Valerie #2(Rubius).

26: Emergencias.

dIOS NO SABEN LO QUE ME COSTÓ ESCRIBIR ESTE CAPÍTULO XDDDDD disfruten, las aaaaaamo<3

Aproximadamente a las una de la mañana el departamento quedó vacío, excepto por una persona: Rubén.

Nos encontrábamos recostados en mi cama, mirando atentamente el techo y con las luces apagadas, solo con el sonido de los autos y de la ciudad de Madrid. Era una noche cálida, una noche perfecta. Todo lo que podía sentir en esos momentos era paz y tranquilidad.

Últimamente, mi vida estaba comenzando a tomar un rumbo precioso. Estaba deleitada por todo, por mis recuerdos, por mi vida, por Rubius. La vida me sonreía y yo le sonreía a esta. Aunque, ¿era posible que esta siguiera así? Esperaba que sí.

Me acurruqué junto a Rubius, sin cerrar los ojos, mirando al total infinito. Sentía los latidos de su corazón, el cómo su pecho subía y bajaba, el sonido de su respiración, lo sentía a él. Y con una gran necesidad de besarlo, me incliné bruscamente hacía su boca, buscando desesperadamente sus labios. Este me correspondió milisegundos después, de la misma forma. Lentamente, me coloqué estratégicamente encima de él, llevando mis manos a su cabello.

Rubius acunó mi rostro con sus manos, profundizando el beso. La temperatura subía rápidamente, la respiración se volvía más rápida y unos cuantos gemidos roncos se escapaban. Nuestros labios se separaron al momento en que Rubius se sacó la camiseta que traía puesta. Nunca antes había visto esa mirada en él, una mirada de total pasión, una mirada con deseo, ardiente.

Acto seguido, hice lo mismo, para luego volver a unirnos en un profundo beso.

Las estrellas brillaron más que nunca, los minutos se detuvieron y nuestros cuerpos nunca estuvieron tan unidos.

{...}

Desperté en medio de la noche, totalmente desnuda y con el cuerpo de Rubius a un lado de mí. Me faltaba el aire, una presión enorme en el pecho.

Mi teléfono comenzó a sonar de la nada. En la pantalla apareció rápidamente el contacto "Chris" a lo que mi preocupación creció. Contesté totalmente asustada, temblando.

—¿Chris? —susurré, para no despertar a Rubius, quien se dio la media vuelta y siguió durmiendo.

—Val... —murmuró, con el dolor atravesando la línea telefónica. Inmediatamente supe que algo andaba mal.

—Chris dime que pasa inmediatamente —dije con desesperación, parándome de la cama suavemente y caminando hasta el baño, donde me encerré con llave. —Chris, por favor, dime que ocurre.

—Todo se salió de control, Val —respondió. Hubo una larga pausa, donde se escucharon pisadas y algunas voces de fondo. —Yo... necesito ayuda, Val.

—Chris dime donde estás, por favor —las lágrimas caían lentamente por mis mejillas. Me senté en el suelo, tapándome la boca para ahogar sollozos. —Chris contéstame, ¿Dónde estás?

—No, no vengas. Es demasiado peligroso —su voz ahora era agitada, como si estuviese escapando de algo o alguien. —¿Me escuchaste, Valerie? No vengas.

—Pero Chris... —sollocé. No podía estar más preocupada por él, ¿Qué si le pasaba algo? No me lo perdonaría nunca en la vida. Él estaba en peligro y yo aquí sin hacer nada. —Por lo menos, dime donde estás.

Pasaron unos segundos en silencio, escuchando su respiración agitada. Para este punto entonces, yo era un mar de lágrimas.

—Barcelona, Val. —suspiró, como si no se aguantase más. —Estoy... en la casa donde estuviste. Algo muy malo pasó...

Su voz fue interrumpida por un fuerte golpe y muchos gritos. Un grito agudo de parte de Chris y la línea cortada.

Me levanté rápidamente del suelo y sin más, me vestí con lo primero que encontré. Miré una última vez a Rubius, quien seguía durmiendo plácidamente aún desnudo debajo de las sábanas y suavemente me acerqué para besarle. Tomé un papel, un lápiz y escribí:

"Surgió una emergencia. No te preocupes por mí, volveré pronto.

Con amor, Val."

Tomé mi cartera y salí del departamento, rumbo a Barcelona.