Capítulo 37

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Después de habernos bañado, peleado por a quien la peinaban  primero, maquillarnos, hacer un desastre para cambiarnos y estar listas para las fotos, bajamos al vestíbulo,  todas con nuestro hermoso vestido y zapatillas. Nos hicieron compañía los padrinos, entre ellos David, quien me sonrió, a decir verdad los padrinos no estaban tan mal, de seguro son jóvenes emprendedores con suma fortuna por la mirada de superioridad, David se llevaba bien con ellos, como si ese fuera su ambiente.

Theo salió de una de las habitaciones que estaban abajo, muy guapo (como siempre) luciendo ese lindo smokin.

-¿Donde esta Aisha?-pregunto Jane, ajustando la corbata de su hijo, ella se miraba como una bella dama inglesa y su esposo con ese porte elegante que lo caracterizaba, me recordaban a una película de la época de Elizabeth  segunda

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-¿Donde esta Aisha?-pregunto Jane, ajustando la corbata de su hijo, ella se miraba como una bella dama inglesa y su esposo con ese porte elegante que lo caracterizaba, me recordaban a una película de la época de Elizabeth  segunda.

-Aquí viene-escuche la linda voz de la mamá de Aisha. Theo me miro y me sonrió, yo le devolví la sonrisa pero me di cuenta que él admiraba a alguien más, a una persona que se encontraba atrás de mi y a la cual estaba estorbando. Aisha con una reluciente sonrisa y un hermoso vestido blanco bajaba las escaleras. Me di cuenta que terminaba sobrando aquí.

-Oh, querida-los ojos de la señora Kinnaird  se cristalizaron -te ves hermosa

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-Oh, querida-los ojos de la señora Kinnaird  se cristalizaron -te ves hermosa. Bueno, todas se ven-nos dedico la más linda sonrisa.

-Es hora de irnos, para que les de tiempo de prepararse para la despedida-mencionó el fotógrafo. Todos comenzamos a salir y a subirnos a las camionetas que nos llevarían al lugar de la sesión. Me tuve que ir donde los padres de Theo, su hermana y sus hermanos, por cuestiones técnicas. Ya que según Aisha no cabía en ninguna otra camioneta, si tan sólo supiera lo de Theo y yo, ni loca me hubiera dejado subirme a la misma camioneta.

-Que hermosa se ve, señora Kinnaird-Jane me volteó a ver y me regaló una sonrisa cálida.

-¿De verdad, Shai? Tarde en encontrar el vestido perfecto, fue un desastre.

-Ni que lo diga, querida. La acompañe y me trajo como loco en todas las tiendas y modistas, un día entero. ¿Puedes creerlo?

-Siempre se nos complica elegir el atuendo perfecto. Mi hermana aguantó mis quejas durante horas para el vestido de la cena de ensayo. Somos muy exigentes. Pero ¿esta satisfecho con el resultado?

Volverte a encontrar- sheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora