[Segunda parte de Peter Parker]
❝-Tienes que intentarlo -me susurró.
-¡No! -grité-. Yo no puedo ser como tú. Nunca podré serlo, porque actuáis de manera enfermiza. No quiero estar con vosotros, quiero pararos.
-Tiene...
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Aquella mañana tenía un dolor de cabeza horrible. Cuando Els se despertó tuve que hacerme la dormida para que no se diese cuenta de que no había dormido en toda la noche. Salió de la cama y yo suspiré, estirándome y frotándome los ojos. Estaba muy cansada, pero sabía que no sería capaz de dormir.
Me levanté y fui al baño. Allí, me miré al espejo y fruncí los labios. Unas grandes y profundas ojeras me decoraban los ojos y a esto lo acompañaba una gran cara de cansancio. En un vano intento de cambiar algo, puse un poco de maquillaje debajo de mis ojos para intentar disimular algo. Cuando dejé de parecer un zombie, salí de mi habitación y fui a la cocina, donde estaba Els.
El olor a comida hacía que se me revolviese el estómago. Ahora mismo lo que menos me apetecía era comer y solo pensar en ello me daban ganas de vomitar. Sin embargo, me senté en la barra y la miré, mientras seguía preparando el desayuno.
—¿Cómo estás? —me preguntó.
No era capaz de responder a esa pregunta sin que se notase que estaba mintiendo, así que simplemente decidí cambiar la conversación.
—Siento no haber traído el coche. De verdad, no me acordé de que lo necesitabas.
—No te preocupes —me dijo—. Me alegro de que estés bien.
Sonreí y pasé un mechón de pelo detrás de mi oreja.
—¿Ibas a salir con Bryan? —asintió.
—Al final él vino aquí y pasamos la tarde juntos. Quiere que vayamos a comprar cosas para el bebé.
—Es muy pronto, ¿no? Además, todavía no sabéis si será niño o niña.
—Lo sé, pero él ya está pensando en todo. Ha hecho una lista con todas las cosas que necesitamos.
—Vaya, es muy atento —ella asintió con una sonrisa.
—Lo bueno es que hace todo lo que pido —reí—. Me trae agua, me acerca el mando a distancia... Cualquier cosa.
—¿No crees que estás usando demasiado al pobre Bryan? —ella hizo un gesto con la mano, restándole importancia.
—Sólo serán ocho meses más, debo aprovecharlo.
Cuando Els acabó de cocinar, nos sentamos a comer juntas. La verdad es que su comida no era la mejor del mundo, pero se había molestado en prepararme mi desayuno favorito y no había preguntado nada sobre anoche, así que comí gustosa lo que había preparado. Bueno, no tan gustosa, pero sí agradecida.
Acabamos y limpié los platos y tazas que habíamos usado, mientras ella iba a cambiarse de ropa. Cuando acabé, me cambié yo también y sonó el timbre de la puerta.
—¿Hoy viene Bryan? —le pregunté y ella solo sonrió.
—Vamos a ir a mi primera ecografía —anunció—. Había pensado que tú y Peter podríais venir con nosotros...
