Capítulo 1.

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-Este verano es nuestro - afirmó Thomas mientras abrazaba a July.

Esa frase resonó en mi cabeza, yo sabía que eso no era una buena idea.

-¿Estás seguro? Se ve un poco aterradora...

-¡Ay vamos Clara!, tu siempre tienes miedo de todo, no le eches la culpa a la casa - bromeó el rubio.

-Pues ella no es la única que piensa eso, ¿no había otro lugar? - me digné a abrir la boca.

-Vamos Ben, ¿qué te pasa? Claro que lo había, pero no por este precio.

-Y justo eso me preocupa, ni en las películas de terror te alquilan una casa a este precio - contestó molesto.

-Ya, vamos, déjense de tonterías, es una simple chozita - dijo Josh poniendo un pie en el escalón.

No muy convencidos lo seguimos, dejé pasar primero a Clara y así fui el último en entrar, me pareció ver algo entre los árboles pero seguro que era mi imaginación, ya me estaba volviendo loco con tan solo entrar.

-Qué raro que es todo, hay olor a polvo en cada rincón - la cara de July se llenó de disgusto.

-No iban a esperar que el viejo limpie por nosotros... Le podría dar un ataque de espalda.

-¿Cómo que un viejo Thomas? - Clara ya tenía ganas de salir corriendo por la puerta.

-Sí, ¿Qué tiene?

-¿Le alquilaste la casa a un viejo? - grité - ¿Eres idiota?

-¿Qué tiene que ver que se la renté a un viejo? - se metió Josh - Si la casa está embrujada da igual.

-Ay déjense de pavadas, no está embrujada tontos - July fingió valentía - ¡Vamos a ver las habitaciones!

Eran tres habitaciones. Una tenía dos camas individuales, la otra tenía una matrimonial y la última era para una sola persona.

-Uy... una cama para dos, por supuesto que será para nosotros - Thomas miró a July y esta puso sus maletas en la habitación.

-Por favor, eviten hacer mucho ruido. - guiñó el ojo Josh - Yo dormiré en esta - señaló la habitación solitaria.

-Oye, yo la quería - se quejó Clara.

-¿En serio te animarías a dormir sola aquí?, vamos Clara te quedas con Ben.

De acuerdo, por mí no hay problema, siempre he sentido cosas por ella, quizá se profundice nuestro amor.

Todos pudimos notar que el amiguito de Thomas ya estaba despierto y que querían intimidad así que los dejamos solos y decidimos ir a caminar por el bosque. Y fue de las peores cosas que pudimos haber hecho.
No había nada en todo el bosque, ni una tienda, ni otra cabaña. Lo que nos metió más miedo. Después de caminar cuarenta minutos sin parar llegamos a la parte en la que  habitan las personas, y compramos todo lo necesario para los quince días que nos quedaríamos aquí: solo comida y productos de limpieza. Ya que el resto lo trajimos con nosotros.
Antes de volver fuimos al centro comercial, Clara se compró una remera y yo un perfume. Ya que estábamos allí tomamos algo y emprendimos el viaje de vuelta, no se podría hacer esto todos los días.
Al llegar se escuchaban aún gemidos de la habitación de los dos adolescentes y empezamos a golpear cosas para que se percataran de nuestra presencia, pero ya saben que cuando estas ahí es bastante difícil parar. Unos minutos después, ellos ya estaban vestidos junto a nosotros.

-¿Compraron las cosas de limpieza? - preguntó Thomas apoyado en el marco de la puerta. Apenas podía hablar de lo agitado que estaba.

-Sí, y ahora les toca a ustedes limpiar - Clara se recostó en el sillón.

Dark Summer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora