Capítulo 15.

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La familia de Clara se mantenía en silencio, solo su abuela lloraba. Sus padres nunca han sido muy demostrativos, pero en este momento Clara los necesitaba.

-¡Salgan o nos veremos obligados a disparar! - gritaba el jefe policial.

Al parecer creían que se trataba de un secuestro.

-¡Que salgan dije! - insistía refiriéndose a los supuestos secuestradores.

Ninguno dejaba de apuntar hacia la puerta, mantenían sus brazos firmes sosteniendo las armas.

Los tres amigos no dejaban de agradecer a Dios, pero sabían que ya tendrían tiempo para profundizarlo, rezar y todas esas cosas que debían hacer en muestra de agradecimiento. Ahora debían enfocarse en cómo salir de allí.

-¡Señores, aquí no hay otras personas más que nosotros! Necesitamos que rompan la puerta, estamos encerrados.

-¡Por favor niño, sabemos la verdad! Haganse a un lado de la puerta - inquirió el experto.

Este caso les llamaba la atención. Por lo general al decir que tirarían la puerta abajo, los secuestradores amenazan con quitarle la vida a los rehenes. Pero esta vez no ocurría. Lo que les hizo darse cuenta que quizá los chicos no mentían.

Todos se movieron a unos varios metros de la puerta, y para su sorpresa la puerta se abrió al primer disparo.
Los policías se adentraron en la cabaña dejando a los familiares afuera, por su seguridad.
La expresión de sorpresa y esperanza en el rostro de los chicos se esfumó tras escuchar un quejido de parte de uno de los policías. Creyeron que los espíritus lo estaban por atacar, pero al seguir su mirada de espanto notaron que se dirigía hacia el ventilador, del cual ahora colgaba nuevamente el cuerpo de Josh.

-Bueno, ya saben que tendremos que detenerlos - dijeron al unísono mientras hacen señas a uno de los policías que se mantenía en el vehículo.

-P-pe-pero nosotros no hicimos nada.

-Ben tiene razón, las víctimas aquí fuimos todos - interrumpió Clara.

-Dejenos contarles lo ocurrido, por favor, ¿cómo podríamos hacerles daño a nuestros amigos? - suplicó Thomas.

-¿Acaso no tenemos derecho a dar nuestra versión de los hechos? ESTA CASA ESTÁ INVADIDA POR ESPÍRITUS, POR FAVOR TIENEN QUE CREERNOS.

-Claro que tendrán tiempo para declaraciones - respondió - en el juzgado.

Al ver los padres que el tercer policía se acercaba con las esposas, comenzaron a desesperarse. ¿cómo podrían sus hijos ser parte de un crimen?.

-¿Usted está insinuando que mi nieta es una asesina? - gritó la abuela de Clara en un tono patotero, al mismo tiempo que su yerno ponía una mano sobre su hombro para tranquilizarla.

-¿Calmarme? ¿Cómo quieres que me calme? Están por llevar detenidos a nuestros hijos por algo injusto - gritó la señora Jhonson, dirigiéndose a al padre de Thomas.

-Si ellos son inocentes o no lo determinará la justicia. Nadie será condenado injustamente - se limitó a responder.

-¿Condenados? ¿Condenados de qué? ¿Pueden decirnos quienes están muertos por favor? - gritó el padre de Josh.

-Sí, diganos, ¡por dios! - apoyó la madre de July.

-Sólo puedo decirles que hay tres chicos a salvo. - contestó fríamente, lo que daba a entender que dos habían muerto.

-Tienen derecho a guardar silencio y todo lo que digan podrá ser usado en su contra - dijeron al terminar de colocarles las esposas - Ahora, sientense aquí mientras mi compañero termina de recorrer la casa - agregó el mayor de los dos señalando el sofá.

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