De 1460 días (que son 4 años) que llevo conociéndote 700 te odie, 400 te ignoré, 300 no me importaste y 60 te lloré (aún sin saber que era exactamente por vos). Todos son números aproximativos, porque nunca tome registro real y porque desde primer año fue ley llevarme matemática en la secundaria (en quinto, la profesora de matemática murmuró un "con razón" al oír que quería estudiar actuación).
Luego de establecer contacto visual por tiempo indeterminado, me muerdo el labio inconscientemente y esbozás una media sonrisa (tus marrones siguen enfrascados en mis verdes). Te rascás la nuca levemente y no puedo evitar sonreír; ese tic me produce ternura.
- ¿Y qué pediste Pau? - me preguntás volviendo a centrarte en mis ojos verdes. Agarro el vaso y tomo un sorbito; esa necesidad de hacerme la interesante...Quizás simplemente lo hago porque me ponés nerviosa (sí, todavía me seguís descolocando).
- No te puedo decir... Sino no se cumple - y revoleás los ojos. No es mi culpa que seas tan escéptico - y quiero que se cumpla.
En realidad, a esta altura es una necesidad más que un querer.
Nos sonreímos y es la primera vez que nos hacemos este tipo de demostraciones en público (aun con 1460 días de amor- odio encima). A vos no parece molestarte la idea, es más, pareciera que te gusta. Eso es nuevo.
Yo no estoy lista para enfrentarme al sin fin de preguntas que podría venirse si alguien se entera. Menos para que Florencia o Zaira o Cecilia se enteren. Y menos que menos si aún entre nosotros las cosas están tan enredadas, malentendidas y por poco erráticas.
Zaira se desploma a mi lado, acompañada de Pey (ésta vez si es ella) y me dan ganas de de invitarla a retirarse ¿Por qué justo ahora?
Me susurra algo al oído, lo cual rompe con la burbuja en la que estábamos metidos y dónde solo existían nuestros deseos. Estamos destinados a la interrupción, especialmente la de ella.
¿Que habrás pedido vos?
Parece que todos se cansaron de bailar, porque sucesivamente vuelven a acercarse a los sillones. Florencia intenta recuperar su lugar, donde ahora estás sentado vos, pero te negás. Ella frunce el ceño, extrañada, porque hace unas semanas hubieras ocupado la otra punta. Naturalmente, se ubica al lado de Hernán que esta casi enfrentado a nosotros.
- ¿Hey, y Chechu? - inquiere Zaira sin dirigirse a nadie en particular y no puedo evitar mi desinterés. Estamos bien sin ella, gracias. - ¿Vos Peter no sabés nada?
No te sientas observado, por favor.
Necesito de toda mi voluntad para no darme vuelta al instante, como todos los demás, y demostrar mi obvio interés. Cuando lo hago, tratando de permanecer impasible, te noto intacto. Me desespera tu capacidad para que parezca que todo te importa un carajo.
- No, no tengo idea - te limitás a contestar y Flor se inclina para quedar más visible. Su collar parece más largo y su pelo más rojizo, efecto de la luz.
- Qué raro que vos no sepas - comenta Florencia divertida, dejando entrever los rumores que rodean a ustedes dos (propagados por Cecilia, obvio). A mi no me causa gracia, pero Flor tiene un punto. Y es exactamente, lo que me interesa saber, aunque me de miedo preguntar.
- ¿Por qué es raro? Con Chechu no tengo mucha relación - sentenciás y agarro el vaso porque oficialmente acabas de ponerme nerviosa. Delibero entre tirarte el contenido por la cabeza o tragármelo.
- A ver Pepe, pero explicanos. Yo no entiendo nada, pensé que estabas saliendo con ella - dice Zai sin filtro, algo extrañada por tu contestación, y yo bebo lentamente la cerveza. Estos momentos de tensión, son los que me replanteo volver a fumar.
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Asignatura pendiente
FanfictionPrólogo. El pasado me quema… más bien tu recuerdo. A veces (muy de vez en cuando), me embriago de esos pocos momentos compartidos y aunque quiero no pensar, mi mente viaja a esos días. No debería sentirme así pero hace un tiempo que decidí dejar de...