Noches de sheo-Capítulo 33

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No les mentiré, esa noche me la pase llorando en mi habitación, ya sabía que iba a pasar esto, lo vi venir pero no se compara nada a presenciarlo, a vivirlo. Me di cuenta que nunca me acostumbre a la idea de que Theo y Aisha se iban a casar, yo seguía en la ilusión de que James regresaría a mi lado y que todo lo  vivido desde mi llegada a Italia era una simple pesadilla. Más la realidad me cayo como balde de agua helada y me congelo, me traumatizo por completo. Fue el momento en que mi mente y corazón comprendieron que Peter ya no era mío, que nunca más lo volvería a hacer. Esa fue una de las múltiples razones por las cuales no quería hablar del beso. Necesitaba escuchar de sus palabras de lo que sentía por mí, sí era verdad que me había superado; nunca espere que ese día fuera hace una semana, puedo decir que fue en el momento menos esperado y el más esperado. Porque desde que pronunció la pregunta de qué si lo ayudaría con lo de su traje sabía que se avecinaba el final.

Parezco una patética diciendo esto, más bien pesándolo, pero no me malinterpreten, les puedo decir que los sentimientos que sentí por Kinnaird hace diez años, el tiempo los dejo en el olvido, en algún rincón polvoriento de mi corazón. El dolor que sentí a la perdida de la mayor parte de mi familia ocupo todo mi ser y mi alma, por lo que no tenía tiempo para pensar en cosas de ese tipo. Poco a poco empece a entender el juego de la vida, cuando estas lo suficientemente bien con alguien es el tiempo de marcharse, y aunque eso sueno triste y deprimido, no lo es. Solo en un principio pero por esos sucesos nuestra alma se vuelve más fuerte, nos formamos, creando nuestra personalidad, hay gente que regresa porque su misión en tu vida aun no ha terminado, como bien dijo Natalie, tenía que descubrir el porque de mi retorno, tal vez era para curar las heridas del pasado y continuar con el futuro, seamos sinceros, nunca cicatrice, mis heridas siguen abiertas. 

Después de lo de mis padres y hermanos me convertí en una persona más fuerte, soy de las que piensan que tu decides como te afectan las situaciones, dejas que te tiren y golpeen o prefieres levantarte y crecer. Yo elegí la segunda, la muerte de mis seres queridos solo me iba a formar como persona, por supuesto que los extraño, siempre el dolor está ahí pero solo me ayuda a ser quien soy, decidí que tenía que salir adelante porque aún quedaban personas que amaba en este mundo, cuando nació Mia, mis ganas de vivir aumentaron, quería ser una buena tía. La vida te cierra ventanas pero te abre puertas, después de la perdida, los amigos más cercanos a mis padres, sus colegas, me adoptaron como si fuera su hija por lo que sus hijos se convirtieron en mis hermanos. La vida me dio permiso de amar a otros hombres, de enamorarme y aprender de ellos pero me regresó al comienzo porque se dio cuenta que hasta que cerrara ese lapso en el tiempo, iba a poder continuar. 

La boda seguía en pie y puedo decir que he estado fría y cortante con todos los involucrados en esto, ya se dieron cuenta pero piensan, gracias a mi habilidad para mentir, que es por la preocupación del parto de Alice que al parecer falta poco, tiene ocho meses una semana. Se alivia para finales de febrero principios de marzo, justo al termino de la boda. María y Natalie parecen sospechar el porque de mi falta de emoción o de seguro Theo ya le dijo a su confidente (hermana), a pesar de la edad, se dicen todo. No puedo admitir que estoy feliz y contenta, me siento hecha un desastre pero ya tome la decisión final, cerraría lo que nunca termino, lo que permaneció abierto por un largo tiempo, ambos sabíamos que era lo correcto, así podré dejar libre a Theo y él a mi, el pasado ya no nos perjudicara respecto a nuestras relaciones amorosas en un futuro muy cercano (para él), todavía no sé cuando será la sanación pero estoy esperando su llegada perfecta.

 Miré el cuarto donde nos encontrábamos, las sillas negras, las paredes blancas y el olor a hospital penetraban mis fosas nasales, Mia se recargo en mi brazo, habíamos venido después del cine y el desayuno por una ecografía, la última antes del embarazo, sentí la baba traspasar mi blusa y penetrar mi piel, Mia estaba agotada, lo entendía yo también lo estaba. Un mensaje llegó a mi celular irrumpiendo mis pensamientos, con delicadeza lo saque y lo revise, era de Aisha.

"Shai, estoy fuera de tu casa. Traigo el vestido de dama!!!! Esta hermoso!!!! Ábreme la puerta, mujer. Por cierto necesito esos bonitos zapatos que te compraste en Francia, los que me enseñaste"

"Aisha, estoy en el ginecólogo, pero toca, la ama de llaves está ahí, dile que te deje pasar, mi habitación es la que está a lado de la puerta azul con flores, una de las puertas es el armario, déjalo ahí , también toma los zapatos"

"Bebé, ¿por qué estas en el ginecólogo? ¿Todo bien?"

"Si, es una revisión de Alice."

"¿Todo bien?"

"No sé, me quede a cuidar a Mia en la sala de esperas"

"Bueno, te avisaré cuando salga. Me saludas a todos"

"Si"

Después de una hora, salieron, felices y llenos de la emoción. Me dijeron que habían agendado el parto para el lunes posterior a la boda de Aisha. Que como estaba acomodado el bebé era imposible que fuera parto natural como con Mia por lo que tenía que ser cesárea. Regresamos a casa, fatigados, descansamos un rato, acostados en la sala, con Roosevelt en mi regazo, viendo una serie. Poco después me toco hacer la cena, prepare un poco de ensalada con pollo, no quería que tuviéramos indigestión al día siguiente, tenía que trabajar y Leo también además de que Mia debía ir a la escuela. Ya había pasado una semana desde que la realidad llego a mi ser. Subí después de una rica cena, me bañe, lista para dormir, vi el hermoso vestido de dama de honor, leí un rato y me perdí en las magníficos brazos de Morfeo.

Al día siguiente, luego de una ajetreada mañana, estaba impartiendo mis ultimas clases en el colegio, eran chicos maravillosos pero después del parto cuidaría de Alice y el bebé a tiempo completo. Estaban haciendo una exposición de los movimientos literarios del siglo XX, cuando la chicharra sonó, dejando que los alumnos regresarán a su casa, la única que se quedo hasta que el lugar quedo vacío fue Sarah.

-Shai-me llamo.

-Dime-dije guardando los materiales.

-Mi hermano y yo queremos invitarte a comer, esta afuera, esperándome. Solo seremos los tres, nadie más. ¿Quieres?

-Si, me encantaría.

Volverte a encontrar- sheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora