Volverte a encontrar- sheo

Capítulo 4

Siento como una mano me agita el hombro y una voz me llama.

-Shai, despierta. La cena esta lista-abrí los ojos y vi a Mia trepada en la cama. Me talle los ojos, me senté.

-¿Qué hora es?

-Las ocho-dijo con su linda voz. Me levanté y me puse las botas, fui al baño a lavarme la cara, acomode mi cabello que estaba más que despeinado. Salí del baño y Mia estaba sentada en la cama. Se parecía demasiado a Alice pero tenía los ojos de su padre, azules.

-¿Roosevelt puede dormir conmigo?-pregunto Mia.

-Si tu mamá te deja.

-¿Por que no tengo un primo?

-Claro que tienes, las hermanas de tu papá tienen hijos al igual que sus hermanos.-dije confundida por la repentina pregunta.

-No, yo hablo de ti, ¿por qué no tienes hijos?- la pregunta me tomo por sorpresa, no creía que Mia llegará a hacerme esa pregunta, no hoy.

-Mmmm...pues...yo...-dije nerviosa, que le decía podría decirle, que es porque no tengo un novio pero esa respuesta llevaría a una pregunta que no estoy apta de contestar y ella no esta apta de escuchar. Un toque en la puerta interrumpió el momento que se había hecho incómodo desde aquella pregunta, las dos volteamos a la puerta, era Leo.

-Alice las está esperando-dijo, Mia salto de la cama, salió corriendo. Camine a la puerta y salí.

-¿Momento incómodo?-Leo me conocía bastante para saber como me pongo ante varias situaciones. Me conoce desde que mi hermana estaba en la primaria.

-Bastante. Si no fuera por ti hubiera tenido que responder una pregunta de Mia.

-¿Qué te pregunto?-dijo mientras bajábamos las escaleras

-¿Por qué no tenía hijos? Sabes en parte la pregunta es fácil pero si le decía no lo sé, iba a comenzar a hacer más preguntas del tema, al igual que si le decía que porque no tengo novio.

-Jejeje, Mia ya ha empezado a preguntarme como nacen los bebés.

-¿Y qué le has dicho?

-Por suerte, Alice siempre llega a interrumpir el momento.

-Es igual de curiosa que Alice-comentó cuando entramos a la cocina.

-¿Qué yo que?-pregunto mi hermana entrando detrás de nosotros y Mia a lado de ella.

-Nada, después te digo.-dijo Leo. Nos sentamos y cenamos pan con café, bueno Mia leche. La cena transcurrió entre risas y pláticas. Ya eran las once de la noche, Mia ya se había ido a dormir y Leo continuaba trabajando. Sólo quedamos Alice, el bebé y yo sentados en la mesa de la cocina.

-Shai, te quiero pedir un favor-asiento para que prosiga-. En la escuela no han encontrado una suplente en lo que es mi incapacidad- creo que ya sé a donde se dirige-Se que eres buena enseñando, además de que tu estudiaste Literatura. ¿Podrías hacerme el favor de dar mis clases?-Lo pensé por un rato. Podía acomodar mis tiempos entre el trabajo y las clases y así evitaría a toda costa pensar en cosas no gratas.

-Sólo serían tres veces a la semana, dos horas. Con dos grupos.dice como si adivinará lo que pensaba-. No me vas a descuidar. Es muy temprano y a esa hora yo estoy en cama o dormida. Son de ocho a diez de la mañana. Te pagarán lo mismo que a mi.

-No necesito el dinero.

-Tu sabrás que hacer con él. Por favor-hizo un puchero como cuando estábamos pequeñas.

-Esta bien.

Viernes

La semana pasó rápido, al día siguiente que Alice me dijo su oferta, comencé a trabajar en la escuela. A veces terminaba agotada pero lo estaba llevando bien. Mañana tengo una junta con los padres para explicarles cómo voy a trabajar y evaluar. Ahora mismo me encuentro sentada en una mesa que esta afuera del café donde me dijo Aisha nos encontraríamos. Llegue hace diez minutos, la verdad no tenía planes. Mi hermana se quedó con Mia viendo una película. A lo lejos pude ver a Aisha acompañada de un muchacho que a decir verdad estaba bastante guapo. Aisha llevaba puesto un vestido blanco con unas sandalias y unos lentes de sol, mientras que el muchacho traía un polo color blanco y unos vaqueros. Me saluda con la mano a lo lejos y yo le regreso el saludo. Espero a que lleguen para ponerme de pie, Aisha me abraza tan fuerte que probablemente me esté asfixiando.