VII. DARK AGES

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CHAPTER SEVEN | DARK AGES

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CHAPTER SEVEN | DARK AGES

1028, Carcassonne, Francia

Las brujas, que iban de blanco preparaban todo lo necesario para el ritual, algunas encendían las velas, otras mezclaban los ingredientes y las restantes arreglaban a su reina en lo más profundo del bosque. Cuando el momento hubo llegado siguió a las cuatro brujas que le iluminaban el camino con sus antorchas, sin pararse a retirar las piedras que se iban clavando en las plantas de los pies ni mucho menos a entrar en calor para combatir el frío que calaban sus huesos, ya que su mente daba demasiadas vueltas a lo que estaba a punto de ocurrir. Como sí Heloise lo hubiese deducido, giró su cabeza para mirarla y le esbozó una sonrisa que la verdad llegó a tranquilizarla, continuando el camino pero volteándose de vez en cuando para cerciorarse de que su aprendiz no huía o algo por el estilo.

Al llegar al claro, la hoguera que se alzaba a un lado, iluminaba todo el lugar algo que la reina agradeció dado que no era muy amiga de la oscuridad. Una de las brujas, que era la jefa de ellas todas, la guió hasta el altar al cual se subió mientras observaba como mezclaban la sangre que había emanado del corte que le hicieron en su mano con otra que sacaban de un frasco. Adel sabía de quien era, pero lo que le gustaba saber era cómo la habían conseguido.

-No os preocupéis, Adélaïde, todo saldrá bien.

La rubia negó, mientras la anciana le acariciaba el brazo.

-Lo que me preocupa son ellos -se refirió a los ancestros, más bien los dioses, que es por lo que eran conocidos dentro del aquelarre por su gran poder- y... la familia de Elijah.

-Adel, a veces el sacrificio es necesario. Y aunque te duela tienes que hacerlo. Tenemos que acabar con esta plaga antes de que sea demasiado tarde.

-Entonces yo también lo seré. Una plaga.

-No, cariño, tú eres nuestra salvadora -la mujer negó sabiendo que la bruja se equivocaba, y algo en su interior le decía a gritos que aquello no era un buen plan; tal vez era a causa de esos sueños recurrentes donde no veía más que sangre corriendo, literalmente, por sus manos. No obstante, Adélaïde respiró hondo y culpó a sus nervios de todo.

Una de las brujas de blanco se acercó a ella tumbándola sobre la fría losa entre tanto otra iba poniendo las velas en las cuatro esquinas, para acto siguiente encenderlas mientas Heloise le pedía que cerrara los ojos y respirara profundamente. En el transcurso de pocos segundos sintió un frío tacto en su frente que dibuja algo con sangre, un olor que su sentido de olfato lograba deducir fácilmente, y acto siguiente todo se quedó en un ensordecedor silencio a medida que las demás brujas rodeaban el gran altar formando un círculo cerrado con sus manos.

A lo lejos, aquel sonido de los grillos y de los búhos, quedó silenciado con los cantos de las Hermanas al unísono pronunciando el hechizo variante de la bruja original, con la intención de que su reina pudiera ser, además de vampiro, una licántropa y una bruja, y eso al parecer, sólo se podía lograr con la sangre del primer híbrido. El resto, para que lo que deseaban funcionara, era trabajo de los ancestros, los verdaderos orquestadores.

Darkness   ☾  The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora