Capítulo 31:

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NARRA LEILA

Llaman repetidas veces a la puerta. ¡Es que una adolescente no puede dormir hasta tarde un sábado! Gruño contra la almohada, los chicos se han quedado todas las noches desde que llegó papá y no he descansado demasiado, ha habido muchas tormentas, pero por fin está pasada noche los mandé a todos a sus habitaciones. Tanto James como Hunter han estado conmigo todo el rato, cada uno tiraba de uno de mis brazos para que pasase tiempo con ellos, y al final me han agobiado.

Leila levanta que hoy tenemos las pruebas— dice la voz de Austin muy relajada desde lejos.

¡Mierda!— chillo levantándome de la cama— Se me había olvidado— corro a la puerta y la abro, solo están Blake y Austin preparados—Blake, Austin— digo y los abrazo mientras los hago pasar— ¿Pasa algo? Es temprano, digo mirando el reloj de mi mesita que marca las siete.

Si— dice Blake y se sienta en mi escritorio.

Si he hecho algo mal lo siento— digo, no he tenido una semana demasiado buena.

No, Leila al contrario— dice Austin—Venimos a preguntarte ¿Cómo estás? Has tenido a James y a Hunter muy pegados y queremos saber cómo te encuentras.

Bueno, — digo tirándome a la cama— sinceramente a veces me agobiaban por eso ayer os mandé a todos a vuestras habitaciones, puedo soportarlo pero necesito saber qué les pasa— digo—eran peleas entre ellos constantes, que si ahora duermo con uno o con el otro, los dos querían sentarse a mi lado en clase, en el comedor, en la biblioteca, querían ir conmigo a montar a caballo, a entrenar, a comprar, querían ir a donde yo fuera incluso cuando iba con tu hermana Blake y con Lexy. — expongo la situación— La verdad es que me he sentido asfixiada y aprisionada, aunque sé que en ningún caso era su intención— les aclaro.

Bueno Leila, queríamos contarte una cosa que sabemos, pero no puedes decir nada— dice Blake intranquilo.

¿Blake estás seguro de que debemos contárselo?— dice Austin y observo como se miran detenidamente.

Es nuestro deber como amigos de los dos— dice Blake.

¿Qué pasa chicos?— digo, me empiezan a preocupar.

Leila, Hunter tiene miedo— dice Blake de golpe.

¿Miedo? ¿De qué?— pregunto.

Tiene miedo de que James te haga daño— me responde Austin.

James no me hará daño— digo y me mosquea que lo piensen— es imposible.

No Leila, — dice Blake—desde que te pusiste enferma Hunter ha intentado velar por ti, pero ahora James está muy cerca de ti.

Leila sabemos que hay algo entre vosotros dos, y que va más allá de la amistad— dice Austin sin dejarme hablar muy seguro de su idea.

No hay nada formal, nos hemos besado y eso pero nada más. — les explico y Blake asiente suavemente— Chicos os lo puedo prometer que James no me haría daño queriendo.

Pero es que tú no te das cuenta Leila, — dice Austin— no es daño físico, aunque alguna vez se haya dado el caso, es daño emocional y tu ni te das cuenta, siempre te preocupa siempre vas tras su perdón dependes mucho de él y a veces nos alejas a los demás y quizás podríamos ayudar— explica y veo claro lo que pasa.

Esto no es problema de James, lo sería igual si fuera Alex y no James, el problema que tenéis es que estáis celosos porque paso más tiempo con él— les recrimino.

No Leila— dice Blake— hay algo que te cierra al mundo y creo que él tiene que ver, algo en tu pasado.

No hablemos de mi pasado ya sabéis demasiado, no debería haber dicho nada. —susurro—Chicos, siento si os sentís apartados, pero debéis comprender que James es una gran parte mía, y no me voy a alejar de él.

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