lo que me he quitado el trabajo de tener que evitar a Jimin. La puerta de mi habitación es ligeramente golpeada, me escondo bajo la manta de la cama y doy la espalda a la puerta, que se abre. Suspiro y cierro los ojos mientras los pasos se acercan a mí y el cuerpo se deja caer a mi lado.

-Llenaré tu cama de swag - me echo a reír por la inesperada voz y frase.

-No pensé que fueses tú - admito mientras me giro y quedo cara a cara con Yoongi.

-Eso es un insulto hacia mi persona, no todo el mundo puede andar con tanto swag - ambos reímos.

-Discúlpeme usted mr Swag - tras un momento, las risas cesan -. Gracias - me observa en silencio -, por venir a animarme..., parece que soy muy transparente - río irónica. Yoongi acompaña mi risa con la suya, que resuena en un tenue tono.

-Jin está preocupado - dice después de un breve silencio -, todos estamos preocupados - se corrige.

-Os preocupáis demasiado. Lo que pasó lo dejé en el pasado, no deberíais pensar más en ello.

-No es por eso. A cualquier persona le dolería que su "persona especial" - comenta haciendo énfasis - fuese... ya sabes cómo...

-Ah... - es lo único que puedo pronunciar. Debería callarme antes de decir nada... Yoongi suspira, y para mi sorpresa, me abraza. Río con nerviosismo y correspondo el abrazo. La puerta suena de nuevo, y antes de si quiera poder separarnos dos chicos se tiran sobre nosotros - Tae me haces daño - me quejo entre risas. Se levanta y hace cara de ofendido.

-Me acabas de llamar gordo - Hoseok, recién golpeado por Yoongi se levanta sacudiendo la cabeza.

-Sí sí. Acabas de romper los muelles de la cama, tendrás que comprarme otra.

-Tú trata de que no se mueva mucho la cama, así no suenan mucho los muelles - me sonrojo y los tres chicos se echan a reír.

-Pervertido.

-Malpensada - de nuevo se ríen de mí. Me pongo de rodillas sobre la cama y le tiro la almohada a Taehyung. Las risas cesan y nos damos cuenta de la presencia de Jin, que se encuentra apoyado en el marco de la puerta, y que dice que es hora de dormir -. No eres mi madre - advierte Tae en tono infantil.

-Pero es mi casa y soy yo quien va a madrugar para prepararos el desayuno - Tae suspira y protesta nuevamente mientras salen de la habitación -. Aunque si quieres nos quedamos hasta tarde, no madrugamos y no vamos al zoo - vacila Jin con una sonrisa. Hoseok se tira sobre Tae, abrazándolo y convenciéndolo de que es tarde. Los tres personajes desaparecen y Jin me mira riendo - vaya niño.

-Es esa parte infantil la que gusta - reímos, ante el hecho de que lo que acabo de decir es cierto.

-Descansa, y... no te preocupes por el idiota - niego con la cabeza y la puerta se cierra, inundando mi habitación en una soledad únicamente iluminada por una pequeña lámpara.

Suspiro y me dejo caer sobre la cómoda cama. Apago la luz y en unos cortos minutos, mis parpadeos cesan por el cansancio y mis párpados se cierran de manera pesada.

La noche es larga, y me atormenta pensar que en algún momento de esta, podría soñar con recuerdos que no quiero pensar. Pero para mi pesar más que mi beneficio, lo único que me preocupa es una persona en concreto.

Un peso a mi lado amolda el colchón. Mis ojos se abren en un movimiento, golpeados por el hecho de que es la realidad y no un recuerdo. Noto el calor de un cuerpo junto a mí. La oscuridad no me permite ver, pero solo hay siete posibilidades de quien pueda ser. Mis manos viajan hasta toparse con una camiseta, me agarro a ella y escucho un jadeo debido a la sorpresa. Ese jadeo me deja saber quién es. Jimin. Muerdo mi labio inferior y suelto la camiseta, dispuesta a alejarme de él, sin embargo, sus manos arropan las mías, impidiéndome romper el contacto. Escucho un mortecino susurro: "ven". Mi cuerpo se desliza por las suaves sábanas que envuelven el colchón, al igual que el calor de su cuerpo envuelve el mío. Hundo el rostro en su cuello, aspirando su aroma al igual que él absorbe mi voluntad.

-No deberías estar aquí... - susurro cuando me decido.

-Taehyung se quedó a dormir conmigo y no paraba de darme patadas dormido.

-No es por eso... - me cuesta contestar otra cosa que no tenga falta de confianza.

-No es la primera vez que dormimos juntos - contesta de nuevo, áspero como él solo. Eso me despierta por completo. Me alejo, me siento, y enciendo la luz, algo que a ambos nos resulta molesto.

-Sabes a que me refiero - esta vez mi voz suena fuerte, lo que parece sorprender a Jimin.

-No tengo por qué dar explicaciones de lo que hago.

-Tampoco tienes por qué dormir en mi cama, podrías simplemente joderte tal y como lo hago yo contigo - lo miro, fija, seria, cansada. Me mira, sorprendido, con los ojos de par en par, pero no dice nada. Se levanta, dispuesto a irse, y eso supone una derrota para mí -. ¿En serio? - un par de lágrimas escapan y resbalan por mis mejillas, aterrizando sobre mi camiseta. Jimin hace una mueca, se siente mal, culpable; se acerca a mí y limpia mis mejillas. Me sostengo sobre mis rodillas, tomando su camiseta para acercarle a mí y poder unir nuestros labios -. Te quiero - confieso como tantas otras veces. Jimin hace una mueca, se siente mal, culpable, y... dolido.

-Y yo a ti - me devuelve el susurro, en uno cansado -. Durmamos por favor...
Asiento con la cabeza, sabiendo que no debería dejarlo pasar, sabiendo que no está bien.

"Jimin hace una mueca, se siente mal, culpable, dolido", ese último adjetivo... hace tiempo que Jimin está así... ¿Qué es lo que te duele, Jimin?

Y sin más, cuando despierto a la mañana siguiente, lo comprendo todo.

Run AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora