Capítulo 16: Ella...

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¿Cómo es que de un momento a otro tu vida cambia? Cada cosa que hacemos, cada palabra o acción trae consigo algo que puede dejarte una marca para siempre, no es una marca física, a veces es algo tan profundo y doloroso que solo dejamos que algunas personas, vean que cada persona experimenta dolo de diferentes formas, que con cada recuerdo puedes ser feliz o hacerte daño, pues el recordar es una forma de auto lastimarse también.

Por desgracia o tal vez por suerte, yo no tengo recuerdos, no sé qué he hecho o dejado de hacer, no sé si esto sea justo, si sea para bien, si es algo predestinado... Siendo sincero creo que cada uno forja su destino, que solo uno puede escribir su historia, nadie puede cambiar a una persona, nadie puede hacer que el dolor se valla, pero alguien puede ser la causa de que alguien quiera cambiar, ese alguien puede llegar a curarte no por completo pero, si puede mostrarte la vida de una forma distinta a como la vez.

Alejandra, es el vivo ejemplo de que todos nos aferramos a alguien para mantenernos fuertes, no creo que habría podido soportar todo esto si ella, estando solo, hay personas que no logran soportar la soledad pero con ella... Todo es diferente, nunca te sientes solo, te siente feliz sin saber la razón, es esa persona que rompe todos tus esquemas y te saca una sonrisa con cualquier cosa, su mirada... Son los único ojos que quiero seguir mirando cada día de mi vida.

A veces, recuerdos llegan y se van, pero hay uno que siempre vuelve. El día que la conocí, no creo tener el recuerdo total, pero si tengo los detalles más importantes en mi mente. Ella es de las pocas personas que están a mi lado y entiendo por qué estuve con ella... Alejandra, es la persona por la que se me va el sueño, pues el no tenerla mi lado me desespera, quiero tenerla cerca mío, poder ver su bella sonrisa y sus ojos tan cautivantes y perceptibles, que sin necesidad de decir algo ya lo saben, la forma en la que me siento por ella... No hay palabras pero la que más se acerca, yo lo llamo verdadero amor.

Después de salir de la clínica, Alejandra me llevo a mi departamento y me mostro cada cosa que tal vez tuviera importancia para mí, pero no pasó nada, por más que me esforzaba no lograba tener un rastro de nada, solo podía concentrarme en ella, se veía tan rota, tan triste, tan desilusionada, solo me acerque a ella, no sabía muy bien que decirle, pero las palabras salieron de mi boca antes de que yo mismo pretendiera decir algo.

-Una vez me dijiste que yo era una de las razones por las cuales sonreías, que yo era de las pocas personas que te hacia feliz, pero en el fondo sé que sonríes porque eres una mujer fuerte y luchadora, que puede con todo y con todos, que no deja que nadie se interponga en lo que quiere.

Ella levanto su mirada, y en sus ojos se veía alegría aunque estos estaban brillantes ya que tenía muchas ganas de llorar, pero cuando me di cuenta me acerque, le quite un mechón de cabello de su cara, que es muy hermosa y la bese... Sus labios eran perfectos, suaves y encajaba perfecto en ellos. El beso fue corto, pero lo suficientemente claro como para yo saber que la amaba y que no dejaría que se fuera de mi lado.

Pasadas dos semanas, después de ese beso, le pedí a Alejandra que fuera mi novia, no fue en el lugar más romántico del mundo, ni la forma más romántica, pero verla ahí en mi cama tocando guitarra hizo que me decidiera a decírselo.

-Alejandra...

-Si?

-Me gustas, me encanta tu sonrisa, tu forma de ser, la manera en la que me tratas, tu sonrisa, tu mirada hipnotizaste que dice mucho más de lo que tus palabras expresan, tus labios, tu cabello, tu, toda tu me tiene enamorado... ¿Quieres ser mi novia?

Alejandra me mira, no se descifrar su mirada, pero en el momento que se levanta de su cama y se va de la habitación, se derrumba mi mundo y todo se vuelve negro.

Escucho la voz de Alejandra...

-¡Adam! ¡Despierta! ¡Por favor despierta! ¡No me hagas esto, no otra vez!

-¡Hey! Tú eres mi vida, tienes todo de mí y yo no te voy a dejar así de fácil...

Alejandra me sonríe, mientras caen algunas lágrimas por su rostro, luego me da un beso en la frente y saca una servilleta.

-Toma- Me dice ella

Me quedo mirándola muy extrañado, no sabía que quería hacer, pero fuera lo que fuera yo haría todo por ella, así que tomo la servilleta y observo que hay algo en ella.

¨ Adam, debo decirte que esto no me toma por sorpresa, ya que esto me sucedió una vez con la persona que más amo, eres TÚ, TE AMO... Siempre Juntos¨

Al leer esto, un escalofrió recorre todo mi cuerpo, me empieza a doler la cabeza y lo único que logro decir

-Alejandra, yo...



Júralo Con El Corazón©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora