Por fin empezaré a ver mundo.
Lo que me espera este año, tres países, nueve meses, y muchas ganas de conocer a mis nuevos compañeros, maestros...
No sé cómo será, de hecho, ninguno de los tres sabe algo.
No sé cómo me irá perdida en diferentes int...
El lunes que viene empieza el nuevo curso, hoy llevaré las maletas al Internado Reina Sofía a las afueras de Madrid.
El curso empieza el martes 12 de septiembre, y el día 22 de diciembre volveremos, mientras que el día 8 de enero nos trasladaremos al Internado Greenwich Español de Inglaterra, alejado del núcleo urbano y el 11 empezaremos, el 23 de marzo volveremos y para terminar el curso nos iremos al internado Madeline School, escuela española de Francia, dentro del núcleo urbano, en el bello centro de París, el día 3 de abril, y volveremos el 22 de junio.
Lo tengo todo planeado, ha de ser el curso perfecto. Mis mejores amigos van conmigo, no más problemas, no más contratiempos y no más dudas acerca de nada. Me encanta esto del intercambio, pero no me gusta tener que dejar a Marc mi hermanito aquí solo, bueno quizás no tan hermanito solo es un año menor que yo. Lo echaré de menos. Bien querido diario, aquí te dejo mamá me está llamando, dentro de hora y media cogeré el AVE dirección Madrid. ¡Tengo ganas de empezar!
NARRADOR OMNISCIENTE
Leila baja deprisa las escaleras de madera de su casa, cruza la sala de estar y coge el bolso y su abrigo del perchero del recibidor. Se pone el abrigo lentamente, con parsimonia, intenta alargar ese momento aunque sabe que dentro de unas horas volverá a estar en el mismo lugar de ahora, cree que ya no será la misma cuando lo haga. Se observa en el espejo de cuerpo entero. Su vestido rosa cae suavemente por su delicado y delgado cuerpo de pálida piel, el vestido se ajusta a su torso y luego cae hasta la rodilla, el encaje es suave y ligero, las bailarinas negras que calza, nuevas, quedan perfectas con las medias transparentes, cualquiera podría poner la mano en el fuego y decir que no las lleva. Saca su mejor sonrisa antes de contemplar su casa de nuevo, sale por la puerta y baja las escaleras de su octavo piso hacia la portería. Su dúplex cubre las dos platas más altas, la octava y la novena, y no escatima en lujos, desde el enorme televisor de plasma en el centro de la sala de estar hasta la maravillosa terraza llena de flores. Que más se puede pedir si vives en la pura Eixample de Barcelona.
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Su pelo está ligeramente despeinado cuando cruza el portal de vidrio y observa a sus padres delante de ella, que a su vez observan atentamente a su hija mayor, de la cual al menos su padre esta llenamente orgulloso, su madre es más difícil de contentar, pero aun así quiere muchísimo a su hija.
Mamá ya estoy lista— dice suspirando y su madre la observa.
Leila es una adolescente realmente guapa, su cabello castaño chocolate contrasta con su clarísima y fina piel, sus ojos son lo primero en lo que se fija la gente cuando la ve, son azules muy potentes, no de esos desvaídos que casi ni se distinguen de la esclerótica, no, sus ojos son azules como el cielo en esos días de verano resplandeciente, aunque a veces se pueden confundir con gris, depende de la luz que reciban. Suele maquillarse muy poco, y eso aun destaca más sus facciones.
