28. Halloween

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Domingo por la mañana, al parecer que Ryan haya dormido conmigo ha sido todo un sueño.

Los chicos y yo nos vamos al parque a jugar. A rugby. ¡Horror! Soy pequeña pero matona y consigo anotar un punto gracias a un empujón de Ryan que hace que estemos en una postura comprometida y apunto de besarnos, hasta que aparece una chica y Ryan se va con ella. Me jode, pero lo disimulo.

Ya en casa, Dylan me da crema en los golpes y justo entra Ryan en su habitación alardeando de lo que ha hecho con esa chica, hasta que ve que yo estoy ahí y encima en ropa interior. Se va dando un portazo.

Cuando salgo de la habitación de Dylan y me dispongo a entrar en la mía, Ryan me pega a la pared y me besa y quizás por desgracia, yo se lo devuelvo

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Los labios de Ryan sobre los míos es una sensación totalmente distinta a la que he sentido en cualquier otro beso. Todo mi cuerpo hormiguea, es como si fuese mi primer beso, incluso estoy un poco nerviosa, pero aun así no paro. Me gusta. Me hubiese gustado experimentarlo antes en el parque, pero la chica esa se lo ha llevado a.... Rose ¿Qué estás haciendo? Acaba de estar con esa chica, ha entrado en el cuarto de Dylan contando lo que han hecho.

Rápidamente y a mi pesar, empiezo a empujar a Ryan para que se separe de mí, pero él me atrae con más fuerza. Cierro la boca y no dejo que el la invada. Noto su confusión y eso me ayuda a sepáralo de mí. Cuando me separo de él, veo una sonrisa en su cara hasta que yo frunzo el ceño y pongo mi cara de cabreo.

-No soy un segundo plato.- le digo. El hace un intento de hablar pero yo le corto, no quiero excusas.

- Hace menos de cinco minutos has entrado en ese cuarto- señalo el cuarto de Dylan- y te has puesto a contarle lo que has hecho con esa chica y justo después me besas. Si te ha dejado con un calentón, búscate a otra amiguita para solucionarlo, pero yo no soy un juguete sexual de usar y tirar como a las que estás acostumbrado.- Se queda callado, mirándome. Espero quizás un minuto o dos y cuando veo que no sabe que decir hago lo que debería haber hecho al principio.

Entro en mi habitación dando un portazo y corro al baño donde también cierro de un portazo. Me apoyo en los bordes del lavabo. Me miro en el espejo.

-Te gusta Ryan y lo sabes, pero no vas a dejar que te trate como a una cualquiera. Tú no eres de esas.- me digo a mi reflejo.

Cojo el cepillo de dientes y me lavo con fuerza. No quiero las babas de esa chica en mi boca. No puedo evitar pensar otra vez en los labios de Ryan, lo bien que encajaban entre los míos, su lengua bailando junto a la mía y por si fuera poco, sus manos en mi cintura apretándome a él y notando el efecto que tenía en él. Corrección, el efecto que le había dejado la otra chica. Dios, que calor. Me abanico a mí misma pese a estar en ropa interior y ser finales de octubre. Noto un calor agradable en la parte baja del vientre, un calor que necesita ser saciado. OH Dios. Estoy cachonda y solo por un beso.

Cojo mi neceser junto a una toalla y me voy a las duchas. No solo los hombres necesitan duchas de agua fría. Me meto en la ducha y dejo que el agua fría toque mi cuerpo. Me tapo la boca para evitar que un gritito salga de ella. Completamente enfriada salgo de la ducha. Al salir observo que no soy la única en esta habitación, Ryan también esta, sus zapatillas y su toalla lo delatan. Suspiro, ¿Por qué me ha tenido que besar?

Corro a mi cuarto congelada por la corriente de viento que había en el pasillo maldiciendo al que tuviese la ventana abierta en su habitación. Entro en mi cuarto y una corriente fría me atraviesa el cuerpo y permanece en mis huesos. Soy idiota. Cierro la ventana y me seco lo más rápido que puedo para así poder ponerme ropa encima. Voy al armario y escojo un conjunto negro de encaje de ropa interior. ¿Por qué no tendré algo más de monja? En el armario busco mis leggins negros y me siento en la cama para ponérmelos, ahí es cuando veo la camiseta de Ryan a mi lado. Rose, no te la vas a poner. No. No. Aparto la vista y me levanto para coger una sudadera rosa y blanca con un símbolo de paz en el centro. Cojo la camiseta de Ryan y la hecho a lavar, cuantas menos distracciones tenga, mejor.

Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora