Mi mente, mi segunda casa.

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     Y Allí estaba Yo.. Sentada en el comedor rodeada de familiares allegados a mi madre porque ni a mi eran allegados..vivía sin mi padre, me abandono a mi y a mi madre un día antes de mi nacimiento, Este era mi décimo séptimo cumpleaños, sobre el comedor había un pequeño pastel decorado con lo que parecía ser chocolate rallado, hecho por mi madre; Ella era una mujer luchadora aunque no se lo decía la apreciaba por todos sus sacrificios para sacarnos adelante a mi y mi hermanito Aron, tenía tan solo 5 añitos y claro fue producto de como le digo yo ''Pasiones de 4 horas'' Que era la cuota más accesible de los hoteles y por supuesto al padre de Aron nunca lo he llegado a ver ni le ha dado rastros de que está vivo a mi madre, claro a ella realmente no le importaba lo único que supe de él, es que era del mismo físico que Aron: Rubio, ojos azul cielo, en cambio yo era como me gustaba considerarme ''Canela pasión'' ojos color café oscuro, de una estatura baja, claro eso no me impedía llevarme cuantas personas le pusiera el ojo a mi cama..

     Justo después de cantar cumpleaños tuve que salir corriendo a ducharme y lavar la camisa que llevaba puesta era la de mi banda de rock preferida: Guns and roses, puesto que el travieso de mi hermano se le había ocurrido la grandiosa idea de llenarme toda de la crema que tenía por los lados el pastel, al regresar pude notar que el comedor se encontraba vació, no había rastro ni de lo que había sobrado del pastel ni tampoco podía ni visualizar la bandeja dorada en donde estaba.. Mi madre se encontraba limpiando el desastre ocasionado gracias a Aron..

--Madre, y la familia, y el pastel? le pregunte de una manera desconcertada

--Se fueron al instante de entrar a ducharte, se lo llevaron con ellos. Me respondió sin ánimo alguno

     Entre a mi cuarto el cual estaba pintando totalmente de negro tenía situado justo en medio mi querida cama matrimonial a la cual llamaba ''Mi guerrera''.. En la casa solo habían dos habitaciones la mía, y la de mi madre la cual compartía con Aron. En ese momento al tocar las sábanas blancas que tenía puesta ese día mi guerrera, entre en mi segunda casa; Mi mente, empecé a pensar en lo emocionaba que me encontraba al recordar que mañana seria un grandioso día, era mi primer día en la universidad! Estudiaría Medicina con una beca que me había ganado, sí, quién lo diría era destacada con mis notas, mi mente empezó a pensar en cuántas personas nuevas conocería y en lo impactante que sería esta nueva etapa, luego empecé a pensar en las nuevas victimas que dejarían su sudor y gemidos en mi guerrera, al cabo de unos minutos me dormí, y el último pensamiento claro que tuve fue la frase; Mañana será un gran día.



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