4.- El día después

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Es normal que al despertar por la mañana, le tome un poco de tiempo a tu cerebro registrar el hecho de que necesita funcionar. A veces, el gatillo para despertar es darte cuenta de que se hace tarde para el trabajo, o la escuela, o algo así. Pero en mi caso, el gatillo fue darme cuenta de que no estaba en mi cama. Los recuerdos de la noche anterior se agolparon en mi cabeza como una ráfaga.

Me colé en una boda, la boda, rara cafetera, bodega de vinos, desconocido.

Mierda. Mis ojos se abrieron como platos y me senté. Oh Dios.

Jaguar, recorrido por la casa, sexo, sexo y más sexo...Louis

Me habría preguntado en qué demonios estaba pensando, pero me di cuenta de que la pregunta más bien debería ser por qué diablos no estaba pensando. Agarré las sábanas y miré bajo ellas. Phew, no estoy desnudo. Recordé que Louis me había vestido y entonces me di cuenta, ¿Dónde estaba él?

Miré la habitación y absorbí los desconocidos alrededores. Se sentía como si estuviera viendo su recamara por primera vez y me pareció demasiado fría - tonos blancos y negros sin brillo, modelados sofisticadamente. No sirvió de mucho el recorrido por la casa, mis ojos habían estado prácticamente pegados a su divino cuerpo todo el tiempo. Me levanté y vagué en silencio. No había recuerdos personales - ni pinturas, ni jarrones, ni fotografías - exactamente como lo esperaba. En el lado derecho de la habitación, justo antes de la puerta del bar, había una terraza adyacente, caminé hacia ella y me asomé por la pequeña abertura de la puerta corrediza. Louis estaba hablando con alguien por teléfono.

"Hoy no." Su voz era dudosa, "No, no vengas. Yo iré hasta allá."

"No, no hay nadie..."

Dijo en voz baja, "Lo siento. No era mi intención-. Sí, estoy bien. No te preocupes. Iré en cuanto pueda."

Una fuerte e irracional punzada de celos me golpeó. Me di cuenta por su voz de que estaba hablando con alguien cercano. Podría ser su padre o un miembro de la familia, pensé, pero ¿qué importaba realmente? Yo no tenía absolutamente nada que ver con él. Pero eso no evita que pienses en ello y lo sabes. De repente recordé nuestro encuentro en la bodega de vinos ¿cómo pude olvidarlo? Él me confundió con alguien más, ¿y estaba él dispuesto a besarse con esa persona? ¿Era alguna amante? ¿Una persona especial? El pensamiento me incomodó demasiado. Sin embargo no me sorprendía. Con un aspecto como ese, probablemente podía atraer a cualquiera con sus encantos.

Volví a entrar y busqué mi ropa. Pensé en irme sin que él lo notara, temiendo que si veía su magnificencia de frente, mi resolución se desmoronaría y no sería capaz de dar un paso fuera de la puerta. Puede que fuera ingenuo, pero no era estúpido, los ligues de una noche siempre terminaban mal. Y mientras más rápido pudiera irme, mejor. Hice mi mejor esfuerzo para convencerme de que mi súbito arrebato no tenía nada que ver con la llamada afectuosa de Louis.

Vi mi ropa colgada en el perchero, bastante arrugada - una prueba de lo que sucedió la noche pasada. Poco a poco deshice los botones del suéter de Louis y lo colgué en la percha. Antes de que pudiera ponerme mi camisa, un par de cálidas manos rodearon mi figura desnuda desde atrás y entonces supe que no había escapatoria.

Louis enterró su cara en mi cuello, "No estarás pensando dejarme, ¿verdad?" Atrapó el lóbulo de mi oreja entre sus dientes, arrastrándolo con el mordisco. Se sintió tan bien. Adiós resolución.

¿Quién ha dicho algo de dejarte?

Me dio la vuelta para mirarme a la cara y me detuve en seco - sus rasgos ahora iluminados bajo la luz natural habían dejado mi cuerpo en parálisis total, el botón de la cordura perdido en un mar de atracción. Me pregunté si alguna vez sería capaz de superar su absoluta perfección. Él tomó mi barbilla y levantó mi cara, rozando sus labios con los míos en un cálido beso de buenos días.

Stranger »Larry Stylinson«Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora