Tu maldad

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-Ivan, prende tu celular

-Pero lu...

-¡Hazlo!

-Esta bien...-después de casi un minuto en silencio-¿Ves? Ya nadie me llama era equivocado

-Dame el celular Ivan-me lo dio, estaba bloqueado- desbloquealo.

-¿Para que?

-Quiero verlo

-lupe, tenes que calmarte-quiso acariciarme pero lo evite

-¡Desbloquealo te digo!

-Ya fue, te voy a llevar a tu casa y cuando se te pase la locura me llamas.

    Todavía puedo sentir el enojo, la impotencia, la rabia que tenía aquella vez, era mas fuerte que yo me había superado y no pude controlarme.

-¡Dame el maldito celular!-maniobre su brazo pero el me empujo con fuerza haciendo que de varios pasos para atrás.

    Comencé a gritarle

-¡Yo no me merezco esto!  ¡Sos una basura! ¡Vas a pagar todo lo que me estas haciendo!

-A ver ¿Qué problema hay que me llame una chica?

-Ivan me estas engañando ¿Vos entendés lo que es eso?

-Es una amiga nada mas, no tenes que ser tan exagerada

-Eres un enfermo, yo te perdono vuelvo a confiar en ti y  seguís en la misma ¡Me tienes harta!

-No, no-nego con la cabeza -hoy veo que estas estúpida...ahora te vas sola-me apretó el brazo y me llevo a la puerta

-¡No quiero seguir con vos!-

-Andaa loca de mierda

    Mi bronca se multiplicó con su insulto y no pude evitar darle una cachetada

-¡A mi no me tocas!

    Fue lo último que escuche de él antes de que me diera una piña en la espalda que me dejo sin respiración, caí al suelo tratando de recuperarme, note como él se agacho

-Cálmate lupe-acaricio mi cabeza-mirá lo que me hiciste hacer

    Una vez me compuse comencé a llorar y el trato de besarme lo que me dio tanto asco que tomé el coraje de escupirle la cara. Note su furia, me pare y corrí lo más fuerte que pude logre salir del departamento pero el venia detrás de mi y después de varias cuadras mis piernas estaban debiles logro alcanzarme, me agarro fuerte del pelo y tiro al suelo de espalda.

    Quede inmóvil del dolor, y solo lloraba. El se fué, en segundos note que estaba sola en la vereda oscura

    Era la humillación mas grande que había recibido. No podía moverme, lo intentaba pero ese puntazo en la espalda me lo impedía. Sentí mis cara empapada en lágrimas,me quería ocultar que nadie me vea así, sentía vergüenza de mi misma por la situacion. Creo que es inexplicable el como me sentía en ese momento.

    De repente sentí unos pasos acercarse

-Ayuda por favor-dije

-Amor, amor perdóname por favor perdóname

    Era Ivan y en ese momento sentí temor de lo que me pudiera hacer. El me alzo y me pidió que me calmara

-Vamos amor, perdóname

    Me daba besos en la cara y yo no reaccionaba del miedo, llevándome en sus brazos llegamos a su departamento. Me puso  en el sillón, acaricio mi rostro y me beso

Inocencia SalvajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora