Narrar a lo simplón.

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Por alguna razón muchas veces la palabra "simplón" es tomada a malas, cuando sólo significa que es algo simple.

Y no vengo a hablar de mucho más. Anteriormente hablé sobre las novelas argentinas (Error 404: plot not found.) y su estilo de historia, pero aún cabe destacar su forma de narrar. Otra característica de las novelas adolescentes de mi país es esa forma de narrar... a lo simplón. No puedo decir mucho más.

¿Cómo es esta narración? Pues se trata de hacer explicaciones a grandes rasgos sin detenerse en diálogos (hay más diálogos indirectos o un pedazo de narración que te cuenta en resumen lo hablado), descripción o... nada, la verdad. Es bastante rápida (por decir) ya que en una novelas de menos de doscientas páginas pueden pasar cinco años de historia o más...o dos días. Es muy raro.

No es muy usado el estilo, y sin ofender a nadie comprendo por qué, ya que la verdad a mí no me gusta demasiado: no logro meterme en verdad en la historia en ningún momento, y si describe cosas son no muy interesantes. Quiero decir, hay veces que uno está tan inmerso en una historia, por detalles, diálogos, la escena o lo que sea, que la Tercera Guerra Mundial podría llevarse a cabo dentro de tu casa y tú ni te inmutas, sin embargo con esto no sucede.

Aunque por otro lado creo que si se cuenta en primera persona y se habla con el lector da un lindo efecto de que tienes a Fidelma cara a cara contándote lo sucedido como tú cuentas a tu amigo lo que pasó el otro día, pues claro que no dices:

"Era un día soleado y caluroso cuando fui a la verdulería de la esquina a comprar zanahorias que mi querida madre me había encargado con esas sonrisas tan cálidas que ella regala cuando te está por pedir que camines seis cuadras haciendo cincuenta grados centígrados. El lugar era pequeño pero acogedor, con paredes de ladrillo un poco viejas y sucias pero que daban un toque pintoresco al negocio; en la entrada había una pequeña puerta y una pizarra que informaba sobre las ofertas del verano.

Entré con paso firme al lugar sintiendo el olor de la fruta pudriéndose y siendo recibida por las miles de moscas que habían estado danzando alrededor de la misma.

Detrás de un pequeño y sucio mostrador con balanza se encontraba un hombre gordo con barba de cuatro días el cual rondaba los cuarenta años.

"Buenos días, Don Gonzáles" saludé con voz levemente agitada por mi caminata.

"¿Qué va a querer hoy, m'ija?" preguntó con su ya conocida y confiable voz mientras salía detrás del mostrador para comenzar a seleccionar mi pedido."

Por lo menos YO no hablo así.

No hay mucho más que decir pues simplemente quería dar mi opinión sobre este no muy lejano descubrimiento. ¿Qué opinan ustedes?, ¿han leído algo así?



Fifty Twilight of AfterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora