Por fin empezaré a ver mundo.
Lo que me espera este año, tres países, nueve meses, y muchas ganas de conocer a mis nuevos compañeros, maestros...
No sé cómo será, de hecho, ninguno de los tres sabe algo.
No sé cómo me irá perdida en diferentes int...
¿Estoy estresada? Sí. ¿Estoy de los nervios? También.
No paro de dar vueltas, me va a dar un paro cardíaco, no lo niego.
Llevamos toda la semana entrenando y por fin es viernes y aunque nunca me muestro insegura hoy si y es que tengo que fingir y si no lo sé hacer adiós al plan.
Leila, entra al baño, los chicos llegaran en media hora y estás sin bañar— dice Jane, la cual me ha estado ayudando a centrarme durante toda la semana.
Si tienes razón— digo dispersa en mi mente.
No te preocupes que todo saldrá bien, vamos muestra tu parte más oscura.— rio ante su comentario—Déjate llevar por esa Leila sucia, atrae a todos los chicos. Embóbalos—dice y las dos reímos ante su tono de voz—Relájate, puedes hacerlo.
Si, ahora me relajaré, todo saldrá genial, confío en los chicos—digo.
Yo me voy, no quiero lidiar con su estrés también, ya he tenido bastante, —se ríe— además me tengo que arreglar y ayudar a las chicas— dice, me besa la mejilla y sale de mi habitación cerrando la puerta suavemente.
Entro al baño con la ropa interior en mi mano y una bata como la de las tiendas, regalo de Jane.
Me desnudo y me meto en la ducha, lavo mi pelo con el champú de vainilla y el cuerpo con el jabón de chocolate, me pongo un acondicionador y la crema hidratante neutra, salgo del baño con la ropa interior puesta debajo de la bata.
Meto la ropa que llevaba en el capazo de la ropa sucia y me tiro a la cama a descansar. Un descanso de apenas diez minutos. Abro la puerta y los 5 chicos entran con varias bolsas en sus manos.
Chicos vestiros— digo ayudándolos a dejarlo todo encima de mi escritorio vacío—voy a secarme el pelo, ahora vuelvo.
Entro al baño, no quería incomodarlos estando allí en medio, cojo el secador y me lo seco un poco de hecho odio secarlo con secador. Lo desenchufo y salgo del baño.
Observo a los chicos, sin aun haber terminado de vestirse, se terminan de abotonar la camisa, se ponen los zapatos y se ponen en fila ante mi atenta mirada.
Paseo por delante de ellos, y los observo de arriba abajo repetidas veces. Están guapos.
Chicos abrid tres botones de la camisa de la parte de arriba y uno de abajo—digo—Austin —lo nombro pesada—quítate la camisa de dentro el pantalón— James y Alex los nudos de las Air Max por dentro, Hunt tú también— digo observando atentamente sus movimientos—Bien, arreglad esto y solo faltara que os peinéis como siempre, entonces empezaré yo, os podéis quedar aquí.
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Vuelvo a estar nerviosa, es que llevan casi tres cuartos de hora para arreglar lo que les he dicho eso me deja a mí con tan solo hora y media, porque una hora antes debemos estar para preparar los caballos y también sentarnos en los reservados de atrás para ver a los otros equipos.
