Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!

38. Nochevieja

Dos días después de que Rose se acostase con Ryan, seguí sin saber nada de el por lo que termino tomando ella las riendas. Emprendió el camino hacia casa de Ryan mientras pensaba sobre que decirle.

Al llegar lo que menos esperaba es estar a solas con Matt, el hermano de Ryan, pero este le hizo buena compañía.

Cuando por fin llego Ryan este se sorprendió al encontrarla ahí. Tras una breve charla Ryan invito a Rose a pasar las Navidades con su familia.

Por la noche durmieron separados pero tuvieron un breve encuentro en la cocina. Rose escucho el ruido del crujido de la madera, pero no lo tuvo en cuenta, aunque la duda seguía en su mente ¿Quién estuvo también en la cocina?

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POV Ryan

Golpes en mi cara hacen que abra los ojos y me levante con furia hacia la fuente de esos golpes. Encuentro a mi hermano de rodillas en la cama y con la almohada a punto de darme otra vez en la cara. No puedo evitar el almohadazo y de la fuerza vuelvo a caer en la cama.

-Uggg.... ¡Para, idiota!- le digo a mi hermano mientras me vuelvo a sentar en la cama.

-Antes no eras tan quejica.- dice Matt.

-Quizás era porque yo también te daba...- cojo mi almohada y le doy en toda la cara sorprendiéndolo y tirándolo de espaldas a la cama- almohadazos.

El cuarto se inunda de risas y golpes con las almohadas. Volvemos a nuestra infancia, cuando teníamos 10 años y ganar esta guerra de almohadas era nuestra única preocupación.

-Dios, para ya.- dice Matt cuando le doy un último golpe.

-¿He ganado?- le pregunto a Matt con la almohada preparada para otro golpe por si acaso.

-Todo tuyo.- dice el moviendo la mano despreocupado. Me pongo de pie en la cama y levanto la almohada como si fuera un cinturón de boxeo.

Me tumbo al lado de mi hermano acompasando nuestras jadeantes reparaciones. Cualquiera que nos viese pensaría que acabamos de acostarnos entre nosotros.... Borra eso de la mente Ryan, tío, que asco.

-Así que has invitado a Rose a pasar las Navidades con nosotros- dice para que yo diga algo.

- Su familia ha ido por su cuenta y no quería y no iba a dejar que las pasase sola.- le digo.

-¿Por qué no querías, ni dejarías que las pasase sola?- me pregunta y ya sé por dónde van los tiros. Al ver que no contesto, el vuelve a hablar- ¿Quizás...porque te importa?- termina diciendo. Sigo sin contestar- Bueno, como veo que no te importa, veré si quiere que caliente un lado de su cama- diga y hace que me hierva la sangre de la cabeza, cuando veo que se empieza a levantar.

-Ni se te ocurra.- le digo poniendo mi mano en su pecho. Veo que una sonrisa se asoma por sus labios y se vuelve a tumbar en la cama.

-Lo sabía.- dice riendo- Te importa, ¿Me lo quieres contar?- me dice.

-Que somos ¿chicas?- le digo intentando evadir el tema.

-cuéntamelo.- me dice Matt poniendo un puchero. Yo suspiro. Debería contárselo a alguien y que me ayude a aclarar mis ideas, aparte de a mi abuelo.

-Me gusta Rose... y mucho, el día de Nochebuena nos acostamos y cuando mama me llamo me fui y no le di ninguna señal de vida hasta que apareció ayer en casa.- le digo.

-eres un capullo, uno de los grandes. Posiblemente ella pensara que solo fue un polvo..., espera ¿Es solo un polvo?- me pregunta

-¡NO!- le digo indignado- Siento cosas por ella, pero me puse nervioso y me fui con el abuelo.- le digo