Lo observé detenidamente, era jodidamente sexy aquel hombre. Suspire si no comenzaba a hablar ya sacaría de quicio a Jesús, y no era algo que yo deseara.
- Bien... Todo empezó esta mañana pasada... -y así comencé a contarle todo lo que me había sucedido, desde mi salida del hospital extrañamente vacío hasta ese justo momento donde yo hablaba rápido y sin parar.
Al acabar, sentí como si me hubiera quitado un peso de encima, como si aquello hubiera sido lo mejor que me podía haber pasado. Pasó una mano por mi espalda y fijé mi mirada en sus ojos, parecía estar perdido y su respiración era agitada.
- ¿Todo bien? –le pregunté mientras me inclinaba hacía él. Se mantuvo en silencio negando con la cabeza. Mi cuerpo cambió totalmente, comencé a sudar y sentí como palidecí totalmente-. Dios, habla de una jodida vez –solté de golpe mientras cogía la sabana en mi puño como si eso fuera a relajarme.
Se levantó totalmente desnudo y en un silencio inmenso rebuscó por el suelo sus boxers, se los colocó una vez los encontró y caminó hacia fuera. Me levanté corriendo para seguirlo, abrazando la sabana para así cubrirme, me negaba a buscar mi ropa interior.
- Creo que es necesario que te sientes –su voz era totalmente apagada, como si estuviera hablando de un fantasma. Suspiré mientras me sentaba en una silla y lo observaba-. Todo pasó rápido, al menos eso dijeron, ibas conduciendo, tu siempre has sido de seguir las normas pero, joder... -su voz era entrecortada y en ningún momento me miró a la cara, mantenía la mirada fija en sus manos que se encontraban entrelazadas-. Gloria siempre fue una chica responsable, siempre cumplía las normas y nunca corría...
- No me cambies el tema, dime qué demonios tienes que decirme y no metas a mi hermana en esto –le corte bastante borde consiguiendo que si merara se centrara en mis ojos. Mi vello se erizó y consiguió darme miedo.
- Tuviste un accidente de coche... Conseguiste salir pero... pero... la culpa fue de ella, no te culpes Mery, tu paraste, tú no te saltaste ese stop, no tuviste la culpa de su muerte –me quedé totalmente helada, no sabía cómo reaccionar ante ello. Ahora tenía millones de preguntas más que como no fueran respondidas pronto iban a conseguir matarme a mí.
- ¿Quién ha muerto?, ¿hace cuento fue el accidente?, ¿qué pasó exactamente? –quien tartamudeaba ahora era yo.
- Vístete, creo que una imagen dice más que mil palabras –no tuvo que decirme nada más ya que salté de la silla y corrí a la habitación. No estaba en condiciones de rebuscar entre toda la ropa del suelo cual era la mía, así que abrí mi armario y saqué un pequeño conjunto de ropa interior blanca muy sencilla, acompañado por unos vaqueros y una camiseta de manga larga que dejaba mis hombros fuera. Me coloqué mis vans negras y salí para encontrarme a un Jesús más relajado.
Salimos de la casa en un completo silencio y no cogimos el coche, solo caminamos, él unos pasos más delante de mí, con la cabeza baja y yo pateaba piedras mientras miraba al suelo con las manos en los bolsillos.
¿Cuánto llevábamos andando, media horas? Estaba ya bastante cansada, pero no físicamente, sino psicológicamente, no paraba de darle vueltas a la cabeza entonces, algo se unió pero, cuando levante la cabeza solo pude encontrarme rodeada de lápidas. Jesús se encontraba a varios meros alejado de mi parado de cuclillas. Corrí todo lo que pude para llegar a su lado y, todo encajó...
- Dime que no fui yo... -comenzaba a estar más nerviosa de lo normal, mi cuerpo entero temblaba y no podía controlarme-. Dime que no está muerta –noté como las lágrimas quemaban mi piel-. ¡¡DIME QUE NO ESTÁ MUERTA POR MI JODIDA CULPA, JESUS!! –justo en aquel momento noté que mis rodillas escocían como demonios pero no, me daba igual, no podía ser verdad.
Todo pasó tan rápido, todo vino a mi mente, ese día de clase, ese 15 de septiembre de hacía ya bastante años cuando una niña gordita y bajita entró al aula y la presentaron como la niña nueva. Escuché los insultos y las risas provenientes de todos mis amigos hacía ella, incluso cuando escuché mi voz siguiéndoles el juego. Me sentía de nuevo una niña de 10 años, esa niña pequeña y de pelo liso correteando y llorando en el hombre de su madre porque no quería ser como sus compañeros. Recordé cuando le hablé, cuando la defendí infinitas veces e incluso las peleas que tuve con los "matones" de mi curso con tal de que la dejaran en paz, lo recuerdo como si fuera ayer.
- Dios mi vida... ¿Te acuerdas cuando te conocí? Joder, éramos enanas... Crecimos de la mano, literalmente, aun cuando quise matarte infinitas veces por tonterías de crías, aun cuando tu madre tuvo que ver para que pasáramos todo un curso sin hablarnos, aun cuando conseguías que un chico saliera contigo en vez de conmigo, dios cariño... ¿por qué? Creo que siempre fui lo mejor amiga posible, siempre quise sacarte una sonrisa, ayudarte y guiarte por el mejor camino, siempre quise mantenerte a salvo de idiotas, pero no te mantuve a salvo de la persona más idiota, no te salvé de mi misma –las lágrimas quemaban por mis mejillas y mis ojos ardían, ya no veía absolutamente nada por tanta agua derramada-. Dios, me acuerdo de la primera borrachera que pillé a tu lado, tú estabas a mi lado sin beber nada, manteniéndome lo más firme que podías, separándome de toda mala junta, me acuerdo que te prometí que no bebería más delante de ti, y lo he cumplido, delante de ti siempre me he mantenido como la hermana mayor que era –por un momento sentí una gran falta en mi pecho, no podía coger aire, y ahí comenzó de nuevo, ahí estaba ese maldito pitido y esos malditos calambres que me desgarraban por dentro.
- ¿MERY? –entendí a la perfección la voz de ese ángel que el señor dejó en vida hacía ya años pero... Ella no podía ser – Dios, María, vuelve –y entonces la voz se volvió más clara.
Abrí los ojos de golpe, encontrándome con la cara de Jesús a escasos centímetros. Me abrazó como si me hubiera muero y resucitado. Escuché latir su corazón, tan acelerado que por un momento pensé en que le iba a dar un infarto.
- Déjame con ella, déjame a su lado... -me aparté de él lo más rápido que pude y volví a hincarme junto a la tumba.
Volví a llorar abrazada a la lápida blanca que marcaba el final de una vida, aunque podía decirse que era el final de dos vidas porque ella se había llevado la mía. Comenzó a llover, aunque eso no hizo que me levantara parara de llorar, solo hizo que mis lágrimas se disimularan con el agua y mi ropa se llenara de barro. El constante golpe de las gotas en mi piel comenzaba a doler, pero aún más cuando golpeaba mis rojos e irritados ojos y mejillas.
- ¡¡DIOS GLORIA, LO SIENTO!! –grité a pleno pulmón, ignorando el agua o si alguien llegaba-. Perdóname, lo siento tanto... debería estar yo en tu lugar... -pude decir mientras intentaba coger aire con mis pulmones.
¿Cómo pude matar a mi mejor amiga? Eso jamás podría perdonármelo... Acababa de perder lo más importante que tenía en esta endemoniada vida.
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Hola queridos lectores e.e
Siento subir después de siglos, pero estuve demasiado liada como para subir antes u.u Vengo a decir un par de cosillas e.e
1. Dejé aquí al lado la canción con la que me inspiré a subir capitulo, si, una canción demasiado animada como para esto tan sumamente trágico, pero la escuché y dije... DIOS, MI HISTORIA
2. Si, maté a mi mejor amiga o.o No sé si ella me lo perdonará, pero bueno, yo quería representar uno de mis mayores miedos aquí, en una novela, así que ya saben que sin ella mi vida sería un completo desastre...
3. Por último digo que el final de mi historia está cerca. Si, es demasiado corta pero... Eso es lo que es, una historia corta. No quiero alargar mi sufrimiento demasiado, y tampoco quiero darle mucha bola porque al final acabareis aburriéndoos, igual que yo también lo haría, así que piensen que quedan unos 2 o 3 capítulos, que pueden ser unos pocos más jajajajja
4. Por cierto... Os invito a leer la historia de una buena escritora, ella es lauritabl ¡No os arrepentireis!
¡¡RECUERDEN!! Votar y comentar si os gustó el capítulo y si queréis saber más sobre próximas subidas o nueva historia, seguidme ;)
Un beso <3
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You're mine
Short StoryEsta historia, a demás de ser la primera que escribo aquí (tened piedad conmigo), trata sobre mi gran miedo que, ya vereis cual es...