Nota #13

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Alec:

Últimamente había estado pensando en más en Ann, esa chica me había cautivado como ninguna chica más pudo hacerlo.

Rescotado en un árbol mientras pasaba el tiempo de almuerzo con Theo, ambos dormitabamos ahí cuando un jadeo se oyó seguido de un grito ahogado. Sentándome con el ceño fruncido mis ojos se abrieron como platos y una furia encendió mi sangre.

Wilde estaba justo en el rostro de Ann y ella lucía realmente asustada, el idiota sujetaba su brazo y el agarre parecía doloroso, dejaría un moretón eso es seguro.

Con propósito me levante y empecé a caminar hacia ellos cuando sentí a Theo levantándose y apoyar su mano en mi hombro deteniéndome. Con una mirada molesta lo miré para que me soltara.

-No, Al. No te meterás en más problemas. Yo me encargo, ha estado molestando a esta chica antes.- Theo bajó su mano de mi hombro y siguió caminando hacia ellos. Como un idiota me quedé ahí paralizado, Theo tenía razón no debía meterme en más problemas porque está vez si me suspenderían, pero demonios, era Ann quien estaba en esa situación y realmente quiero cuidarla. Con un suspiro, decidí no golpearlo mientras no dijera nada que me sacara de mis casillas, aún así estaría ahí para ella.

Caminando hacia ellos escuché a Theo tratando de apaciguar el carácter de Wilde sin éxito aparente, al menos ya había soltado su brazo o me vería obligado a romper su maldita mano por si quiera atreverse a tocarla. El tipo era corpulento pero no era rival para mi, donde veías todos esos músculos, él no poseía mucha fuerza.

-Vamos hombre, deja que la chica se vaya.- Theo era firme está vez. Tampoco estaba emocionado de seguir sacando el trasero de Wilde de estas situaciones.

-Supéralo, Wilde. Piérdete, sabes de lo que soy capaz cuando veo algo que me desagrada.- mi voz era aparentemente tranquila pero tenía ese pequeño filo que al parecer él fue listo y lo atrapó.

-No es su asunto, chicos, sólo estaba hablando aquí con mi amiga.- sé lo que trataba de hacer, minimizaba el asunto pero cuando se trataba de Ann, no dejaba nada al azar.

-¿Te encuentras bien?- ignorando a Wilde, me dirigí a Ann. Mis manos sudaban y mi corazón empezó a latir más rápido cuando sus ojos se posaron en mi. Era la primera vez que me pasaba esto con una chica. Sus hermosos orbes grises me miraron con desconfianza y temor, esperaba que no fuera de mi, eso me mataría.

-Esto... sí.- dijo con su voz dulce fue como un bálsamo para mi furia. Me ofreció un sonrisa tensa.

-Puedes irte si has termina aquí, chica.- mi voz se suavizo y sentí la mirada de Theo sobre mi. Yo no era dulce. Con nadie.

Aquí estaba la cosa, Theo era mi mejor amigo y nos contamos todo, pero él no sabe de mi enamoramiento por Ann, ni de la notas, me gusta mantenerlo para mí. Es casi como si Ann fuese mía por ese corto tiempo. Sentía que si alguien sabía de ella, lo que teníamos sería menos... íntimo.

-Gra-gracias.- una sonrisa sincera y de alivio apareció en su rostro antes de que saliera corriendo de ahí. La observe hasta que desapareció por la esquina, me encantó este corto tiempo, por estos pocos segundos defendía a mi chica... si sólo fuera lo suficientemente valiente para hacerlo siempre que lo necesitará.
Volviéndome hacia Wilde dejé fluir toda la ira que sentía en mi mirada.

-La semana pasada fue la última advertencia que tuviste, Wilde.- Con calma empecé a enrollar las mangas de mi camisa y procedí a acercarme a él.

-Alec. No.- Theo me advirtió con la mandíbula apretada.

-Le hizo daño, se atrevió a ponerle una mano encima a mi chica.- le dije a Theo con rabia-. Estás muerto, Wilde.- Sin previo aviso me lance hacia él y le propiné un golpe directo en la mandíbula, el grito de Theo diciéndome ¡Alec, No! Lo pasé por alto, él se había atrevido a tocarla y la lastimó, vi las marcas de sus manos en sus brazos.

Wilde cayó sobre su culo, me lance asiéndolo caer de espaldas me posicione sobre él y empezó a golpearlo, la ira cegándome, Wilde no tuvo de otro más que cubrirse lo mejor que podía. No dejé de golpearlo, nadie la tocaba, era mía.

-No. Vuelvas. A. Tocar. A. Mi. Chica.- Cada palabra fue marcado con un golpe y un jadeo. Sentí manos agarrarme debajo de mis axilas y jalarme de encima de Wilde, forcejee contra él, empeñado por seguir golpeándolo pero Theo me tenía en un buen agarre diciéndome palabras sin sentido.

-Para, basta, Alec. Dejálo ya, es suficiente. Vamónos antes de que llegue Loivisse o algún profesor.- sus gritos enojados al fin se filtraron y pronto dejé de pelear contra él.

-Estoy bien. Sueltáme.- me sacudí de su agarre y me incline en el rostro de Wilde-. Dirígele la palabra, atrévete a siquiera mirarla o toca un solo pelo de su cabeza y te destruíre.- levantándome, caminé hasta mi mochila y la cogí bruscamente, saliendo de ahí. Pronto sentí a Theo caminando junto a mi, mirándome como si hubiera perdido la cabeza.

-¿Qué. Demonios. Fue. Eso?- el siseo de Theo se sintió. Él nunca se enfadaba, de hecho era tan amable que llegaba a ser molesto.

-Maltrató a una chica.- me encogí de hombros restándole importancia.

-¿Ah sí? ¿Y qué fue esa mierda de "No vuelvas a tocar a mi chica"?¿Puta magia de mierda? Lo escuché, Alec. Quiero una explicación ahora.- Bien, así que pude estar ligeramente alterado y haber dicho eso.

-Supongo que lo dije, ¿eh?- rasque mi cabeza mientras reía con nervios-. Conozco a la chica que estaba intimidando, quiero decir que ella no me conoce, es... complicado.- terminé con un suspiro.

-Bueno, tengo toda la tarde.- Theo seguía caminando con las manos en los bolsillos en silencio. Así era él, se quedaría callado mientras te retuerces, sin ningún esfuerzo obligándote a sacarlo.

-Así que el gran y responsable Theo se saltará las siguientes horas.- intenté cambiar el tema, con la esperanza de que Theo lo dejara así. Iluso.

-A veces es necesario, particularmente cuando tu mejor amigo te oculta información de forma deliberada.- me dio una mirada de reojo. La culpa, esa era su táctica hoy.

-Bien, bien. A veces eres como una chica, ¿sabes?- suspiré. Ann ya no sería sólo mía, no es como si ahora lo fuera o algo por el estilo-. Su nombre es Ann Willow, estudiante de último año igual que nosotros, la conocí cuando tuve que hacer mi castigo en la biblioteca, primero la observé porque pensé que me reconocería de la escuela, así que sólo cuidaba mi reputación...- Theo me interrumpió.

-Te das cuenta que eso es estúpido y que estamos en último año, ¿cierto?

-Calláte.- bufé. Sé que era estúpido. Ahora lo sé-. Como decía la empecé a observar y un día sólo pasó, me cautivó hombre, ahora solo la veía porque es hermosa y quiero conocerla, pero...- mi voz se fue apagando. Está es la parte que él no entendería, Theo era un chico lógico.

-Pero, ¿qué?- preguntó con el ceño fruncido.

-Ella va a odiarme una vez que sepa quién soy.- le dije en voz baja.

-¿Por qué diablos crees que te odiara? Hombre, ni siquiera creo que te conozca.- preguntó Theo con calma.

-La gente habla, Theodore.- fue todo lo que dije mientras seguimos caminando en silencio. Por suerte Theo dejó el tema en paz.

***

Esa tarde en particular me encontraba desanimado después de mi charla con mi mejor amigo, por lo que no había preparado una nota para Ann. Decidí que tan pronto como llegará a la biblioteca, lo haría.

Imagínate mi sorpresa cuando hay una nota de Ann pidiendo conocerme. Mi corazón se encogió en mi pecho. Yo también lo quería, pero seguiría hasta que estuviera seguro de que ella no me rechazaría.

Tomando la hoja y el lápiz que traje conmigo, escribí...

No lo sé, Medallita.

Creo que aún no es el momento.

Bueno, el ápodo de Medallita es porque eres un signo de valentía, te defiendes y eres leal a quien lo merece, eso para es muy valioso e increíble. Como .

He pensado que no mucho de ti. Me gustaría conocerte más. ¿Considerarías responder unas preguntas?

-A.

Tú Camino Coincide Con El Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora