Capítulo XIII

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Habían pasado nueve años desde que la mordida en su cuello había aparecido.

Todo parecia un sueño.

Se mudaron juntos al departamento de Louis, los padres de ambos los aceptaban.

Con la carrera del padre de Louis ocurrió exactamente lo que su alfa temía. Puesto que la mayoría de los seguidores del señor Tomlinson no le gustan los hippies, sintieron que ya no podía controlar a su propio hijo, no lo eligieron en las elecciones.

Pero no parecía importarle, en realidad estaba más inmiscuido en su relación que en su carrera.

Tampoco faltaban aquellos que los juzgaban porque creían que fueron demasiado rápido, que no se dieron un tiempo aceptable para conocerse.

Harry nunca estuvo de acuerdo.

Sentia que aquellos cuatro meses en los que sufrieron el uno por el otro fue suficiente para que notaran que ellos eran los indicados.

Además, él siempre tuvo la fiel creencia que el tiempo no mide el amor entre dos personas.

Y por otro lado, le importaba una jodida mierda lo que creyeran de su relacion con Louis, mientras fueran felices, los demas podían irse a la mierda.

Muchas cosas habían cambiado, él mismo ya no se comportaba tan liberal, encontraba injusto que el único sacrificando algo en esa relación fuese Louis, por lo cual intento ser más precavido en tanto a sus ideales. Pero Louis siempre estaba allí, diciendo que no importaba, que no necesitaba que cambiase.

Louis era perfecto, de pies a cabeza.

Era el mejor alfa del mundo.

Y era su alfa.

Solo suyo.

-¿Harry?- llamaron suavemente en su odio.

-Perdón, no te estaba escuchando- el alfa rio.

-Tu siempre estás en las nubes- lo hizo sentarse en su regazo -Te estaba diciendo que llegaron los exámenes- agito un sobre blanco frente a sus ojos; el menor lo miró con miedo. -Hey cariño, estará bien- lo acurruco.

-Sí, mejor abrámoslo- Louis asintió.

Ellos habían estado en campaña desde hace más de un año, pero nada ocurría, dejo de tomar sus pastillas y cada vez que uno de los dos tenía un celo, sus esperanzas aumentaban. Pero al final era lo mismo.

Personalmente estaba asustado, no quería ser un omega que no puede dar hijos. Un omega que no da hijos no sirve de nada. Si no era capaz de darle un hijo a su Lou talvez se fuera de su lado.

Claro que nunca le dijo nada de esto a Louis. Tenía miedo de su respuesta.

Al mismo tiempo abrieron los sobres.

Y Harry sintió su mundo derrumbarse.

Tal como lo pensaba era estéril, no podía darle un hijo al amor de su vida.

Louis pareció entender todo al instante porque lo arrullo en su pecho, como si pudiese resguardarlo de sus propios miedos.

-Hey bebé, sabes que no me importa- lo tranquilizó.

Lagrimas silenciosas surcaban el rostro de Harry, sintiéndose desechable e inútil.

Pero su alfa estaba allí, a su lado, sujetando su mano, lamiendo su mordida y susurrando en su oído que lo ama a pesar de todo

Y su propio omega se calmó.

-Adoptaremos- sentencio el mayor -Sabes que siempre quise hacer eso, no porque no sean de mi sangre significa que no serán mis hijos, jamás te dejaría por una estupidez así, arruine la carrera de mi padre por ti, nunca me separaría- lo miró directo a los ojos, casi intentando leer sus pensamientos -Eres un omega, pero eso no significa que seas una maquina de bebés, no porque no puedas tener hijos significa que tu propósito de vida se acabo, tu estas aquí para ser feliz-

-T-te amo Lou- dijo entre lágrimas. Un peso liberado de sus hombros, Louis siempre tenia las palabras perfectas, como si siempre tuviera un discurso preparado para calmarlo.

-Y yo te amo a ti, mi pequeño hippie-


Even if I try [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora