Capítulo VIII

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Cerró la puerta, devolviéndose a la cocina. Gemma recién se había ido, Louis consiguió un puesto de trabajo para ella en las oficinas donde trabaja Liam, lo que significaba que en menos de un mes podría estar con su omega. Gemma gritó de emoción cuando lo supo y lo abrazó tan fuerte que pensó se le saldrían los ojos. Enseguida llamo a Ámbar -su omega- y Louis pudo escuchar como lloraba de la impresión.

Louis realmente quiere ayudarla. Tres años completos sin poder morderla por un capricho debió haber sido una tortura. El apenas llevaba unos meses intentando alejar a Harry y ya ansiaba enterrar sus dientes en su blanquecino y apetitoso cuello. Negó con la cabeza.

No importaba cuanto lo intentase, ni cuanto lo quisiese, no podía estar con Harry, aunque su alfa gima herido y sienta una estocada a su alma ante cada pensamiento que se acoplaba en su mente, no podía, y no lo haría.

Se levantó de la mesa, llevando su plato consigo. Al dejarlo en el fregadero distinguió una hermosa silueta en el jardín de atrás. Se apresuró a la puerta, antes de que alguien viese al omega y empezasen a haber habladurías sobre que hacía en su casa.

Lo entro a la casa, apretando fuertemente su muñeca para que no se escapase, pero procurando no hacerle daño ni dejarle marcas.

-¡Lou!- protestó Harry, en cuanto estuvieron en la protección de las cuatro paredes en el hogar del alfa.

-¿Qué mierda haces aquí?- habló, intentando parecer firme, sin poder lograrlo. Su lobo pedía a gritos esconder la cabeza en la tierna curvatura del cuello del otro e inhalar su aroma hasta que estuviera seguro que lo conservase durante toda su vida.

-Solo quería hablar contigo- hizo un puchero y lo miro anhelante.

-No me intere...- se cortó en cuanto escucho el auto de su padre en la entrada de su casa.

Volvió a tirar a Harry, pero ahora encaminándose a su habitación. Subieron las escaleras, casi cayéndose en el trayecto.

-¿Qué ocurre?- cuestionó Harry cuando llegaron a la habitación de Louis.

-Mi padre llegó, no te puede ver aquí- Harry frunció el ceño.

-¿Por qué?-

-Porque odia a los hippies como tú- respondió bufando. ¿No era obvio?

-Pero nosotros no hacemos nada, no se porque nos odia-

-Por sus creencias, sus ideales pacifistas y anarquistas. Mi padre es político, obviamente no tragara a alguien que sea así- puso sus ojos en blanco.

-Oh...- Louis sintió a Harry, literalmente lo sintió en sí. Percibió su desanimo, a pesar de que siempre estaba alegre con una sonrisa en su cara. -¿Es por eso que no quieres estar conmigo?- preguntó sin ánimos.

Louis casi responde sin pensarlo y afirma a tal pregunta. Pero sabe que si Harry sabe eso no lo dejara en paz.

-No, simplemente no me llamas la atención para cortejarte ni que seas mi pareja frente a todo el mundo-

Louis se sintió como una mierda, una verdadera mierda andante cuando vio como la cara del omega se desfiguro al punto del llanto. Sentía como si tuviesen un lazo –un lazo obviamente inexistente, solo era producto de su imaginación- pero que funcionaba igual que los reales. Porque en ese preciso instante percibía toda la tristeza proveniente de Harry como si fuese la suya propia.

-B-bien- tartamudeo el pequeño, suspiró tranquilizándose –Yo solo pensé que algo de mi te atraía, pensé que te había gustado en el café, o de todas las veces que me besaste. Tal vez solo te atraje por un momento- se mordió el labio –Lo siento, supongo que no te molestare más. Aunque sería buena idea empezar a tomar supresores, no quiero atraer a otros alfas-

Even if I try [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora