Capitulo 5

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Me quedé mirando fijamente la silueta de Jesús y el humo que desprendía el cigarrillo y su boca.
Sus ojos me observaban penetrante, al igual que yo lo observaba a el, mirando su pecho elevarse y contraerse con su respiración. Reprimí una pequeña sonrisa.

- ¿Me estas siguiendo? -le pregunté mientras me levantaba y le daba la ultima calada al cigarro. Lo tiré al suelo y lo pisé.

- "Te prometo que esta vez es pura casualidad" -me dijo levantando las manos para hacerse inocente.

Solté una carcajada y me moví hacia un lado del banco para que se sentara a mi lado, no tenia fuerzas ahora para pelear con un acosador y mucho menos para buscar otro sitio donde estar tranquila.

- Oh venga, te plantas en la puerta de mi casa pero ahora no te sientas a mi lado... -dije con un bufido mientras me cruzaba de brazos. Como seguía sin venir me decidí por amenazarle-. Como no vengas en menos de diez segundos te prometo que me voy y como te vuelva a ver rondando mi alrededor te denuncio -me giré para ver como su gento cambiaba totalmente, ahora sus ojos estaban abiertos de par en par y, bastante sorprendido camino hasta estar justo a mi lado, sentándose.

- "¿Tienes siempre un As en la manga, Maria?" -me preguntó mientras terminaba de fumarse el cigarro. Solte una carcajada, no sabia que me hacia mas gracia en aquel momento, lo del As o que me había llamado por mi nombre.

-Suelo salirme con la mía siempre, Jesús -dije, recalcando su nombre. El se rió, ahora no parecía un acosador, aparentaba ser un chico normal manteniendo una conversación civilizada sin notas y apariciones extrañas.

- "No te creas que yo no lo hago..." -susurró, sacando un paquete de Malboro del bolsillo de su pantalón h encendiendo otro cigarrillo-. "¿Qué haces a estas horas en el parque? Si es que se puede saber, claro..." -su tono de voz se había vuelto llena de curiosidad y sus ojos brillaban por la intriga.

Sonreí y me planteé que hacia allí, en verdad era una tontería pero en aquel momento sentí que debía de huir.

- Simplemente me desperté por culpa y de una pesadilla y salí a despejarme -me encogí de hombros e imité lo que hizo el castaño anteriormente, saqué un cigarrillo, lo encendí y me puse a fumar-. ¿Y tu?, ¿que haces aquí a estas hora? -le devolví la pregunta mientras soltaba el humo por la nariz mirándolo fijamente.

- "No podía dormir así que decidí pasear y, como el parque no esta lejos de mi casa, me senté en el césped hasta que te vi" -comentó mientras sonreía al nombrarme-. "Así que, casualmente, estamos juntos de nuevo" -susurró, colocando el brazo en el filo del espaldar del banco.

Me quedé mirándolo, su perfil era casi perfecto, tenia la nariz recta, las pestañas medianamente largas y sus labios se marcaban levemente. Se giró, observándome directamente a los ojos. Los suyos eran azules claros, casi grises, aunque, a esas horas de la madrugada y con una farolas de luz blanca no se distinguían demasiado bien. Sonreí notando como se me subían los colores.

- Seguiré pensando que me acosas y me persigues -bromeé mientras miraba la hora en mi móvil. Eran ya las seis de la mañana y, como no regresara pronto Gloria se levantaría y le darían siete ataques al no verme.

- Creo que tengo que volver, ¿me acompañas? -abrí mucho los ojos justo cuando solté la pregunta. A el se le iluminó la cara y se levantó de un salto. Me ofreció la mano, un gesto muy caballeroso el-. Oh, muy educado por tu parte -dije, aceptándola.

Caminamos en silencio por las calles oscuras de Madrid. El rompió el silencio.

- Por cierto, estás preciosa con ese vestido -me dijo sin mirarme. Preferí no contestar así que seguimos caminando en un silencia bastante cómodo.

Cuando nos encontrabamos ya en la puerta de mi casa, el me cogió la mano y la ma besó educadamente. Me sonrojé y sonreí. El no soltó mi mano y, en un abrir y cerrar de ojos tiró de mi y me encontré con su cuerpo. Me abrazó e inconscientemente yo le respondí ordenando su cintura con mis brazos.

- "Hasta mañana" -me susurró el odio mientras me soltaba y se alejaba de mi.

- Adiós -le respondí con un hilo de voz.

Me di la vuelta rápidamente y entré en mi casa rápidamente. Cuando encendí la luz y miré hacia el salón encontré al demonio personificado. Todo mi pelo se erizó al instante y quise que la tierra me tragase.

You're mineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora