CAPITULO 13.3: "Secretos y tatuajes"

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CAPITULO 13.3: "Secretos y tatuajes"


Lucas

La noche fue corta, pero placentera al recordar donde había dormido. Al reincorporarme en el sofá, veo a Vicky en la cocina, ya esta arreglada y demás está decir que le asientan bien las mañanas.

- Buen día, señor pereza - me dice Vic, con una sonrisa radiante -, eres como un oso invernando, no te despierta ni una tormenta.

- ¿Qué puedo decir? - le digo -. Tengo un sueño profundo, y además dormí bastante bien, considerado el lugar.

- Ya veo lo bien que dormiste, son casi las 12am. Dentro de unos minutos estará lista la comida. Ricky ya debe estar por llegar. Así que ve a bañarte, lave tu ropa y la puse en el baño para que te cambies.

- ¿Lavaste mi ropa? - le pregunto con el entrecejo fruncido.

- Pues si - dice, encogiéndose de hombros -, hoy me tocaba lavar y como también lave la ropa de mi primo, no me costaba nada hacer lo mismo con la tuya.

- Gracias, pero no era necesario. Parece que me excedo al permitirte hacer eso.

- ¡Bobadas!, no es nada. Además estas en mi casa y o mínimo que puedo hacer es atenderte.

- Te lo agradezco, pero entonces quiero que te quedes en mi casa, para yo poder atenderte a ti.

En eso se voltea y me mira con ojos interrogantes. Como si le hubiese dicho la mayor barbaridad de la historia.

- ¿Tú crees que yo voy a ir a quedarme en tu casa, sabiendo que tu papa, que es algo así como mi jefe, vive allí contigo? - me cuestiona, con las manos en la cadera

- No veo nada de malo - le respondo divertido -, además creo que estaría encantado de que te lleve a mi casa. Pero eso sí, tienes que dormir conmigo, en mi cama.

- ¡Serás atrevido! - me responde, tirándome un trapo que logro esquivar con facilidad -, vete a bañar, que no quiero a hombres apestosos en mi casa.

- No huelo mal, ¿quieres comprobar? - me acerco a ella, señalándole mi cuello para que me huela -, de seguro te enamoras de mi olor.

- No seas payaso - dice riéndose y empujándome juguetonamente -, ve a bañarte antes de que llegue mi primo.

- Como mande señora - le doy un beso rápido en la mejilla y voy a ducharme.

Mientras el agua recorre mi cuerpo, me hiela cada uno de los poros. No logro entender como no tiene un pinche calentador. Tiene unas manías bastante peculiares.

Al secarme el olor de la toalla se impregna en mi olfato, y al colocarme la ropa recién lavada compruebo que ahora llevo su fragancia.

Victoria es una mujer muy especial, me di cuenta que le gusta atender a las personas, y así demostrar lo importante que son para ella; su lenguaje del amor es el Servicio, que consiste en hacer cosas que agraden y alegren a los que están a su alrededor. Haciendo esto ella demuestra su amor, y me alegro que me incluya a mí en esa lista.

Al salir de baño, veo que Ricardo ya ha llegado. Y la pinta que tiene refleja la gran resaca que lleva encima.

- Vaya, vaya - dice Ricky, mirándome con los ojos entrecerrados -, mira a quien tenemos aquí. Lograste colarte al apartamento de mi prima, y sin mi permiso.

- ¿Necesitaba tu permiso? - le cuestiono divertido, siguiéndole su broma -, ¡imagínate!, sin tu permiso me han atendido como un rey, no quiero ni imaginar cómo sería con un documento firmado por tu parte autorizando mi estancia.

Lo que te di de Mí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora