Capítulo 13.

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*NARRADOR OMNISCIENTE*

Thomas se levanta como si nada hubiese ocurrido el día anterior. Se siente como nuevo, pero todo cambia al ir al baño y ver que falta el espejo. Al principio piensa que debe haberse roto, pero al recorrer la casa y ver que faltan todos los espejos se desespera. Todos duermen, son las diez de la mañana. Se dirige a la cocina, toma el pan y lo pone en la tostadora, coge la mermelada y sin mirar tantea el cajón para sacar un cuchillo, pero este no abre, tiene un candado.
En su mente sabe lo que está pasando, pero prefiere convencerse de que hay otra explicación... Digamos, ¿Por qué creerían que está loco?
De pequeño le enseñaron a no despertar a las personas, ya que eso podría estresarlos y causarles un mal día, pero necesita con qué untar la mermelada en su tostada.
Se acerca a la habitación de Rosa, pero se arrepiente antes de tocar la puerta. ¿Por qué despertar a una señora mayor? Es más fácil despertar a dos adolescentes, les vendrá bien ver que el día no empieza a las dos de la tarde.
Abre lentamente la puerta, y lo que ve lo sorprende. ¿Desde cuándo esos dos duermen abrazados? ¿Acaso se han quedado dormidos así o es mera coincidencia?
El rubio toce para llamar la atención de los jóvenes, quienes abren los ojos sobre exaltados separándose inmediatamente.

-¿Por qué se esconden? ¿Qué no es bueno estar enamorados? Si es lo único bueno que tienen aquí, aprovechenlo... O luego se arrepentirán.

-Thomas, ¿Qué pasa? Son las ocho de la mañana - dice Clara luego de ver el despertador.

Thomas sabe que estaban evadiendo su acotación, pero decide no insistir. Después de todo, no está allí por eso.

-Me pueden decir por qué diablos desaparecieron los espejos de toda la casa o por qué el cajón de los cubiertos está bajo llave - pregunta sin vacilar. Aunque suena más como una orden.

-Mmm, pues Thomas, mira - Clara no sabe cómo explicarle a su amigo las medidas que tuvieron que tomar.

-Ven, vamos, a sentarnos - se para Ben y los guía hasta el sillón.

-No quiero vueltas.

-No las tendrás... - inquiere la pelirroja y comienza a explicarle - Mira, hemos decidido mantenerte fuera del alcance de todo objeto que pueda hacerte daño.

-¿Entonces creen que estoy loco? - sus sospechas son correctas, y eso le duele.

-No no, Thomas, cómo crees. Sólo queremos lo mejor para ti - explica el morocho.

-¡No, ustedes no lo entienden! LO JURÉ POR JULY, ¿CREEN QUE MENTIRÍA? - está ahora nervioso.

-No, pero, solo queremos evitarlo.

-Bueno, saben qué, hagan lo que quieran. Ya verán.

Y con esa frase finaliza la conversación. Él sabe que no va a intentar suicidarse nunca más, fue un momento de desesperación, pero también entiende la posición de sus amigos.

Ya son las doce del mediodía y los chicos piensan que Rosa está durmiendo a pata ancha, pero en realidad no. Hace ya noches que no puede dormir bien, pesadillas macabras la atormentaban y esas voces no la dejan en paz.
Se encuentra ahora luchando con su mente y su corazón. Su mente le dice "duerme, no puedes estar más despierta", pero su corazón "tú sabes que está mal lo que hiciste, por tu culpa ese muchacho se intentó suicidar. Acaba con esto".
Pero ella sabe que hoy no, hoy no es el día. La mujer confía ciegamente en estos tres chicos, está esperando que descubran todo. Es complicado, pero lo lograrán.
Después de convencerse que si en tan solo dos días más no lo averiguan ella se los contará, cae en un profundo sueño. Tan profundo que hasta la noche no despierta... Lo que es tener la conciencia tranquila. Igual no del todo.

***

- ¿Y cuánto más van a seguir ocultando su amor? - Thomas los mira con su cara de perversión, que más que miedo provoca risa.

-Y... Hasta ayer. ¿Contento? - responde Ben mirando a Clara que asiente con la cabeza.

-¡Eso es! ¿Osea que oficialmente hoy comienza su relación?

-Emm, pues, solo si ella acepta - ambos saben que era muy rápido, pero aquí dentro no tienen tiempo que perder - ¿Quieres ser mi novia? - pregunta tímido mirándola a los ojos.

-Déjame pensar - se hace la que piensa, pero en realidad lo tiene pensado hace rato - ¡Claro que sí! - lo besa y Thomas les toma una foto instantánea.

-¡La primer foto de la relación! Es importante - guiña un ojo el rubio.

-¿Qué? Ay Thomas, a verla. Espero haber salido bien si es tan importante - ríe la chica arrebatándole a su amigo el móvil.

"Es irónico, dentro de todo lo malo, podemos encontar la risa" piensan los tres, pero ninguno dice nada. Después de todo no son tan diferentes, hasta tienen los mismos pensamientos. Esas son las cosas que el silencio no nos deja ver. Las personas no somos solo lo que decimos, si no también lo que pensamos. No somos solo las cosas que hacemos, si no también las que queremos pero no intentamos hacer. Si tan solo mostraramos más...

***

Rosa refriega sus ojos una y otra vez imaginando que lo que ve cambiará, pero no es así. Su rostro refleja la sorpresa que le causa ver a los chicos todos juntos, en la sala: Clara explica sus teorías escritas en una pizarra que reposa sobre un atril, vaya a saber de dónde fue obtenido, mientras Ben y Thomas asienten y opinan qué teoría les parece la más acertada. En sus rostros ya no se ve amargura, sus miradas son totalmente claras, como antes de decidir adentrarse en estas vacaciones, tanto que con solo mirar sus ojos puede ver lo más profundo de su corazón.

-¿Qué hacen? - pregunta acercándose a la pizarra para poder leerla, ya que solo alcanza a ver "TEORÍAS" escrito en marcador rojo. Era la mañana y no llevaba sus lentes.

-Tratando de averiguar qué quieren de nosotros los espíritus - le guiña un ojo la chica para luego sonreírse. Algo que ya escasea en la casa - ¿Quieres una taza de café? - Rosa no comprende por qué tanta amabilidad y frente al silencio agrega - O lo que quieras desayunar...

-Sí, sí, café - responde. Pero en realidad no le apetece, solo quiere tomarse el tiempo de pensar , en lo que Clara va a buscar el café, a qué se debe la felicidad de los chicos. Digamos, que Ben y Clara estuviesen de buen humor era entendible... ¿Pero Thomas? Después de haberse intentado suicidar ¿Acaso habían hecho un trío?, no eso no era una opción.

-¿De qué te ries? - pregunta el rubio con un tono dulce, que ella nunca había conocido en él.

-No, no, de nada - miente, cuando en realidad reía por su último pensamiento.

Rosa se sienta a tomar su café, para luego recordar que ninguna teoría de Clara acerta lo que de verdad ocurre, y eso le duele, duele en lo profundo de su corazón. Ella es culpable, de casi todo, y lo sabe.
Por supuesto no va a dejar que más gente inocente pague los platos rotos.
Así que decide idear una estrategia para contarle a los chicos la verdad, sin que los espíritus se enteren de que rompió su pacto. Si es que eso será posible...

Dark Summer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora