Capítulo III

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La madre de Louis lo seguía llamando desde la planta inferior diciendo que se apurase, Louis -sin ningún ánimo- terminó de rociarse perfume y fue donde sus padres lo esperaban.

-Al fin llegas- le riño su madre, acercándose peligrosamente a él, tironeando la ropa que llevaba puesta -¡Arréglate esa camisa!-

-Tranquilízate cariño- habló su padre, mientras ajustaba sus brazos en la cintura de su esposa y besaba la marca en su cuello, ella se relajó en sus brazos, calmándose enseguida, su padre le guiño un ojo -Tienen un hijo hippie al que aceptan, no importara si tiene la camisa un poco arrugada- Johanna asintió suspirando.

-Esta bien, lo siento- se acurrucó bajo el brazo de su marido y salieron de casa.

Cuando llegaron al marco de la puerta, Louis sintió que algo andaba mal. Había algo extraño en el olor, algo interesante.

La puerta la abrió una mujer alfa, muy reconocible debido a su olor picante.

-Hola- sonrió, mostrando hoyuelos -Soy Gemma- los hizo pasar, ella tenía los ojos verdes, cejas definidas, era igual a...

Esto no está pasando.

Me estoy poniendo paranoico, he pensado demasiado en él.

-¿Louis?- voltio la cabeza desorientado, y se dio cuenta de que su padre le hablaba.

-Disculpa, me desconcentré, ¿Qué ocurre?- miró a su padre, que a su lado tenia a dos personas.

En que momento llegue a la sala

-Yo soy Robin- se presento el hombre frente a él- y ella es mi esposa Anne-

-Un gusto- los saludo con una sonrisa -Yo soy Louis-

-Si- el alfa sonrió -Tu madre nos ha contado de ti- Anne asintió a las palabras de su esposo -Nosotros tenemos otro hijo además de Gemma, tu madre lo conoció, se llama Harry, y normalmente no sale mucho de su habitación. Por suerte esta vez su madre lo convenció y bajará en un tiempo más-

-Sería un gusto conocerlo- hablo el padre de Louis.

Louis se alejó y se sentó en el sofá nada interesado en lo que hablasen; Gemma se le unió al instante, desparramándose junto a él.

-Hola- saludó -¿Louis, verdad?-

-Si-

-¿Tienes omega?- preguntó sin rodeos; Louis negó -¡¿Qué?! Eres uno de los alfas más codiciados. Hasta mi omega a veces dice cosas sobre ti, así que no te ofendas si te miro con ganas de quitarte la cabeza- Louis rio.

-Lo tendré en cuenta- se acomodó -¿Tu tienes omega?- preguntó confundido.

-Sí, pero no la he mordido aún, estoy esperando a comprar mi propio departamento, si no, sería demasiado incómodo y doloroso para ambas- el alfa asintió.

-¿Hace cuánto están juntas?-

-En tres meses cumpliremos los tres años- dijo tranquila.

-¡¿Tres años?! Jodida mierda, ¿Cómo lo soportas?- Gemma se encogió de hombros.

-Aprendes, pero no quiero morderla e irnos a vivir en la miseria, ella se merece lo mejor así que... un poco de angustia vale la pena-

-Sí que la amas- Gemma sonrió.

-Más que a mi propia vida- se acomodó en el sillón -Ahora, ¿Porque el tan codiciado Louis Tomlinson no tiene omega?- Louis arrugó la nariz.

-No soy aficionado al olor de un omega, pero tampoco me atraen los betas, en teoría, moriré solo-

-¿Olor? ¿No te gusta su olor dulce? ¿Que está mal contigo?- el ojiazul rio.

-Ni puta idea, me lo he preguntado desde que presenté mi registro-

-Gemma, la cena esta lista- habló Anne; apareciendo apenas unos segundos en el salón y desapareciendo al instante.

Ambos se levantaron, y fueron al comedor.

El delicioso olor de la carne llegó a Louis mientras se acercaba a la mesa.

Tomó asiento entre Gemma y su padre, con una asiento libre frente a él, supuso que era para el otro hijo de la familia.

Recién cuando la conversación habia empezado a fluir, se escucharon pasos bajando la escalera.

Hielo, invierno... Fresco

Jodida mierda.

Louis contuvo la respiración, no podía ser él.

Un segundo después apareció el omega del café -ahora sabe que se llama Harry- vestido completamente de blanco y el cabello suelto cayendo en sus hombros. Se veía tan bien como en el café. Olía igual de exquisito a como lo recordaba.

Se obligó a quitar la mirada y concentrarse en su comida. Los demas no parecían haberse dado cuenta de su pequeño percance.

¿Por qué él? De todas las putas personas del mundo¿Porque él tenía que ser hippie?

¿Por qué luego de no haber podido quitármelo de la cabeza en todo este tiempo?

-Él es nuestro hijo, se llama Harry- lo presentó su padre, el chico tomó asiento en el único puesto libre que quedaba, saludando a todos con un asentimiento de cabeza.

La cena transcurría mientras Louis no dejaba de sentir una insistente mirada sobre él; alzó la cabeza, encontrándose con unos brillosos ojos verdes viéndolo desde la otra punta de la mesa.

Lo miraban alegre, con una radiante sonrisa en su cara. Unos hermosos hoyuelos formando cuencos en cada mejilla pintada de carmín.

Louis no pudo quitarle la mirada, lo observó todo el tiempo.

Era jodidamente hermoso, más que nadie en la tierra, su tez blanca brillaba a contra luz, brillaba por si sola. Simplemente él brillaba.

Cuando la cena termino, Harry subió a su habitación, sin dejar de mirarlo necesitado y anhelante, como si esperase a que dijese algo.

Louis negó con su cabeza a la nada y cuando escucho la puerta de Harry cerrarse, subió al baño. Entró a este y se mojó el rostro con agua helada.

Harry debía estar en la habitación continua, porque su aroma era demasiado fuerte, era puro.

Las fantasías que creó durante su celo volvían a su mente y su pene se empezó a endurecer. Debía detenerse o irse de allí. Sus hormonas lo delatarían enseguida.

Respiro. Se volvió a mojar la cara.

Y pensó en su abuela.

Si, esa si era una buena técnica.

Bajo corriendo al primer piso y se despidió de todos, con la excusa de que mañana tendría que levantarse temprano para ir a la universidad.

Sus padres obviamente lo miraron raro

Ni siquiera tengo clases mañana.

Even if I try [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora