Día 22

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Alec:

Hoy era un día gris como mi estado de ánimo últimamente.

Cuatro días habían pasado desde que había escrito a Ann, la nota le había herido aunque era algo que para muchos sería sin importancia en mi tuvo un gran impacto porque me dí cuenta de lo cobarde que podía llegar a ser y a causa de eso perdí a la chica. No había manera de que yo, el chico de las notas pudiera competir contra alguien que estaba físicamente con ella en los días de instituto, con ese chico tenía horas mientras que conmigo tenía escasos minutos. No podía engañarme más pensando lo contrario, Brennett me lo había advertido y aún así no hice nada para prevenirlo y por eso me odiaba.

En el instituto, específicamente durante la hora del almuerzo he tenido que ver a Ann y al chico pelirrojo muy, extremadamente, juntos a la hora del almuerzo y eso, hombre, dolía más que una patada en la bolas. Así que como el idiota que está comprobado que soy decidí apartarme aún más y dejarle de escribir por completo. Y si aún no te queda claro lo idiota que puedo llegar a ser le dejé el camino libre al pelirrojo.

Theo no estaba muy feliz conmigo por "tener que cargar con mi trasero deprimente" sus palabras. También me llamó pequeña perra cobarde. Tiene razón, lo soy.

Así que para un castigo justo o para que recapacite no estoy segura de cual es, me obliga a sentarme en la cafetería a tres mesas de la pareja feliz.

***

Por otro lado Ann seguía yendo a la biblioteca con la esperanza de que el chico misterioso le hubiese dejado alguna nota, pero ya no había nada. Había llegado al punto en que parecía que el chico nunca había existido. Sólo desapareció.

Tú Camino Coincide Con El Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora