capítulo 8

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Todos se encontraban alrededor de nosotras y lo único que hacían era gritar "pelea, pelea", Natalia y yo nos encontrábamos jalandonos el cabello mutuamente,  escuchaba la voz de Mía diciéndome que parara, Natalia seguía jalando mi cabello y gritando muchas cosas hasta que de repente sentí unos brazos alrededor de mi cintura que comenzaron a  separarme de Natalia.

POV Rodrigo.

Había un circulo de estudiantes alrededor de lo que parecía ser una pelea; Ricardo y yo fuimos a ver, para mi sorpresa Sofía y Natalia eran quienes estaban peleando, sentí la necesidad de hacer algo.

-ayúdame a separarlas- hable hacia Ricardo quien asiente.

-vamos- responde mientras nos acercamos.

Dicho eso Ricardo se acercó y agarro a Natalia, yo hice lo mismo pero con Sofía.

POV Sofía.

-Dejame- hable mientras sentí unos brazos en mi cintura- suéltame ahora mismo- ordene a quien fuera esa persona pero sólo hizo caso omiso.

-Sofi, ella no vale la pena- hablo una voz masculina cerca de mi oído.

-no eres nadie para decirme lo que debo de hacer o no- solté molesta al ver a Natalia intentando acercarse de nuevo.

-Lo sé- aquella persona responde- me preocupas y sé que esto te va a perjudicar- volvió a hablar.

Logré voltearme y fue una completa estupidez, me encontré con esos ojos color miel, su rostro y el mío estaban demasiado cerca, debo de admitirlo, me gustaba estar así.

-alejate de mi novio- la voz chillona de Natalia me hizo salir del trance en el que la mirada de Rodrigo había logrado meterme, regrese a la realidad lentamente.

Cierto, por un momento había olvidado que Natalia y Rodrigo están juntos.

-¿qué no me has escuchado?, alejate de mi novio- grito Natalia de nuevo.

Dicho eso me solté de Rodrigo y voltee hacia aquella chica.

-No te preocupes, Natalia- comencé- no suelo robar los novios de los demás como tu- solté mientras intentaba mantenerme serena y no dejarme llevar de nuevo.

Al momento de decir eso todos los que se encontraban aquí exclamaron un "uhh", cosa que terminó de enfurecer a Natalia.

-eres una maldita- habla entre dientes, su voz es dura y molesta.

-Natalia, basta- la voz de Rodrigo detrás de mí interrumpe.

-no- su novia responde- ella se lo merece- responde con voz dura mientras me fulmina con su mirada.

-solo te molesta porque sabes que es verdad- hable de nuevo ganándome más odio de su parte.

-cállate ya, maldita estúpida- intenta soltarse del agarre de Ricardo pero este no la deja.

-Natalia, he dicho que basta- volvió a hablar Rodrigo, su voz era dura, era como si estuviera molesto.

Voltee hacia él y me encontré con sus hermosos ojos miel pero ahora se veían oscuros, muy oscuros; iba a decirle algo pero una voz femenina llamo la atención de todos.

-¿Qué sucede aquí?- aquella voz pregunta.

Todos volteamos en esa dirección encontrándonos con nadie más y nadie menos que la directora. Mierda.

-He preguntado ¿que ocurre aquí?- volvió a preguntar mirándonos a todos.

-fue culpa de esta- Natalia comienza mirándome de arriba a abajo- campesina- responde Natalia dirigiéndose hacia mi.

-eso no es cierto- me defendí- tú empezaste todo- dije

-guarden silencio, ambas a la dirección- ordenó hacia la rubia y a mi.

Ricardo soltó a Natalia quien sólo seguía mirándome de mala manera y entonces ambas seguimos a la directora; el partido estaba a punto de comenzar volteé y vi a Rodrigo dirigiéndose al campo, luego a Mía la cual me estaba deseando suerte mientras caminaba hacia las gradas.
Estábamos en la dirección y la mujer frente a nosotras nos estaba hablando sobre nuestro mal comportamiento y las consecuencias que este traería hacia él colegio y hacia nosotras mismas.

-pero, Natalia fue quien me agredió e insulto primero- hable después de que la rubia intentará culparme de todo.

-no es cierto directora- ella interrumpe- es una mentirosa que sólo intenta defenderse.

-silencio ambas- ordena haciéndonos callar- mañana quiero hablar con sus padres- sentencia y eso me hace tragar saliva.

-mi padre no podrá venir- respondo de inmediato.

-que venga su madre en su lugar- responde.

Sentí un nudo en mi garganta.

-ella tampoco podrá venir- hable tragando aquel nudo- murió hace dos años- continúe con la mirada en el piso.

-lo lamento mucho, pero he dado mi ultima palabra- dijo dándonos un citatorio- si sus padres no se presentan mañana  no podrán entrar al instituto hasta que vengan ellos a hablar conmigo personalmente, ahora pueden retirarse a ver el partido y espero lo que acaba de suceder no se repita, ¿entendido?- su voz seguía siendo dura.

Ambas asintimos  y salimos de la oficina íbamos camino al campo. Estaba demasiado nerviosa en pensar la manera en que le diría la verdad a mi padre sobre mi postura en este lugar pero estaba aún más nerviosa de saber que mañana Christian Greenwood tendría que venir personalmente a este instituto.

¿Él y yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora