It's Hurt

SEIS

Beth empezaba a preocuparse por Edwards ya que él fue claro que sólo tardaría unas horas y ya iban dos días sin que regresara, no podía sola... así que como una primera muestra de confianza de parte de los lobos pidió que la ayudaran a buscarlo el problema era que ni siquiera había dicho dónde iría a parar, ni mucho menos que iría hacer así que sería una búsqueda por los alrededores.

―Beth te hemos limpiado las flechas para tu arco ―anunció Kyle.

―Gracias Kyle ―suspiró Beth recibiendo sus flechas― Pide a Lyla una ración extra de comida, es amable de tu parte preocuparte de esa forma de mí.

Kyle asintió mientras sonreía y salía de la oficina de Beth. Ella no estaba tan contenta y no tenía nada que ver con las flechas más bien se trataba de Steven... no quería perderlo y sabía muy bien que él se estaba poniendo viejo, pero pese a todo eso no quería separarse de él porque no quería y porque no estaba lista, todo dependía de él. Además era el único que podía ayudarla a buscar a su familia o el resto que quedaba de ello, porque parecían haber desaparecido.

―Dónde estás Edwards, dónde ―no era una pregunta, era un enigma que ella misma se planteaba.

Después de eso salió a ayudar a los lobos con el rastreo a Steven, muchos caminantes muertos por la carretera era un camino fácil de seguir aunque podían ser otros sobrevivientes los asesinos de aquéllos caminantes. Siguió sin pensarlo aquéllas manchas de sangre, no sin antes cubrirse como los lobos se cubrían el rostro y vio a dos figuras una más pequeña que otra acercarse a ella, tocó su arco apunto de sacarlo hasta que vio las gafas de Steven en el rostro del más alto. Corrió para su encuentro y lo abrazó poniendo en alivio su corazón, ya tendría tiempo de hablar ahora quería saber quien era el pequeño que lo acompañaba... le recordaba tanto a alguien y en esos momentos no podía concretar a quien.

―Steven dijiste sólo unas horas, han pasado días me tenías con el corazón hinchado de la preocupación ―suspiró― ¿Quién es tu invitado?

Sonrió mirando al niño, estaba precioso pese a estar cubierto de sangre y lodo. A Beth se le hizo extraño la forma en que el pequeño la miraba... con tanta curiosidad que por poco y no le daba una vuelta para mirarla bien.

―Te he visto antes ―aseguró el pequeño y Beth frunció el entrecejo.

― ¿Qué?, ¿dónde? ―Beth sonrió y Steven escuchó la conversación atentamente.

―No lo recuerdo ―concluyó el pequeño Hershel sin apartar la vista de los ojos de Beth.

Se le hacía muy familiar esa mirada, esas actitudes tan cordiales aunque informales al mismo tiempo. Hershel creía haber visto esos ojos en fotografías que su madre recortaba y metía en un sobre junto a una nota con destino a Alexandría.

―Lo encontré en el bosque camino a una comunidad. Él pertenece ahí, pero desconfía de mi así que me lo traje espero que no te moleste ―sonrió Steven y Beth al instante negó.

―Sabes que siempre es bueno para mi tener niños cerca ―suspiró Beth recordando a su hijo Hershel― ¿Quieres entrar y darte un baño?

Preguntó ella poniéndose a la altura del pequeño y este asintió. Juntos caminaron hasta el hospital mientras Beth gritaba que ya lo había encontrado. Los lobos sonrieron a Beth para después entrar junto a ella hasta el hospital, unos cuantos se quedaron atrás esperando a Steven... uno de ellos apuntó a Beth, para después apuntar a Steven y pasó uno de sus dedos por su cuello murmurando:

―Están muertos.

***

Maggie, Maggie, Maggie... no le decía absolutamente nada dudaba mucho que tuviera que ver con el nombre de su madre, además él siempre se la imaginó rubia y esta morena no le familiarizaba para nada de como se había imaginado a su madre así que parientes no eran en lo absoluto. La vio tomar café mientras se secaba las lágrimas, al parecer estaba sufriendo y nadie le había explicado a Hershel el por qué así que se sentó frente a ella y sonrió.