CINCO

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La carta evidentemente confirmaba sus sospechas: su madre o había abandonado a su padre o estaba... muerta. No quiso de ninguna manera si quiera considerar la segunda opción, prefería preguntar, investigar antes de echarse a llorar por algo que no sabía para nada si era cierto o falso. Guardó todo con rapidez al sentir la puerta principal cerrarse, se echó en la cama que pertenecía a su padre y que hace pocos años también perteneció a él. Vio la gran sombra de Daryl aparecer por la puerta y se quedó por largos segundos ahí observándolo o quizás observaba que estuviera todo bajo control.

― ¿Estás bien Merle? ―preguntó mirando sus botas para después apretar la mandíbula.

El chico se incorporó negando, estuvo a punto de hablar cuando un vidrio se rompió ahí afuera y una mujer gritaba como en aquellos parques de diversiones a los que Merle había sometido a su hermano a ir, como si se tratara de la adrenalina en Alexandría. Entonces en lo primero que pensó Daryl fue en los lobos ¿Quizá habían vuelto buscando venganza? Miró a su hijo con preocupación, nuevamente sentía esa sensación de que perderían a alguien.

―Necesito que me cubras desde aquí arriba, iré a ayudar a los demás. ―le ordenó a su hijo y este asentía con preocupación. ― No te preocupes hijo, volveré.

Al menos le había enseñado a usar la ballesta y Sasha de propia voluntad le había enseñado a disparar como la mejor francotiradora le había dejado enseñanzas de defensa extraordinarias a Merle. Daryl corrió a las afueras mientras sentía los cuerpos de su alrededor caer, su hijo ya estaba haciendo su trabajo de defenderlo. Él continuó corriendo hasta ver a Rick arrodillado con la ametralladora entre manos disparando a cualquier cosa que se moviera, no le dio tiempo de preguntar sólo se arrodilló y disparó junto a sus colegas.

― ¿A qué mierda le estamos disparando? ―preguntó Daryl sin saber ni siquiera quienes eran sus rivales y quienes eran sus amigos.

―Los lobos regresaron, con un líder le apodan "Aphid" ―susurró Rick― Ojos grandes y azulados, mugriento, encapuchado y no pude ver más, pero no parece ser como los demás hizo que se detuvieran.

― ¿Te vio? ¿Saben cómo te llamas algo? ―preguntó Daryl observando como todos se marchaban corriendo detrás de la figura líder.

―No, no vio a nadie porque llegaron con bombas de humo ―suspiró Rick bajando la guardia y volteó a ver a Michonne― ¿Estás bien?

Preguntó el líder a su esposa mientras esta asentía con preocupación, pues no habían estado en guerra desde hace muchos años y eso estaba bien todos querían sentirse como los antiguos seres humanos que alguna vez fueron, pero si eran sinceros parecía ser una meta imposible de alcanzar.

Rick y Daryl tenían una discusión pendiente, por ahora no era momento de hablar sobre eso sino más bien sobre debatir que hacer para detener a los lobos quienes se habían llevado a muchos seres queridos por delante y si lo más doloroso fue Rosita porque ella esperaba un niño en su vientre y la decapitaron sin piedad dejándola a las afueras de Alexandría para ser hallada por los miembros del grupo.

Pusieron los seguros de todas las puertas y corrieron a la junta, puede que nada fuera democracia con Rick al mando, pero siempre quería oír la opinión de sus más cercanos y obviamente eso incluía a Daryl quien ya era prácticamente parte de la familia desde hace mucho tiempo.

***

Beth llegaba de aquella guerra furiosa con sus nuevos amigos, ellos habían jurado que era gente de mal que se dedicaba a matar a otros de puro placer. Cuando vio a civiles, entre ellos niños sintió impotencia y decidió abandonarlo, no soportaba la idea de matar a inocentes mucho menos siendo engañada.

It's HurtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora