Prólogo

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Me desperté en una cabaña, no recordaba nada de cómo llegue aquí o quién me trajo, pero sabía que algo andaba mal. Todo este tiempo pude sentirlo, tendría que haber hecho algo, lo malo de todo es que mi naturaleza me impedía ir a buscar ayuda; yo no estaba hecha para ser la dama en peligro que necesita que la salven.

Yo era una cazadora y no iba a permitir que esto me supere, porque si llegué aquí fue porque alguien me trajo por alguna razón y no iba a permitir que algo me pasara. Saldría de aquí de alguna forma.

Luego de pensar todas mis opciones de cómo pude haber llegado aquí, en las cuales no encontré ninguna respuesta razonable, me puse a observar la cabaña: era normal, como todas, un hogar para leña (el cual estaba cerrado, seguro pensaron que me escaparía subiendo por el), muebles y un gran televisor.

Cuando era pequeña mi padre me enseño que todas las cabañas tienen más de una salida, porque se usaban como refugio, por eso posee muchas opciones para escapar. Pero encontrar alguna de esas salidas era como buscar una aguja en un pajar, lo que se resumía a que costaba mucho trabajo estar cerca de ellas y notarlas.

Me puse a buscar algún pasadizo o alguna abertura que me permitiera salir de aquí, pero no encontraba nada. Asi que me puse a buscar en mis bolsillos y como lo esperaba no tenía nada, era muy obvio que iban a sacarme todas mis armas, pero valía el intento de buscar. Lo bueno es que ellos no sabían que la cosa más insignificante podía servirme.

De repente cuando estaba caminando cerca de la ventana para inspeccionar el área vi tres sombras a lo lejos acercándose a la cabaña, y como sabía que estaba en desventaja de números volví a como estaba antes de despertar y cerré mis ojos después de haberme acomodado.

Sentía voces hablar, pude identificar que todos eran hombres altos y fuertes, pero por la forma en que escuchaba sus pasos no eran para nada ágiles.

-¿Qué haremos ahora?-dijo la voz más cercana a mí.

-Hay que llevarla, pero primero hay que atarla, es muy escurridiza.-al escucharlo empecé a planear el momento justo para escapar, no iba a permitir que me llevaran a algún lugar y no saber nada sobre él.

Esperé a sentir que se acercaban y lo primero que hice fue abrir mis ojos y correr hacia la puerta de salida, pero de repente sentí unos brazos agarrarme seguido de ver a un hombre muy robusto ponerse en frente de mi, mientras que otro me sostenía en la espalda.

-¿Intentado escapar?- se acerco a mí con su sonrisa de dientes desparejos y agarro mi rostro, intente sacar su mano, pero con el simple movimiento hecho por mí, su agarre aumento.- todavía hay muchos planes para ti mi querida princesita, y créeme que nunca podrás escapar de nosotros.

Intente soltarme con todas mis fuerzas del hombre que sostenía mis brazos, pero no pude y al final todo se redujo a un simple pinchazo en mi brazo izquierdo seguido de completa oscuridad.

Mi Pasado (MP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora