Solamente tuya

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    Fue una tarde bellísima en la que caminaba tranquilamente por la selva, no me decidía si ir al lago o talvez a mi árbol a pasar el tiempo. Tenía el libro de poesía en la mano, ya lo había terminado pero me gustaba releerlo e imaginar que era Hernan quien me decía todas esas palabras tan hermosas. 

Sabia que en cualquier momento de el día mi principe vendría a verme. Así que había arreglado mi cabello y me puse un vestidito color blanco muy cortito, bien pegado al cuerpo y con dos botoncitos en el pecho ¡Era precioso!. Me lo había regalado mamá para navidad y nunca lo había usado ya que no le encontraba sentido usarlo. Ahora era distinto, sentía ganas de verme atractiva para él. 

Un ruido de motor me saco de mis pensamientos, creí que era Hernan y se me ilumino la cara al ver el jeep. Detuve mi paso y mi sonrisa se borro al ver que no era él sino un hombre, de su misma edad solamente que de cabello negro y ojos verdes. El vehículo se detuvo ante mi y los ojos de su conductor se pasearon por mi cuerpo y luego siguió una sonrisa perfecta pero no tan hermosa como la de Hernan. Me di cuenta que el color de el jeep era distinto al del otro y sentí una gran vergüenza. 

-Hola soy Ivan Braun y vengo por una investigación estoy parando en...-mientras se seguia presentando ya me había dado cuenta que era amigo de Hernan.  

-Hola soy Guadalupe y vivo en una pequeña choza por aquí. 

Se bajo de él jeep, no paraba de mirarme las piernas y el escote, eso me ponía totalmente nerviosa. 

-No sabia que esta selva tenía su parte hermosa-dijo mirándome a la cara ¡Por fin! 

-Toda este lugar es hermoso de punta a punta, solamente tienes que saber sentirlo-dije  

-¿Me enseñas hacerlo? 

-Claro, lo que desees-dije tonta e inocentemente ya que eso dio paso a que éste se abalanzara sobre mi. 

-Hay algo que deseo y lo estoy mirando-clavaba su vista en mi cuerpo y se empezo acercar. Asustada di paso hacia atrás y torpemente me caí de espaldas. 

-¿Te has hecho daño?- me pregunto y amablemente me estiro su mano para levantarme. 

-No-dije y sonreí. 

Al ayudarme a ponerme de pie, me tiro hacia el quedando muy cerca el uno del otro, fue un segundo que poso su mano en mi cintura y me dijo 

- Eres muy hermosa. 

Una frenada nos saco de ese momento, agradecí ya que me sentía muy incomoda.  

-¿Qué estas haciendo Ivan?- era Hernan que había llegado en su jeep. 

-¿Qué te parece? disfrutando de una vista maravillosa-y nuevamente me miro de arriba abajo. 

Hernan no hizo ninguna mueca de agrado en su cara. 

- Ella es Guadalupe Herrera, de quien te conté-a Ivan se le agrandaron los ojos- Ya sabes que no debes hacerte el galan con ella. 

-aaah si la de tu investigación-dijo Ivan. 

-No digas tonterías y andate de acá tu trabajo esta en otros sectores. 

-El tuyo también y te la pasas en este. 

-Este también es mi sector, vos no tenes nada que hacer acá-dijo Hernan secamente. 

Ivan saco la vista de Hernan y la puso en mi y con una sonrisa me dijo. 

-Un gusto conocerte Guadalupe, queda pendiente en nosotros que me enseñes a sentir la selva, me lo prometiste- Vi como Hernan me miraba furioso y no supe que hacer o decir. 

Él lo miro y después se subió al jeep, desapareciendo en la vegetación. 

-Así que vas enseñarles a todos lo que me enseñaste a mi-dijo enojado. 

-Él dijo que no le gustaba este lugar y yo le respondí que tenía que aprender a sentirlo. 

-¡No es así Guadalupe! No puedes invitar a todo el que pase por acá a tus juegos. 

-No es un juego, es mi vida. 

-Pues tu vida es mia y no quiero compartirla con nadie. 

Lo mire y no pude hacer mas que reírme, me encantaba que diga que soy de él, me hacia sentir segura de su amor. Rodee mis manos en su cuello y  en puntitas pude llegar apenas a tocar su boca con la mia. 

- Siempre voy hacer tuya. 

Me tomo fuertemente de la cintura y me pego más contra él, haciendo que mis pechos toquen su torso, no llevaba corpiño así que sentí perfectamente el rose. Besándome locamente, me alzo de la cintura, llevando hasta un árbol y pegando mi espalda a el. Tenía mi cuerpo junto al suyo, sus manos bajaron a mi muslo y luego se metieron debajo de mi vestidito solamente tocando el costado de mi pierna.Nuestros besos comenzaron a ponerse mas intensos y el me tocaba los pechos primero suavemente pero luego con mas euforia cuando sintió que gemía de placer. Me besaba el cuello y levanto mi vestido para agarrar mi cola y presionarla en su pelvis.  

En un momento paramos, fue por una reacción mia de miedo. 

-No te asustes, no voy hacer nada que no te guste. 

sonreí y los besos empezaron a ser mas suaves al igual que las caricias. 

Nos subimos a jeep y nos dirigimos a mi choza. Allí Hernan ayudo a papá a encender la fogata mientras con mamá traíamos la comida enlatada. Fue un momento perfecto como todos los días que venia él. Reímos y contamos historias, estábamos tan entretenidos que no nos dimos cuenta lo tarde que se nos había hecho. Por eso Papá invito a Hernan a quedarse a dormir ya que era peligroso pasar por tanta oscuridad. Él acepto y ya cuando nuestros párpados pesaban y nuestras mejillas dolían de tanto reír, todos nos fuimos a dormir, preparamos una pequeña camita para Hernan que estaba alado de la mia.

-Por primera vez ¡Buenas noches! mi nena hermosa-dijo él una vez acomodado en la cama y mirándome tiernamente¡Se veía hermoso! 

-Buenas noches amor, te quiero mucho. 

Estábamos tan cansados, que apenas cerramos los ojos quedamos profundamente dormidos.  

Al otro día me despertó Hernan, con una taza de té caliente. 

-¡Hola princesa!- sonreí le di un sorbo a la bebida y me beso- Sos hermosa cuando-lo mire tiernamente- 

-Tu eres hermoso-dije 

Hernan se había levantado hacia un rato y se puso a charlar con mis padres.  

Me encantaba que este conmigo así que por mi que no se fuera nunca, odiaba extrañarlo me desesperaba por verlo, tan solo mirarlo me llenaba de calma. 

Pero paso un rato más conmigo y se marcho ya que sus amigos se preocuparía.

Inocencia SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora