Valerie #2(Rubius).

18: Borracheras.

Maratón 3/3.

 

 

 

 

Punto de vista: Rubén. 

 

 

 

De algún inexplicable modo, estaba furioso.  Salí del departamento azotando la puerta fuertemente sin importarme una mierda si los vecinos escuchaban o no.  Unas cuantas copas me ayudarían a olvidarme de todo lo que pasaba  a mi alrededor un rato, unas horas, si es que tenía suerte.

Cogí el primer taxi que vi y le di la dirección del bar en el que creía que podían encontrarse el grupo de gilipollas.  Este sin decir ni una palabra comenzó a andar, por lo que desvié mi mirada hacía la ventana.  Que calor que hacía, mierda.

Sin querer mi mente divagó entre el recuerdo de Valerie.  Dolía hasta pensarla; resplandeciente como el Sol que había en estos momentos,  hermosa como un día de Invierno.  Cerré los ojos fuertemente obligándome a pensar en otra cosa que no fuera ella.  Al fin y al cabo, la finalidad de esta salida era olvidarme de ella por unas horas. Realmente me tenía mal. 

Al momento que llegamos saqué el dinero y le pagué al conductor del taxi, bajándome sin decir ni una palabra.  Estaba cabreado con el mundo.  Entré inmediatamente al bar que tenía las luces bajas, haciendo todo mucho más oscuro que en el exterior.  Dios, como necesitaba esto.  Solo rezaba para que todos estuvieran aquí. 

—¿Dónde se metieron, grupo de capullos?   —hablé para mi mismo.

A lo lejos del bar divisé a los chicos riendo como si no hubiese un mañana.  Claramente se les había pasado las copas.  Bien.

Caminé hasta ellos a paso seguro, dispuesto  a  sacarla de mi mente un rato.

              Valerie punto de vista.

 

 

 

 

Todavía seguía un poco conmocionada de la escena que acababa de ver.  Mangel estaba con la mirada fija hacía adelante,  con la mirada perdida en un mar profundo de pensamientos.  La  curiosidad me picaba en la garganta, pero sabía que lo mejor era ahorrarme las preguntas. 

—Ven, vamos a mi departamento   —le animé.  Le tomé suavemente el brazo y caminamos así.