Había pasado ya el fin de semanay Diego no volvió a aparecer. Era Miércoles y habíamos tenido una prueba en la mañana, ahora estabamos en la hora del almuerzo y yo estaba sentada con la Fran, el Mati y el Carlos.
-asi que como les dije, la Jay, esta saliendo con un chico- dijo la Fran chismosa.
-¿alfín tendras un pololo?- preguntó el Mati.
-he tenido algunos pololos Matías, que no sea la más puta del colegio no significa que no le guste a los chicos.- dije algo molesta- ¿o prefieres que sea como tú? que se pasa la vida haciendo de puto y agarrándose a la primera mina que se te cruza por enfrente.- le reproché cerca de su cara.
-UUUUUU, ¿escuchaste eso, puto?- se burlo Carlos.
-callate si no quieres que te saque los dientes a combos.- lo amenasó.-y a tí- dijo mirándome- estás así conmigo porque hace mucho tiempo que estas sola y obviamente te hacpia falta la mantención, algo de cariñito por ahí, y como hay otra persona que se manda a hacer la revisión constantemente, claro, estás celosa y me reprochas por todo.- dijo seco.
-ya calmense, calmense. No tienen por qué pelear, ustedes son amigos ¿no?- el Mati y yo nos miramos de reojo.- además son muy feas las palabras que se estan diciendo.... y sí, Mati, eres el puto del colegio....pero nosotras somos tus chulas, te conseguimos a todas las minas, las que se juntan con nosotros te las agarras asi que no puedes decir nada.- decía la Fran mientras me quedémirándo hacia el horizonte. De pronto vi algo no no podía creer, estaba Diego apoyado en una pared del patio, con sus pantalones algo ajustados, su polera ancha de Pink Floyd y sus vans gris con negro, se veía como un ángel, y lo peór es que era como ver un espejismo, porque Diego simplemente no podía estar en el colegio, él nunca había aparecido fuera de mi casa, normalmente habitaba mi cuarto y el piso de arriba. No podía ser Diego el que estuviera ahí. Por un momento me dispuse a pararme para ir a ver si era él, pero me di cuenta del error en que estaba al ver una persona pasar por su lado, haciendo que desaparezca en un pestañeo.
-Jay ¿te pasa algo?- me preguntó Carlos.
-para nada, Topo, es solo que estaba pensando en algo.- dije saliendo de mi encimismamiento.
-seguramente el el guapote de Luke- dijo Fran- ese tipo esta para chuparse los dedos y volver a untarlos en él, para volver a probarlo- soltó un suspiro.
-no creo que sea taaaan encachado como ustedes dicen- dudó el Mati- seguramente es un tipo normal, que se las hace de galán y que se enganchó a la Javi, solo pa fajársela (follársela, tener relaciones sexuales con ella) cuando quiera.-dijo algo despectivo.
-si fuera así, ya lo habría hecho- le recriminé- además Luke es un caballero, desde que nos conocimos que se ha comportado bien conmigo.- dije en defensa del chico con quien salía.
-sin olvidar, que es más rico que la nutella..- murmuró la Fran pensando para sí misma.
La conversación del almuerzo quedó en que los hombres lo conocerían pronto, para ver si lo que se había hablado de él era cierto. Luke haría una fiesta el Sábado, por su cumpleaños, en el mismo barrio al que había ido con la Fran, ya que él vivía por allá, justo en mi barrio favorito.
Cuando llegué a la casa, estaba mi hermana en el computador, la saludé y subí a mi pieza, la verdad, con grandes esperanzas de que Diego se encontrara allí, esperándome como todos los días. Lo extrañaba, de una manera incalculable. Necesitaba de él, como de la comida. Con estos días, me di cuenta que era una parte importante de mi vida, él me ayudaba a enfrentar mis problemas y mis miedos, me impuslaba a hacer lo que debía y a pedir perdón cuando era necesario. Diego era una parte fundamental de mi existir, y sin él mi vida no era la misma. Estos 4 días sin él habían sido un suplicio.
Al entrar mi cuerpo exaló todo el aire, que al parecer había acumulado antes de entrar a mi pieza, por los nervios y las ancias de ver lo que mis ojos me mostraban en estos momentos. Ahí estaba él, sentado en mi cama, con las piernas algo abiertas, sus manos juntas entre ellas y su cabeza gacha, que levantó para posar sus hermosos ojos sobre los míos. Mi corazón saltó de alegría, las mariposas volvieron a aparecer, pero por sobre el miedo a perderme en sus ojos, estaba el miedo de perderlo a él. No lo pensé, y salté sobre él, dándole un fuerte abrazo.
-no vuelvas a desaparecerte nunca más- le supliqué. Él aun no reaccionaba, pero de a poco sus brazos me fueron rodeando.
-jamás te dejaría sola..- dijo tranquilo.
- pero lo hiciste.. -le dije mirándolo a los ojos- te fuiste todo el fin de semana, junto con Lunes y Martes.- le recriminé.
- pensé que no querrías verme- dijo casi obvio.
-pues estabas en un gran error. Jamás voy a dejar de querer verte, eres demaciado importante para mí. Porfavor prométeme que núnca te irás, prometeme que aunque pase lo que pase, te quedarás conmigo.- le dije aferrándome aún más a él, respirando su delicioso aroma.
-Aunque quisiera, no podría. Tú controlas cada parte de mí. No me puedo ir, si tu no me dejas ir. Y aunque quisieras que me valla, las cosas no te resultarían tan fáciles, por el simple hecho de que no puedo estar sin ti- me declaró. Eso había sido algo muy romántico, me hizo sentir muy bien, pero es una lástima que era algo que no podía ocurrir.
- Diego.... necesito pedirte un favor, muy importante.-anuncié seria.
-Dime- dijo calmado.
- Por favor, sabes bien que eres mi amigo imaginario, y que nada puede pasar entre nosotros, por el simple hecho de que no existes. No quiero que me digas esas palabras bonitas, porque lo unico que haces es hacerme daño. No debo sentir nada por ti, no como lo que me estás haciendo sentir ahora, no es correcto, no es normal.- dije con ruego.
Saludos a todas mis queridas lectoras, espero que les esté gustando la novela. Yo la estoy disfrutando mucho. Les deseo lo mejor, y perdón por no haber subido capítulos durante el fin de semana (viernes y sábado).
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simplemente no me importa
Teen Fictionesta es una historia de una chica que no tiene una vida de lo más entretenida, pero su ingenio e imaginación lo cambiaran todo. Espera a ver las cosas por las que tiene que pasar Javiera para tener una vida realmente movida