Stranger »Larry Stylinson«Completa.

26.- Tiempo.

Estaba esperando el ascensor junto a Lola y Minnie cuando él salió de la nada. Lola y Minnie intercambiaron miradas cómplices, mientras yo fingía no darme cuenta de su presencia. Pero al parecer, Louis no tenía intención de seguirme la corriente. Se metió en el ascensor VIP cuando las puertas se abrieron, luego me miró y levantó una ceja, "Hazza." Me convertí en hielo sólido, "¿Por qué sigues ahí parado?"

Aturdido y perdido, caminé hacia él, esquivando las miradas curiosas y sorprendidas que me clavaban Lola y Minnie. Cuando las puertas se cerraron finalmente, miré a Louis,  enfurecido, "¿Qué demonios fue eso?" Inquirí, "¿Cómo esperas que explique por qué entré contigo al ascensor VIP? - y Oh Dios mío, me llamaste Hazza. Por Di-"

Sonrió.

Realmente sonrió. "Deja el pánico." Él enredó su dedo meñique con el mío, "Diles lo que quieras. Diles que soy tu viejo compañero de clase o tu mejor amigo, no me importa. Ellas tienen que dejar de chismear así cuando estés cerca. Ahora saben que si alguna vez hablan tonterías de nuevo, llegaría hasta mí. Así que no lo harán, ¿Ves? Problema resuelto."

Yo estaba molesto. Pero, bueno, está bien, lo admito - eso fue un poco dulce. Creo que era más que nada porque quería jugar a hacerme el difícil, y no sé exactamente por qué, pero me mantuve en silencio en nuestro viaje de regreso a casa. Llegamos a mi puerta, y fue entonces cuando me di cuenta de que odiaba despedirme de él aunque fuera sólo por poco tiempo.

"Ya no estás enojado conmigo, ¿o sí?" Él cogió mi mano, "No lo siento." Continuó, "No quiero que actúen de esa manera a tu alrededor."

Él me rodeó con sus brazos y yo lo abracé de vuelta, rendido, "No estoy enojado." Susurré, "Simplemente no hagas algo precipitado como eso de nuevo."

Él asintió y luego me abrazó más fuerte y respiró por la nariz, "Creo que quiero permanecer así...y quedarme dormido."

Me deleité en sus brazos, "Yo también."

"¿Cómo hemos podido luchar contra esto?"

"No tengo idea." Me sonrojé.

Él deshizo nuestro abrazo, pero sus manos no soltaron las mías, "Te veré por la mañana. A las 7, ¿tal vez?" Dijo, "Compraré algo rápido."

"¿Qué vas a comprar?" Pregunté.

"Un soborno." Respondió con una sonrisa.

No sabía de lo que hablaba, no hasta que estuvo en mi puerta a la mañana siguiente, a las siete en punto, luciendo increíblemente elegante con un saco gris oscuro sobre un polo color rosa claro ligeramente abierto, revelando su pecho. Su cabello despeinado gritaba magnificencia, la definida línea de su mandíbula, y Dios su sonrisa - ya ni siquiera era esa sonrisa que paraba el corazón, era el tipo de sonrisa que va directo a tus rodillas y debilita tus articulaciones.

"Buenos días bebé." Lo que lo hacía aún más difícil era que este pedazo de perfección me estaba llamando bebé.

Mi boca se movió por sí sola, "Creo que nunca superaré lo guapo que eres."

"Pienso lo mismo de ti." Confesó.

Cindy apareció ante nosotros, "Son las 7 de la mañana, ¿Les importaría bajarle un poco a los comentarios cursis?"

Ni siquiera me había dado cuenta de que Louis traía dos bolsas de papel, sacó un regalo de una de ellas, "Cindy," La llamó, "Esto es para ti."

Fue entonces cuando entendí lo que quería decir con soborno. Me reí ante su técnica para tratar de obtener la aprobación de mi hermana. "¿De verdad crees que puedes tenerme de tu lado sólo con esto?" Inquirió Cindy.