Beth estaba anonada, estaba abrazando a ese alguien que buscó por largos años. A ese alguien al que por última vez vio hace catorce años cuando apenas tenía semanas de nacido y se sentía confundida, tenía tantas preguntas en mente, pero aunque tratara de hablar no pudo emitir ningún sonido de su boca. Todo lo que hacía era mirar a su pequeño que ya no era tan pequeño y volver a abrazarlo, era tan parecido a ella, esa nariz de su padre y también su aroma a Daryl la iban a desquiciar.
—No lo puedo creer mamá —sonrió él mientras le besaba las mejillas.
—Te busqué por mucho tiempo Hershel —replicó ella en llanto.
Merle sentía que estaba completo, su madre era hermosa tal y como se la había imaginado, no lo podía creer. Necesitaba llevársela a su papá, poder hablar los tres y ver que pasaría pero por ahora no quería despegarse de ella. Y como no si pasó los últimos años tratando de descifrar quien era su madre gracias a que Daryl nunca le quiso revelar ni lo más mínimo relacionado a aquello, lo comprendía al final de todo porque ahora estaba feliz y le perdonaría al mundo entero cualquier error, además también comprendía que su padre estaba en un luto permanente y no quería que su hijo también lo estuviera.
—Lo sé mamá, yo apenas supe de ti quise venir a visitarte. Hasta que me han dicho que estabas viva, no te imaginas... —y la voz se le quebró.
Beth también sollozó y consoló a su hijo, por fin lo tenía entre sus brazos y no sabía como pero iba a recuperar los catorce años perdidos porque al final de todo no era culpa de nadie todo lo que pasó, ni siquiera de ella así que lo único que pretendía ahora era saber que había hecho Daryl de su hijo, quien era Hershel que se autodenominaba Merle y como estaban todos sus amigos los cuales no sabía hace años.
—Hijo no tienes ni idea de lo feliz que me hace tenerte conmigo —sonrió ella sosteniéndole la cara al niño— No creo que sea el mejor momento para hablar, creo que es algo que debemos hacer los tres... Con tu padre.
Merle asintió.
— ¿Dónde está él? ¿Sabe que estás aquí?
—Está en Alexandría, supongo. Y no lo sabe porque... No me hubiera permitido venir —suspiró él, no quería decepcionar a su madre.
Merle realmente quería que se reencontraran y solucionaran todo para finalmente ser una familia feliz.
— ¿Por qué no te hubiera dejado venir? —preguntó ella sin comprender nada.
—No ha querido que sepa nada de ti, mamá, papá ha estado herido durante muchos años —explicó— Su dolor no lo dejaba hablarme de ti, ni siquiera ha vuelto a enamorarse.
Beth lo comprendió porque a ella le pasó igual, pero no se imaginaba él dolor de Daryl porque para él, ella estaba muerta. Tenía tanto miedo de verlo, de verlo y que no supieran como reaccionar ni que decirse, ella lo seguía amando con la misma intensidad de siempre y no sabía si era igual lo que él sentía por ella. Fue inevitable para Beth recordar esa funeraria, su supervivencia antes de ser secuestrada y a pesar de que ya habían pasado muchos años de eso lo recordaba con la misma claridad que siempre lo recordó, quería abrazarlo y decirle que siempre quiso buscarlo pero que nunca lo encontró y que moría por estar con él y que todo ese tiempo necesitó sus caricias y abrazos pero que aunque buscó hasta por de bajo de las piedras no lo pudo encontrar.
—Yo... Yo lo entiendo —dijo ella comprensiva.
Judith se acercó a la escena de madre e hijo, sabía que Beth la cuidaba cuando era bebé pero no la recordaba en absoluto sólo sentía deseos de acercarse como si se tratara de alguien que conocía hace demasiado tiempo.
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It's Hurt
FanfictionBeth estaba muerta para todos, incluso su hijo pensaba que estaba muerta. Cuán equivocados estaban, además de vivir en sus corazones, también vivía en un lugar que le traía los peores recuerdos y si seguía ahí tan sólo lo hacía para ayudar a quienes...