¿Él y yo?

capítulo 46

Era un beso lento, sus labios y los míos parecían estar sincronizados, en este beso me hizo sentir segura y que todo lo malo que había alrededor de nosotros desapareciera. Era eso por lo que lo amaba, porque sabía cómo hacerme feliz como hacerme sentir segura, con unas simples palabras él podía cambiar mi estado de ánimo, él era todo lo que necesitaba y quería, de eso estoy segura.

-esta bien si no quieres decirme, pero tienes que saber que siempre estaré aquí para ti, para todo lo que necesites. Tomate tu tiempo y cuando creas estar lista te escucharé con mucho gusto- dijo el tomando mi cara y dándome un beso en la frente- ahora vamos a la enfermería, tenemos que asegurarnos que todo este bien

Ambos nos pusimos de pie y entramos al instituto, íbamos tomados de las manos y nos fuimos directamente hasta allá, no había nadie esperando así que me atendieron inmediatamente; la doctora de la escuela me pidió que me sentará en la camilla mientras Rodrigo estaba en una silla que se encontraba cerca del escritorio.

-¿cuándo fue la última vez que tuviste un ataque de nervios?- preguntó examinando con una pequeña lámpara mis ojos

-hace dos años- dije algo nerviosa, no tenía muchas ganas de hablar

-¿puedo saber cuál fue el motivo?

-umh- dude un poco y después suspire- fue cuando me informaron la muerte de mi madre- dije viendo al piso

-lo siento- dijo ella

-esta bien, ya puedo lidiar con eso- dije yo

-ahora, ¿puedo saber cuál fue el motivo para que te pasara hoy?- dijo sentada en su escritorio, yo aún estaba en la camilla y Rodrigo estaba en la silla solo observando

-umh- estaba nerviosa

-antes que nada tienes que tranquilizarte- voltea a ver a Rodrigo- ¿tu la hiciste exaltarse?- le pregunto

Él solo sonrió un poco- a mí me gustaría saber lo mismo- hablo él

-Sofía, sabes que tienes que decirnos ¿verdad?

-lo sé- cerré un poco los ojos y después recordé lo que Jesús había dicho y apreté mis puños

-recuerda lo que te dije, nada de exaltarse

-me dijeron algunas cosas

-¿qué tipo de cosas?

Volteé a ver a Rodrigo y el tenía su semblante neutral, no sabía si estaba enojado, preocupado, no sabía cómo estaba él, después volteé a ver de nuevo a la doctora

-uno de mis compañeros parece estar obsesionado conmigo, hoy en la clase de química se sentó en la misma mesa que yo y después de un rato me empezó a decir que me amaba, que era hermosa y que él no lograba entender porque estaba con Rodrigo

-¿qué más?

-le dije las cosas como eran, que yo nunca estaría con él y que me dejara de molestar, eso no le pareció y golpeó la mesa y después me dijo que me arrepentiría de eso, su mirada era muy amenazante

-¿qué hiciste después de eso?

-me salí del salón y fui al baño. Fue ahí donde se empezó a complicar todo. Me empecé a sentir mal

-fue ahí cuando uno de mis compañeros la vio, él dijo que apenas y podía caminar- hablo Rodrigo

-es verdad, sentía que mis pies no respondían y si lo hacían era para dar pasos de tortuga

-tendré que llamar a tu padre- dijo la doctora

-¿podría llamar a otra persona?- pregunté- mi padre esta trabajando y no quiero interrumpir