Habían pasado varios días desde esa noche en la que había salido con Alejandra y habíamos vuelto con la ropa húmeda, no habíamos vuelto a hablar, ella decía que estaba muy ocupada y en parte era verdad, tenía que estudiar para sus exámenes ya que faltaban una pocas semanas para que terminara la universidad y la única idea que tenía en la cabeza era graduarse, luego grabaría su primer álbum como solista, gracias a una compañía discográfica que la había escuchado cantando en el café. Por mi parte solo faltaban unos meses para terminar la carrera de literatura y apenas la finalizara, dejaría de trabajar en el periódico local, debido a que tendría la oportunidad de trabajar como director de uno de los periódicos más importantes de la ciudad.
El tiempo transcurría y no tenía noticias sobre Alejandra hacia casi dos semanas, me encontré en un estado en el cual no me sentía ni bien ni mal, una tarde comencé a escribir en una libreta sobre los acontecimientos de mi vida y fue cuando escuche que llamaban a la puerta de mi apartamento, deje la libreta encima de una mesa, no esperaba visitas, así que me tomo por sorpresa ver a esa mujer tan hermosa al otro lado de mi puerta.
-Hace mucho no hablábamos ¿no crees?- Me dice Alejandra mientras la invito a seguir.
-Sí, pero es que hemos estado ocupados- Respondo sin pensar mucho.
Alejandra se acerca y me abraza, hacía mucho tiempo que no nos veíamos, por eso creo que su abrazo es como una corriente eléctrica que recorre mi cuerpo y hace que despierte del sueño en el que había caído.
- Las cosas no han sido fáciles estas semanas, para ninguno de los dos,sé que nos hemos distanciado, pero quiero que sepas que no deje de pensar en ti ni un solo instante, te extrañe mucho- Alejandra dice esto mientras se aleja de mí.
Decido reducir la distancia que nos separa, evitar seguir separándonos, me acerco a ella y la vuelvo a abrazar, un mechón de cabello está en su cara, levanto mi mano y lo coloco detrás de su oreja.
-Cuando estás a mi lado no puedo explicar lo que siento, solo puedo decir que me haces feliz con solo estar aquí, con tan solo existir, al igual que tu yo también te extrañe, sé que pudimos haber sacado un minuto para escribir un mensaje o hacer una llamada, aun así no lo hicimos, pero el hecho es que ahora estamos aquí hablando y eso lo soluciona todo- Le digo mientras ella me regala una sonrisa.
Después de haber aclarado todo, de hablar sobre como estábamos llevando nuestra relación y decir cómo nos sentíamos, salimos a caminar, la amaba y solo tenía en mi mente pasar el mayor tiempo con ella.
-Mañana es mi graduación... me gustaría que me fueras a acompañar- dice Alejandra.
-Como no aceptaría, ahí estaré, en primera fila para verte de cerca.- le digo.
-Te amo- me dice riéndose y me besa.
Empezaba a anochecer y acordamos irnos cada uno a su casa, al otro día nos veríamos en la graduación.
A la mañana a siguiente me desperté temprano, tome una ducha, me perfumé y como es ya costumbre me puse mi camisa color vino tinto y mi traje con chaleco, no podía llamar a Alejandra porque estaba arreglándose y luego iría con sus compañeros a hacer las respectivas actividades que habían planeado, opte por ir a su casa y hablar con sus padres mientras llegaba la hora de encontrarnos con ella en la universidad.
-Hola Adam- Me saludo la madre de Alejandra, no era la misma persona alegre que había conocido, pero está claro que la muerte de un hijo nunca se supera, siempre queda el vacío.
-Buenas tardes señora,- le dije mientras ella me invitaba a seguir, al entrar me encontré con el padre de Alejandra, se veía cansado, muy diferente a como lo recordaba.
-Adam- me dijo el mientras se le hacía una sonrisa en la cara, por alguna razón se alegraban en verme.
-Señor, ¿Cómo está?- le pregunte mientras le daba la mano para saludarlo.
Luego de saludarlos a ambos, nos sentamos en la sala de la casa y nos pusimos a hablar sobre Alejandra, sobre ellos y también me preguntaron varias cosas a mí, la charla se hizo larga pero fue entretenida, ellos todavía eran personas interesantes y agradables, aunque físicamente no se vieran así. Unas horas después salimos hacia la universidad, ellos se ofrecieron a llevarme en su automóvil y yo acepte ir con ellos, al llegar nos sentaron en unas sillas, afortunadamente quedamos sentados en la primera fila tal y como se lo había prometido a Alejandra, minutos después salió ella estaba hermosa, con su toga, sombrero y sonriente, a sus padres se les veía orgullosos y me sentí bien porque todos estaban felices.
La ceremonia comenzó y unos minutos después se dio el discurso por parte del alumno más destacado, ese alumno fue Alejandra.
-Buenas noches, hoy se marca el fin de una importante etapa de nuestras vidas. En noches como ésta, tenemos sentimientos encontrados, una alegría enorme por haber conseguido una meta personal pero a la vez mucha expectativa de lo que ocurrirá de ahora en adelante, atrás quedan muchos recuerdos, recuerdos que nos acompañarán por el resto de nuestras vidas. Al recordarlos podemos notar cuánto hemos cambiado en estos años y cuánto hemos aprendido, de cómo todo lo vivido aquí ha contribuido a hacernos no sólo buenos estudiantes sino también cómo ha contribuido a que nos hagamos mejores personas. Algunos han encontrado entre los pasillos el amor, otros se han ganado el respeto de sus compañeros, pero definitivamente todos y cada uno de nosotros hemos dejado huella, no sólo en el Instituto, sino también en los demás.
Al terminar de dar el discurso, las personas se pararon de sus lugares y empezaron a aplaudir, claramente Alejandra era buena en todo lo que se proponía, después del discurso todo fue muy normal y transcurrió sin ningún inconveniente, solo le prestaba atención a ella. Al terminarse la ceremonia algunos lloraban, otros solo se abrazaban y el resto se reían, mientras tanto Alejandra se acercó a nosotros, sus padres la felicitaron, la abrazaron y le dijeron que estaban orgullosos de ella, por ser como era, por todo lo que había conseguido y conseguiría.
-Felicitaciones, este siempre fue tu objetivo y finalmente conseguiste llegar a la meta,esto es un premio a tu esfuerzo,ahora puedes decir sueño cumplido,no te deseo suerte, sino que logres muchos éxitos, oficialmente estas graduada de músico- le digo y ella se pone muy feliz y me abraza.
-Gracias, solo puedo agradecerte por estar aquí conmigo, por ser como eres, por todo lo que hemos compartido juntos, por apoyarme siempre, te amo- me dice Alejandra.
Luego de la ceremonia, Alejandra y yo fuimos a la fiesta que habían preparado en el bar más reconocido de la ciudad, allí todos estaban bailando, bebiendo o haciendo alguna actividad, había una banda local, en fin era una gran fiesta, la única regla que habían impuesto era que todos los que estábamos en el lugar debíamos cantar una canción, en algún momento de la noche. Poco a poco los presentes fueron cantando, algunos eran muy buenos otros simplemente estaban muy borrachos y no se les entendía mucho, llego mi turno y elegí ¨Between The Bars¨ al cantar solo veía a Alejandra, esa canción era para ella y ella lo sabía.
La amo muchísimo.
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Júralo Con El Corazón©
Teen FictionAdam, es un joven al que la vida le provoco un giro radical, vive en un estado de tristeza e indiferencia, lo que hace que no tenga mucha compañía, una noche al salir de la universidad, su camino se cruzara con el de Alejandra, una chica que hará de...