¿Él y yo?

Capítulo 60

-¿cómo está él?- pregunté en cuanto llegue con Magadalena.

-aún no sabemos si hay heridas internas o heridas más graves, no nos han dado más informes- contestó ella mientras limpiaba sus lágrimas, sólo me limite a abrazarla.

-todo va a estar bien, él es fuerte, va a estar bien- dije mientras trataba de ser fuerte para ella.

Todos los que habían ido a la discoteca estaban ahí.

-¿qué es lo que pasó?- pregunté a mis amigos que estaban sentados mientras bebían café.

-no lo sabemos, él desapareció de repente y no regresó, pensamos que tal vez pudo a ver ido contigo así que ya no insistimos y después escuchamos una ambulancia y a los policías salimos y él estaba en una camilla.

Necesito saber que era lo que había pasado y estoy segura de que la persona que se encargó de mandarlo al hospital es la misma persona que enviaba aquellos mensajes.

Había pasado más de una hora y nadie nos daba más informes acerca de su estado, esto empezaba a desesperar.

-podria darme informes sobre un paciente- pedí a una enfermera.

-nombre del paciente.

-Rodrigo Gutiérrez- conteste mientras tecleaba algo en la computadora frente a ella.

-no hay ninguna información aún- contestó mientras dirigía su vista hacia mí.

Asentí mientras volvía a la sala de espera.

-ten, necesitas esto- dijo Vanessa entregandome un café.

Comencé a tomarlo mientras me sentaba a lado de mi padre.

-él va a estar bien- dijo- él va a estar bien.

Me recargue en su hombro y cuando menos me di cuenta las lágrimas ya estaban saliendo de mis ojos, escondí mi rostro mientras me daba un abrazo.

Después de tranquilizarme un poco llegó un hombre con bata blanca.

-buenas noches, soy el doctor Salinas, ¿son familiares del joven Gutiérrez?- preguntó.

-somos nosotros- habló ahora el padre de Rodrigo- nosotros venimos con él.

-¿cómo está él?- pregunté ahora yo mientras me acercaba más.

-él se encuentra fuera de peligro, tiene un golpe en la cabeza el cual lo dejo inconsciente pero ya hicimos estudios y no hay heridas internas, sólo queda esperar a que despierte.

Después de agradecer a aquel hombre esperamos un poco más mientras llegaba una enfermera para llevarnos a su habitación. Los padres de Rodrigo y yo somos los únicos que entraremos en este momento ya que sólo se permite a limitadas personas.

Llegamos a una puerta que fue abierta enseguida por la mujer de uniforme blanco para dejarnos ver a un chico inconsciente en una cama.

-Dios mío- habló Magdalena mientras se abrazaba a su esposo y comenzaba a llorar, su padre tenía sus ojos critalizados lo cual advertía que en cualquier momento las lágrimas se harían presentes.

-él está bien cariño- hablo su padre- él es fuerte y va a estar bien.

-¿quién puede ser tan mala persona para hacerle esto?- magdalena se acercó a la cama mientras comenzaba a peinar su cabello- ¿quién fue capaz de hacerle esto a un chico como él?

Yo tenía la posible respuesta pero no podía decir nada hasta estar segura de que todos estaban a salvo.

-Sofía, cariño, acercate- invito su madre.