CAPÍTULO 19:Bajas Defensas

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Al terminar de lavar todo me dirigí a la habitación de Nate. Cuando abrí la puerta, todo estaba completamente arreglado, como si el gran escándalo de antes no hubiese pasado.

-¿Quedo bastante bien he?-preguntó Nate saliendo del baño con un cepillo de dientes en su mano y un poco de espuma en su boca.

-Sí, no está mal-dije mirándolo-oye ¿Cómo dormiré? No tengo ropa, ni siquiera cepillo de dientes.

-Te presto una de mis camisetas y tengo un cepillo nuevo, sabía que algún día te quedarías y lo compre-dijo encogiéndose de hombros.

-Bien.-dije un poco sorprendida de que haya pensado eso. Más tarde lo discutiré.

Acto seguido Nate se enjuagó la boca, me tendió una camiseta de su ropero y el cepillo de dientes que había sacado de su empaque.

Entré al baño, cerré la puerta y comencé a sacarme la ropa. No pude evitar ver la marca que me había quedado en el brazo y el metal que bloqueaba mis recuerdos debajo de la piel.

La cicatriz no era muy vistosa pero tenía la esencia de un recuerdo muy grande que hasta dolía, además que todavía conservaba aquello que fue creado para hacerme daño de una forma: ese maldito chip; no perdí más tiempo y me puse la camiseta de Nate, tenia olor a su colonia y sonreí inconscientemente, era un aroma agradable. Finalmente me cepille los dientes y salí del baño.

Nate sonrió al verme, estaba en calzoncillos y me puse roja inmediatamente-siempre duermo en ropa interior-dijo al ver mi reacción. Acto seguido soltó una pequeña risa-y mi camiseta te queda increíble.

-Gracias-dije antes de acostarme en un lado de la luego de él.

-¿Cómo llegamos a esta situación?-preguntó Nate luego de un silencio que se me hizo realmente eterno. Estaba de espaldas y no podía ver su reacción al decirlo, entonces me voltee y quede frente a él.

-¿A qué te refieres?-pregunté desconcertada.

-Empezando desde el principio-dijo con un tono de tristeza en su voz.

No lo aguanté más al verlo tan vulnerable por mi y agarré sus mejillas con mis manos antes de chocar mis labios con los suyos. Se sorprendió al principio pero luego me siguió el beso. Era tierno y dulce, para nada brusco y lo más reconfortante era que la textura de sus labios me daba una gran seguridad. Sentí su mano en mi cadera por debajo de las sabanas y mi piel se erizó instantáneamente al sentir su tacto; era realmente hermoso sentir sus labios sobre los míos, nunca había besado a nadie, pero esto me hacía sentir feliz aunque no completa. Su lengua pidió pasó y yo se lo concedí. Sentirla con la mía fue mi perdición, no sabía qué hacer pero me dejé llevar por él.

Tuvimos que terminar el beso por falta de aire; me quise separar, pero él me lo impidió apretando más su agarre en mis caderas y juntando nuestras frentes. Estábamos agitados buscando oxígeno y aunque estaba completamente oscuro podía ver su pelo estaba alborotado y sus mejillas con un leve tono rosado.

-Eso estuvo... bien-dije tratando de hablar con el poco aire que tenía.

-¿Bien? ouch-dijo Nate.

Reí a ante su reacción-Estuvo excelente-le dije sonriendo; desde que el beso había terminado, no podía dejar de hacerlo.

-No sabes cuánto espere esto-dijo separándose y acostándose con su vista clavada en el techo, pero no pasaba por alto su enorme sonrisa.

Verlo así me encantaba, hasta que noté sus labios rojos e hinchados; en ese momento pude sentir el color rojo subiendo hasta mi rostro. Había bajado por completo mis defensas.

Me acosté en su pecho y él me rodeo con su brazo. Más tarde me arrepentiría lo sé, pero ahora solo quería disfrutar de lo que él causaba en mi, ese sentimiento de felicidad y el deseo de tenerlo cerca para solo sentir ese calor que Nate irradiaba.

-Descansa-escuché decir antes de quedarme profundamente dormida.


Mi Pasado (MP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora