Skye Hunter ◇ Spiderman

10. Bob Trainor

Cuando Sam llegó, yo seguía en la misma posición. Rápidamente dejó las pizzas a un lado y corrió hacia mí, examinándome.

—¿Qué ha pasado? ¿estás bien? —me preguntó.

Yo no contesté. Simplemente levanté la cabeza y lo miré, esperando que me pasase lo que siempre pasaba cuando miraba a Peter: que su simple mirada me tranquilizase y me alejase de todos los problemas. Pero él no era Peter, y eso me hizo sentirme peor de lo que ya lo estaba. Me ayudó a levantarme y mis piernas flaquearon, pero conseguí mantenerme en pie. Aparté el pelo de mi cara y me quedé mirando un punto fijo, sin querer responder a lo que Sam me preguntaba. Realmente no lo estaba escuchando, aunque sabía que llevaba un rato hablándome.

—¿Qué ha pasado en la cocina? —conseguí oír que decía y volví a la realidad.

Lo miré y vi la cara de horror que tenía y aunque quise reír, no pude más que hacer una mueca. 

—Iba a hacer palomitas —empecé a decir, mintiendo. No quería que supiese lo que había pasado en realidad, aunque ni yo misma lo sabía—. No sé que pasó con el microondas, pero se volvió loco y explotó.

Frunció el ceño y pensé que no me había creído, porque mi mentira había sido bastante estúpida pero aun así, no dijo nada más y se metió en la cocina para intentar arreglar lo que yo había hecho. Mientras él estaba allí, recogí mis cosas y me preparé para irme, porque no podía seguir más allí.

Sam pareció oírme, porque salió y me miró.

—¿Dónde vas? —me preguntó.

—A mi casa. Acabo de recordar que Els me necesitaba.

Él se acercó y me observó.

—Estas pálida. ¿Segura que te sientes bien? —asentí, aunque sin mucha convicción.

No quise mirarle a la cara, porque estaba segura de que entonces se daría cuenta de que estaba mintiendo. Él se quedó en silencio un tiempo y luego extendió su mano hacia mí, como si quisiese tocarme. Rápidamente me alejé, temiendo hacerle daño. Había visto lo que había hecho con el microondas y con aquella mujer y Gwen. No sabía qué era capaz de hacer, pero tenía miedo de averiguarlo. No quería saber en lo que me había convertido.

Sam me miró extrañado ante su rechazo, pero yo simplemente le dediqué una pequeña sonrisa. Me acerqué a la puerta y la abrí, deseando irme de allí cuanto antes. 

—Muchas gracias por esta tarde. Me has ayudado mucho, de verdad.

Salí fuera y justo cuando estaba cerrando la puerta, lo oí decir algo.

—Skye, solo una cosa, yo no tenía palomitas.

***

Cuando llegué al coche, suspiré sabiendo que Sam sospechaba algo. No se había tragado mi mentira y posiblemente supiese más que yo lo que me pasaba. Saqué el móvil, el cual no había mirado durante todo el día. Me di cuenta de que tenía muchas llamadas de Els y varios mensajes de M.J, pero ninguno de Peter. Por una parte me alivió, porque no sabía si estaba preparada oírle, aunque por otra parte me esperaba al menos un mensaje. Volviendo a pensar si había tomado la mejor decisión o no, miré mis manos y aquellos pensamientos pasaron a otro lugar. ¿Qué me estaba pasando?