Tras descubrir la infidelidad de mi padre y la indiferencia de mi madre, decido dejar atrás el caos familiar y cumplir mi sueño: cambiar de universidad y empezar de cero. Al inscribirme en una fraternidad, esperaba finalmente encontrar paz y tranqui...
Tras una semana de separación de Ryan, las cosas se iban calmando. La relación con los chicos era normal pero no había vuelto a hablar con Ryan desde ese día. A veces nos encontrábamos cuando yo salía a correr pero yo intentaba evitarle.
Todavía no había decidido si quedarme o no pero Dana había tomado su decisión y me obligo a ayudarla a mudarse a nuestra casa. La muy bitch me obligo a cargar con todas sus cajas.
Cuando salí a correr ese día tuve la mala suerte de dejarme llevar e ir por un parque que me guio a la casa de Ryan, a la de su familia. Su madre me vio y me invito a ir a su casa y claro, yo no pude negarme.
Al poco de entrar, Elizabeth ya me había calado y para mi sorpresa, me consoló. Todo el mundo pensaría que defendería a su hijo pero ella se puso neutral y me aconsejo.
Volví a casa para hablar con Ryan, solo hablar pero nada más verle no pude contenerme y lo bese. El me correspondió y a duras penas tuve que sepárame. Esa no era la misión.
Ryan y yo hablamos y acordamos que habíamos cometido un error. Decidimos empezar desde donde lo dejamos pero yo puse una condición.
Nada de sexo
Ahora solo hay que ver si hemos sido capaces de cumplirla.
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Me despierto de repente con un calor inmenso. Giro un poco la cabeza y me encuentro a Ryan enredado en mí. Su brazo izquierdo esta sobre mi cintura desnuda y su brazo derecho bajo mi cuello mientras su pierna izquierda esta sobre las mías.
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Esta es la última semana del curso y Ryan y yo ya hemos hecho progresos en nuestra relación. Seguimos sin acostarnos pero eso ha hecho que nos centremos más en nosotros mismos y en conocernos más profundamente, pero aun así, seguimos durmiendo juntos.
Ahora seguramente os preguntareis como conseguimos mantener las manos quietas. Bueno, nos cuesta la vida y más estas últimas semanas en las que hacia tanto calor que hemos terminado durmiendo en ropa interior.
Ryan compro un ventilador para así dormir y estudiar más frescos, pero esto no soluciona nada si Ryan se pega a mi como una planta trepadora, aunque la verdad es que no me quejo, así estamos más cerca.
Giro un poco la cabeza para poder observarle mejor. La verdad es que el haber estado estudiando en la terraza ha hecho que coja color y esta guapísimo. Su barba está empezando a salir y me encanta cuando se le queda una de dos días.
Estos días antes de empezar a estudiar para los finales, Ryan y yo decidimos tener un par de citas y hablar de todo aquello que nos preocupaba. Ahí es cuando descubrí que Ryan era un poco celoso pero que mayoritariamente se preocupaba de mí. Me dijo cosas muy bonitas.
