Noches de sheo- Capítulo 28

284 26 1
                                    

10 años antes

-¡Basta! ¡Déjame en paz! ¡Theo, es realmente asqueroso!-chillé. Un poco de lodo cayo en mi blusa.

-¡Tienes que relajarte, Shai!- grito desde el otro extremo del campo con una sonrisa burlesca en su rostro. Tengo que relajarme. Ja, pues quién se cree. Sabe perfectamente que tengo una cita con la directora de la preparatoria donde quiero estar y ahora esta arruinando mi conjunto que tanto tiempo me costo seleccionar.  Una porción de lodo llego a mi rostro, la expresión que tenía provoco que comiera un poco de aquella tierra mojada.

-¡Puaj, Theo!-me las pagaría, prácticamente yo estaba repleta de lodo, mientras que él estaba ileso. La blusa que mi mamá me obligó a usar era blanca, ahora era una combinación entre marrón y castaño oscuro. Las carcajadas de Theo llegaron a mis oídos, haciendo que por un minuto lo odiara. Me agache y con la poca vista que me quedaba, tome un poco de lodo, Theo no me prestaba atención, estaba retorciéndose de la risa, me acerque con sigilo y antes de que yo pudiera lanzarle la bola de tierra, me aprisiono entre sus brazos, su pecho estaba en mi espalda, la fuerza que ejercía en aquel agarre, impedía que moviera mis manos-¡Theo, déjame en paz! ¡Suéltame!- patalee, tratando de que me soltara más mi intento fue en vano, me levanto un poco y como pudo empezó a caminar, al estar concentrado en el camino, aflojó sus brazos, por lo que me pude mover, quedando frente a frente a Theo, me miró, esperó a que hiciera algo; el poco lodo que había quedado en mi mano, antes de que James me sorprendiera, lo embarre en su rostro, al sentir el sabor de la tierra en su boca hizo una mueca de asco, yo solo me reí- Eso te pasa por molestarme- no me di cuenta de lo cerca que estábamos, sus labios quedaban a tan solo cinco centímetros de los míos. 

Dirigió su mirada a mis labios, pude escuchar como trago en seco, como su respiración se volvió agitada; volví a mirar sus ojos, al poco tiempo el también miro los míos, había un brillo especial en sus ojos, uno que nunca había visto.  Me soltó, con una de sus manos, acarició mis mejillas manchadas, tomó un  mechón de mi cabello y jugo con él. Lo mire, aprecie cada detalle de su rostro, cada defecto, cada virtud que lo hacían tremendamente atractivo.  Trague en seco, la posición en la que nos encontrábamos, me ponía nerviosa. Conecto sus ojos con los míos, se fue acercando lentamente, algo en mi ser hizo que también lo deseara, sus labios estaban a punto de rozar los míos, cerré los ojos, me acerqué pero antes de apreciar los labios de mi acompañante,  sentí un dolor en mi frente, habíamos chocando. Por instinto nos alejamos, toque mi cabeza e hice una mueca de dolor, escuche como Theo se quejaba, me di cuenta de lo que iba a pasar, mi cuerpo no tardo en reaccionar enviando una oleada de calor a mis mejillas, convirtiendo su color en un carmesí, gracias a Dios no se podían ver por el lodo. Lo mire, como se sobaba la frente, estábamos cerca de mi casa. La confusión y la vergüenza hicieron que corriera, que huyera, que me alejara.  

No podía creer lo que iba a hacer Theo, escuche que me llamaba pero seguí corriendo, la idea de que iba a dar mi primer beso paso a segundo plano, la pregunta de sí Theo siente lo mismo por mi, se impregno en mi ser, provoco un nuevo insomnio a causa de la incertidumbre. Evite a James durante dos días porque no quería sentir lo que estaba experimentando, no quería que destruyera la ilusión de que no me veía de esa forma pero mi más grande temor era que no sabía como actuar si el quería que fuera más que su amiga.

Volverte a encontrar- sheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora