49. A veces pienso que quien lleva los pantalones en esta relacion es tu abuelo

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Se supone que una noche de chicas no hace nadie a nadie. Bueno, excepto a nuestros hígados.

Dana necesitaba un trabajo y casualmente en la librería donde yo trabajaba había un puesto libre. No hay nada mejor que trabajar con una amiga, ¿Verdad? Decidimos celebrarlo y tener una noche de chicas mientras los chicos tenían la suya.

Nos fuimos a una discoteca nueva y nos pusimos a bailar, cantar, bailar hasta que la fiesta se acabó. George se presentó con un amigo suyo y a partir de ahí todo fui incómodo.

Me desperté al día siguiente en una cama que no era la mía y a Ryan mirándome con cara de cabreo. Los chicos dicen que me echaron algo en la bebida pero yo no estoy preocupada ahora por eso, sino porque Ryan ni siquiera me mira.

¿Lo habré echo? ¿Me he acostado con George?

Sin poder evitar un minuto más de su ignorancia hacia mí, fui a su cuarto para enfrentarle.

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Salgo de mi habitación y entro como un toro en la habitación de Ryan. Él está sentado en la cama y cuando oye e ruido de la puerta me mira.

– ¿¡ME QUIERES HABLAR DE UNA PUTA VEZ?!- le grito.

Él se levanta y me mira y yo me preparo para recibir los cuchillos que me desgarrarán por dentro.

Empieza a acercarse a mí y cuanto más cerca esta, más ganas tengo de besarlo y apretujarlo contra mí. No para de avanzar y cuando nuestros pies se tocan da otro paso obligándome a mí a dar uno hacia atrás, ¿Qué hace? Continua así hasta que me encuentro en el pasillo y de un rápido movimiento, cierra la puerta en mis narices.

Literalmente, mi nariz está tocando la puerta.

Creo que estoy en shock. Me ha echado. ¡Sera gilipollas! La ira me invade y sin poder controlarlo le pego a una patada a la puerta haciendo que el ruido resuene por todo el pasillo.

– ¡TEN CUIDADO!- grita Ryan desde el otro lado de la puerta.

– ¡AHORA TE PREOCUPAS POR MI?- grito a la puerta.

–¡ME PREOCUPO POR LA PUERTA!

–¡QUE TE DEN!- le digo y doy otra patada a la puerta.

–¡NO LE CLAVES LA PUNTA QUE DEJAS MARCA!- dice.

–¡A TI SI QUE TE VOY A METER LA PUNTA DONDE MAS TE DUELE! ¡GILIPOLLAS!-digo y oigo un gruñido que viene de dentro de la habitación.

–Imbécil, gilipollas, estúpido.- digo susurrando mientras me dirijo hacia el cuarto de Eddie.

Recorro los pasillos arrastrando los pies haciendo todo el ruido posible para que Ryan lo oiga. Ahora soy yo la que no quiere hablar con él.

Entro sin llamar a la habitación de Eddie para encontrarme a la parejita revolcándose. Aquí una más caliente que caliente, pero por el enfado, y estos calientes porque...porque se calientan solo con mirarse.

–Hacerme un hueco.- les digo haciendo que ambos salten del susto y apartándose dándome la oportunidad de tumbarme en el medio.- Ni se os ocurra hacer un sándwich que no estoy para tríos– les digo

–Nos has cortado el rollo.- me dice Josh. Y yo le lanzo una mirada que lo callo inmediatamente.

–¿Qué te pasa?- dice Eddie resoplando.

–Me ha cerrado la puerta en las narices y me ha echado de su cuarto como si fuera un perro, ¿Quién se cree? El muy gilipollas.

–Vale...muy bien, y ¿Qué haces aquí?- pregunta Eddie

Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora