Capítulo 28:

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NARRA LEILA

Que bien que se siente despertar con besos en la clavícula, en la tripa, en el cuello...

Ahh—suspiro.

Espera un momento alguien me está besando, me levanto deprisa haciendo que James, no sé cómo, se golpee con el cabezal de la cama.

Oh eras tú—digo abrazándolo— perdona.

No pasa nada princesa, siento haberte asustado—dice y besa mi frente.

¿Qué hora es?— pregunto frotándome los ojos.

Las siete, a las ocho tenemos que estar en el comedor— dice jugando con mis manos sé que está nervioso— oye lo de ayer, por favor no lo cuentes.

No lo iba a contar. ¿Porque no quieres que sepan que nos hemos liado? No pasó nada más— digo aunque yo tampoco quiero que nadie se entere.

La gente pensaría mal, nos mirarían mal sobre todo a ti, y eso lo quiero evitar— sonrío.

Y por eso eres mi mejor amigo, no quiero que la gente te mire mal— digo dejando un suave pico en sus labios— voy a ducharme, tardo veinte minutos.

Me encierro en el baño y me quito la poca ropa que llevo, me meto bajo el agua caliente y me lavo el pelo y el cuerpo deprisa, salgo a fuera y me seco, me pongo mi bata de seda mientras me arreglo el pelo, lo seco y hago unas ligeras ondas con las tenacillas. Me maquillo ligeramente, rímel, raya, colorete y pintalabios pero muy sutil.

Salgo del baño y James ya lleva el uniforme de los días que tenemos que ir arreglados, supongo que tenemos reunión, últimamente no me entero demasiado.

Que guapo— digo acercándome juguetonamente a él.

¿Me la pones?— dice dándole vueltas a la corbata roja entre sus dedos.

Claro— digo y se la cojo de entre los dedos, me acerco mucho a él y él me acerca aún más tomando mi cintura y apretándome hacia él, su mirada me pone nerviosa mientras se la ato bien— listo— digo y me aparto de él poniendo mi pelo detrás de la oreja.

No tienes que ponerte nerviosa— dice y me abraza.

Lo sé—digo y beso su mejilla y él hace lo mismo mientras reímos.

Creo que me voy a poner la falda negra con el chaleco negro y la chaqueta roja, la camisa blanca y la corbata roja— digo sonriendo—pero ropa interior blanca o negra— digo mostrándole dos conjuntos de ropa interior, el blanco es de encaje y con transparencias las dos piezas y el negro es solo de encaje— ¿Cual me pongo?

Ehh— se pone colorado y me acerco a él— nunca te he visto con ropa interior blanca.

Bien pues el blanco—digo y me alejo de él meciendo las caderas, me doy la vuelta quedando de espaldas— me voy a cambiar aquí.

Bien— dice y lo oigo tragar saliva.

Dejo caer la bata de seda al suelo y sé que tiene la vista puesta en mi cuerpo desnudo de espaldas a él, me pongo las braguitas moviendo más mi trasero de lo necesario, y oigo un gemido, me muerdo el labio, me empiezo a colocar el sujetador, me giro y lo observo está rojo y rio ligeramente.

¿Te importa abrochármelo?—digo—en el primero.

B.. Bi... Bien— tartamudea dice atándomelo, sus manos rozan mi espalda y la acarician una vez ha terminado de abrocharlo.

No tienes que ponerte nervioso—digo riéndome.

No lo hago—dice él— pero no me tortures así.

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