La Hija De Justin Bieber.

Capitulo 4

Estaba llegando a mi casa, baje de mi camioneta negra para ir directo a la puerta de mi hogar.

Mi celular sonó y tuve que atender.

LLAMADA TELEFÓNICA

~Hola. Habla Justin Bieber ¿Quien llama?~

~Justin soy Nick Jonas~

~Hola Nick ¿Cual es el motivo de tu llamada?~

~Marco~

~¿Tu eras el otro hombre que su padre mando a avisar de la deuda pendiente?~

~Si soy yo. Te llamo porque mi hijo esta en peligro al igual que la tuya, necesitamos unirnos para mantenerlos a salvo ¡Ese maldito no tocara a mi muchacho!~

~Te entiendo~

~Amo a mi hijo es el único que tengo y he visto el amor que le tienes a Bridgit, de seguro no quieres perderla~

~Jamas me perdonaría fallarle a mi princesa, ella lo es todo para mi~

~¿Podemos reunirnos esta noche? Para discutirlo, debemos apresurarnos~

~Por supuesto. Ve a mi oficina a las 8 p.m. allí estaré esperándote~

~Claro, bueno gracias Justin Bieber nos veremos allí ~

~Adiós~

FIN DE LLAMADA TELEFÓNICA

Retire el celular de mi oreja y verifique que la llamada estuviese finalizada.

- ¡Papa! - escuche el grito de mi hija y me di vuelta para abrazarla fuertemente.

- ¡Princesita! - llego a mis brazos y la abrace con todo mi amor paternal.

- ¿Almorzaremos juntos papi? - vi el brillo de esperanza en sus ojos mieles.

- Por supuesto mi nena, ve a cambiarte -

Ella dejó su bolso en el sillón y corrió escaleras arriba.

La vida no podía haberme dado un regalo mas hermoso que el tener a una persona a la cual proteger, cuidar, amar, y entregarle mi amor y adoración todos los días de mi vida. Y tenían el gusto de llamarla con orgullo Mi Hija.

20 Minutos Después...

- ¡Lista papá! - me pare del sillón y vi a mi hermosa hija en un vestido color rosa pastel, corte princesa de la cintura hacia abajo y algo ajustado arriba, sin tirantes, con unos hermosos zapatos chatos sin tacón blancos con un moño rosa en él.

- Perfecta mi nena - salimos de casa y subimos a la camioneta blanca, conduci hasta un restaurante donde una chica rubia estaba, nos vio y nos miro con una sonrisa.

- Hola, buenas noches. Bienvenidos al Restaurante Francés. ¿Mesa para dos? - Bridgit estaba por asentir cuando yo la interrumpí.

- No señorita para cuatro, si no es molestia - dije amablemente.

- Oh claro que no. Acompañeme - la seguimos y nos detuvimos en una mesa con cuatro sillas. Agradecí y me senté con mi hija.

- ¿Para cuatro? - pregunta mirándome.

- Si bonita. Nuestros acompañantes pronto llegaran -

Se queda callada mirando todo y yo veo como Nick y James llegan.

Me levantó a estrechar su mano y la de su hijo y luego ellos saludan a mi bella hija.