La gente la había borrado de la historia, su papel fue puesto en un plano que la hacía invisible y simplemente fue conocida por ser la hija de un rey y hermana de otro. Tras una vida turbulenta y oscura que terminó en su muerte, Charlene es resucita...
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CHAPTER TWO | LIVE FOREVER
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Esos ojos oscuros se fijaron en los de ella en un instante, encontrándola fácilmente entre la multitud que la rodeaba en aquella fiesta donde los nobles pretendían tener una estrecha relación con la realeza, que sus mujeres fueran amigas de la reina. No obstante, los que la rodeaban eran simplemente la gente fiel que demostraba día tras día su valía. Sus hermanas, que a diferencia de ella lo habían visto, la avisaron de aquel hombre que fingía ser hijo de algún duque cuyo título no se molestó en aprender. Se volvió a buscarlo pero no encontró más que a su hermana hablando con algún señor, y cuando se dio cuenta Elijah apareció en frente suyo como por arte de magia.
Se sonrieron mientras él agarró su mano para posar con delicadeza un beso en el dorso, sus ojos no la dejaron en ningún instante, y Adélaïde por primera vez en un tiempo sintió capaz de volver a confiar en otro hombre.
Despachó a su gente y agarrándose del brazo de su nuevo acompañante se alejaron de la muchedumbre, caminando en dirección a las gradas para ver el torneo que se daba para conmemorar la última victoria de su reina. Se anunció a los primeros en competir a los que aplaudió con fingida emoción, cuando realmente estaba preocupada al saber que su hermano era parte del dúo. Henri ovacionó al público con su casco en mano, arrodillándose frente a su reina para presentarle sus respetos. Observó al otro noble imitándolo pero no con tanta efectividad.
Ambos se subieron a sus caballos siendo armados, mientras Adélaïde prestaba atención a la conversación con lord Elijah hasta que las trompetas iniciaron la competición. Nerviosa se agarró con fervor a su otra mano llena de anillos que se le clavaban en la palma, fijándose sin pestañear, en el escudo que subía y bajaba con cada galope del caballo. Las tres flores de lis de su casa resistieron al primer golpe, a lo que respiró con tranquilidad al ver al otro caballero caer contra la arena. La melena de su hermano voló con el viento cuando el casco con un lobo grabado que protegía su cabeza, colgaba de su mano derecha. Su sonrisa de victoria levantó aplausos de todo el mundo. Los siguientes caballeros salieron a presentarse, a lo que la reina pasó a explicar a su acompañante por cual de los dos hombres había apostado en secreto.
Lord Elijah se rió al igual que su reina, pero una mirada rencorosa que la bruja captó la detuvo en seco. Yvonne no se encontraba demasiado lejos de ellos, para que su mirada llena de celos y maldad comenzara a recordar lo que los rumores decían.
Todo pareció calmarse cuando el escudo de Henri cubrió a su media hermana mientras le abrazaban para felicitarlo, y aunque hoy en día sabía lo que había ocurrido, con mirar aquellas tres flores de lis desgastadas con el paso del tiempo no le quitaron aquella mala sensación de encima. Cassie seguía hablando yendo de un lado a otro cogiendo vestidos, zapatos o joyas para aquella noche, hasta que se paró frente a la esposa de su hermano que no pestañeaba ante la imagen de un escudo y una armadura.
