Si me hubieran regalado un deseo hace 6 años hubiera pedido que mis papás no se separen. Si lo hubiera tenido hace 4, hubiera pedido un beso tuyo. Si me lo hubieran dado hace 2, hubiera pedido conseguir el papel para la novela por la que hice el casting más tedioso de mi vida. Hoy si me lo concedieran... no se que pediría.
Hoy es un día completamente anormal teniendo en cuenta que estamos en invierno y las bajas temperaturas son un cuchillazo a las zonas del cuerpo desprovistas de abrigo. Los descarados 20 grados que hacen obligan a sacar la ropa de medio tiempo que enterré en el placard ni bien el frío apareció.
Me pinte las uñas de dorado, porque el calor me pone de buen humor y el color de esmalte que uso generalmente tiene que ver con mi estado de ánimo. Como prenda superior, tengo mi blazer negro favorito.
Definitivamente hoy es un día diferente a los demás. No hubo tráfico cuando volví del canal, las milanesas no se me quemaron y me puse lo primero que se me ocurrió. Raro raro para ser viernes. Mis viernes son triple c: caóticos, cansadores y alCohólicos (cuando no me agarra el viejazo y esa "c" la reemplazo por la de Cuevana).
Mi humor hoy es indescriptible; estoy en ese punto medio al que nunca puedo llegar. Probablemente es porque se que hoy te veo y los sentidos se me neutralizan.
Sin la charla previa con mi hermano probablemente hubiera estado histérica y hubiera buscado cualquier excusa para no ir a la "fiesta" de hoy. Pero como hoy es un día inusual, estoy en la casa de Hernán, sentada a tres personas de distancia de vos como si fuera lo más normal del mundo. Como si nosotros lo fuéramos.
Hago un comentario poco inteligente, que provoca las risas de todos, incluyendo la tuya. Acaricio mi pantalón de plush bordo, mientras muerdo mis labios (pintados de rojo) y me hundo en la conversación de la que me salí por unos segundos.
Pey, tan melancólico como siempre empieza a recordar anécdotas de años anteriores y me pregunto por qué nadie emborracho al chico para que se calle. No tengo ganas de recordar, así estoy bien, muchas gracias.
Pero al parecer esta fiesta, sin motivos reales más que un porque sí, despierta sorpresivamente lo más sentimental de cada uno de los que estamos. Menos en mí, que no veo la hora de pasar a otro tema de conversación.
- ¡Miren lo que encontré! - exclama Zaira desde la esquina del living, donde se encuentra un estéreo con una pila inmensa de CDs a su izquierda. Agita y señala una caja que creo reconocer - ¡El compilado de Gesell!
La morocha no vino esas vacaciones, pero nos encargamos de torturar a todo el mundo con los temas de ese verano ni bien volvimos. Cada canción de ese cd trae un recuerdo y con él... Bueno, creo que ahora ya sé que quiero hacer si me dieran un deseo.
- ¡No puedo creer que existe todavía! - dice Flor con una sonrisa y yo levanto las cejas, aburrida. Ese cd es más viejo. Ya me veo a todos bailando al ritmo de "Diva virtual" por toda la casa. Patético.
- ¿Hey se acuerdan de la noche que jugamos a la Ouija? - pregunta Hernán haciéndose el misterioso y te miro, mientras vos permanecés callado. Claro que me acuerdo.
Flashback.
21 de Enero de 2008, Villa Gesell.
Después de 7 rutinarias noches de playa, previa y boliche era lógico que quisiéramos romper la estructura. El jardín de la casa de los chicos estaba plagado de heladeritas con diversas bebidas alcohólicas y la mesa, de ceniceros (algunos improvisados).
Flor y yo, las únicas mujeres en la mesa, sin tener en cuenta a tres pendejas de 18 amigas de Pey (Julieta, Karina y Yamila). La famosa Juli, es tu pretendiente, y en este momento se encuentra sentada en tu regazo y no justamente por el faltante de sillas. Las otras dos, gatos sin suerte que vinieron por el alcohol gratis.
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Asignatura pendiente
FanfictionPrólogo. El pasado me quema… más bien tu recuerdo. A veces (muy de vez en cuando), me embriago de esos pocos momentos compartidos y aunque quiero no pensar, mi mente viaja a esos días. No debería sentirme así pero hace un tiempo que decidí dejar de...